Luis Santillán, Ariel Mo y Omar Herrera conformaron el trío Los de Tartagal en España, en 1993, cuando Luis estaba por allá y convoca a sus amigos. Ese año regresan a Salta. El cantor de formidable voz -que muchos identificamos por cómo conmueve cantándole al padre, por ejemplo- generó una vez más muchas emociones con su partida. La noticia de que ya no estaría sobre los escenarios de los festivales golpeó muy hondo hace una semana.
Omar Herrera vive San Antonio de Padua, Buenos Aires, y dialogó con El Tribuno sobre la experiencia de integrar Los de Tartagal y sobre lo que fue la despedida al músico y agradeció a todos los que estuvieron con Luis y su familia.
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Luis Santillán, Ariel Mo y Omar Herrera conformaron el trío Los de Tartagal en España, en 1993, cuando Luis estaba por allá y convoca a sus amigos. Ese año regresan a Salta. El cantor de formidable voz -que muchos identificamos por cómo conmueve cantándole al padre, por ejemplo- generó una vez más muchas emociones con su partida. La noticia de que ya no estaría sobre los escenarios de los festivales golpeó muy hondo hace una semana.
Omar Herrera vive San Antonio de Padua, Buenos Aires, y dialogó con El Tribuno sobre la experiencia de integrar Los de Tartagal y sobre lo que fue la despedida al músico y agradeció a todos los que estuvieron con Luis y su familia.
¿Cuándo comienzan Los de Tartagal?
En el 93, en España, un año completo estuvimos allá; después volvimos y empezamos a tirar nuestro primer casete en Tartagal, en Orán, en la zona. Ahí estaba el tema que marcó a Los de Tartagal, “El amigo que necesito”. Fue algo muy personal para nosotros y en toda ocasión lo tuvimos que hacer, era como “Canto a Monte Quemado” de los Manseros que lo tienen que hacer siempre. También estaban “Penas y alegrías del amor”, “Si tú me dices ven”, esos son los temas que nos sirvieron mucho para hacernos conocer. Después grabamos un segundo casete y volvimos a España por tres meses.
¿Dónde se conocieron?
Nos conocimos de andar por aquí, en Buenos Aires. La otra formación de Los de Tartagal eran Luis, Pepe Moreno y Héctor Schmunk, en el 75, 76, hay un disco de ellos. Y esta formación nuestra empezó en el 93, y en España porque salió laburo allá.
¿Comenzaron y se fueron a España?
No, cada uno fue por su lado. Yo hacía música siempre, laburaba acá, en Buenos Aires tenía otro grupo. Pero no con Luis y Ariel. Cuando Luis se fue a España, me dijo: “Porque no hacemos algo, actuamos juntos, y te llamo cuando haya laburo”. Y así fue. Y nunca habíamos cantado juntos con Luis hasta ese entonces, ni con Ariel tampoco porque no nos conocíamos.
¿Los tres son de Tartagal?
Yo soy de Buenos Aires y Ariel sí, es de Tartagal, y siempre fue así: Ariel, viviendo en Tartagal; Luis vivía en Salta o en Orán, en distintos lugares, pero siempre estuvimos en contacto todos estos años. Y el conjunto prácticamente nació allá, en España, las primeras grabaciones se hicieron allá, en Algeciras, para más datos. Y después grabamos el segundo casete y fue invitado Daniel Altamirano para hacer “La gaviota de puerto” y estaba también “La canción que mi madre cantaba”, de Luis. Esa canción la escuchó Horacio Guarany, y un asistente que tenía nos decía que lo hacía llorar, y nosotros no la teníamos tanto en cuenta. Por esa canción Guarany nos invita a su casa y después, en Cafayate, nos invitó a una presentación de él y era cierto lo que nos decían. En el escenario, cuando Luis estaba cantando esa canción, se le caigan las lágrimas a Horacio. Y fue para nosotros una cosa muy especial, que te pase eso un tipo tan grande. Y Guarany nos hizo de puente para llegar una segunda vez a Cosquín, hace muchos años, y también Baradero. Eso habrá sido en el 97... Nosotros habíamos hecho una primera presentación en Cosquín cuando los Nocheros ganaron, nosotros fuimos medio de prepo y logramos meternos y cantar una noche y fue muy lindo.
Y seguimos andando siempre los mismos que estamos hoy, empezamos a hacer programas en ATC. Y después, otra vez, el Chaqueño nos invitó al Ópera cuando hacía las presentaciones, él nos hizo puente para cantar en Jesús María, en el 2000, sería. El Chaqueño estaba obsesionado con que entráramos a la compañía en la que estaba él, y siempre estuvo en eso, pero a la grabadora no le gustamos, a los directivos no le gustaba el repertorio o el grupo y nunca entramos. En el único sello que entramos fue en NyM y todas las propuestas y grabaciones que hicimos fueron en forma independiente, nunca logramos llegar a un sello grande con el empuje que había en esa época. Intentamos, pero de las oficinas salían otras directivas y nosotros estábamos seguros de nuestro repertorio, porque ya llevábamos muchos años cantando esas canciones que después grabábamos. “Ahora amor” que es un huayno, “De alguna manera” una canción que hacíamos nosotros nomás, el bolero “Perdón”, canciones que marcaron el disco.
¿Se movían desde Buenos Aires?
Desde Salta, yo viajaba para allá. Se facilitó la cosa por el celular, por internet. Nosotros venimos en la época en que había que llamar por teléfono. Era muy complicado. Otro que nos ayudó mucho a entrar a festivales fue Roberto Meri, de Orán, que tenía la radio y empezó a difundir nuestra música y nos hizo entrar en un primer Festi-Orán, y ahí y empezamos a sonar más. Y en muchos festivales teníamos asistencia perfecta, por ejemplo, en Perico, en Güemes mismo. A Güemes el anteaño pasado no fuimos porque le hicieron un homenaje a Luis, que ya estaba enfermo, y el Chaqueño organizó un festival en Tartagal para ayudar un poco con los remedios que estaba tomando, y no pudimos estar en el Festi-Güemes. Y tenemos asistencia perfecta, ni llamábamos, ya sabemos que vamos, ni preguntamos cuánto cobramos. Era algo así. Y después salió el tercer disco. “Hasta el cansancio”, fuimos los primeros en grabarlo. Grabamos “Márcame a fuego”, “Te juego lo que quieras” las cantamos por primera vez y fueron muy difundidas. Y aparte Roberto Ternán siempre aportó temas nuevos para nosotros, siempre se brindó a nuestro grupo. Y quiero agradecer eso. Y en el último disco que grabamos hay también otros temas que cantamos y que hacemos sólo nosotros, “Aléjate“, “Adiós amada” que cantaban Los de Salta, “Pensé”, una zamba de Ternán. Y lo que hemos grabado nunca hemos dejado de cantar. Nuestro repertorio siempre se ha mantenido y fueron pasando generaciones y seguían escuchando y pidiendo las canciones y siempre había una recepción muy linda.
¿Cuántos discos grabaron?
Dos casetes y tres CD, siempre los tres, salvo el primero, pero después en adelante cuatro que hemos hecho con Ariel. Nosotros prácticamente desde que venimos de España en el 93 empezamos a andar por Tartagal, por la zona, y ya en el 93 nos propusieron hacer la Casa de la Cultura, en Orán, gracias a Roberto Meri y me acuerdo que hemos llenado a la Casa y nunca habíamos actuado. La gente se enganchó y teníamos “Penas y alegrías del amor” en esa época. Y ahí Roberto nos abrió pasó al Festi-Orán al otro año. Y empezó la entrada a festivales. Pasa que nunca hemos andado mucho por los medios, hace cuánto que no hacíamos una nota con El Tribuno. Y ese es un error nuestro, que cometimos. Como siempre nos estaban llamando a los festivales, íbamos y después cada uno se iba para su casa y nunca tuvimos la idea de decir “bueno vamos a hacer difusión, vamos a decir que estuvimos acá o grabamos tal disco”. Por ejemplo, nunca hicimos la presentación de un disco y todo lo que está sonando se fue gestando de una manera muy natural y nunca le dimos importancia al marketing, somos cero marketing.
¿Ustedes se manejaban solos?
Nunca tuvimos un representante. La ayuda que recibimos fue la de Daniel, de Guarany, del Chaqueño, que hasta hizo el festival, fue idea de él. Y encima lo retaba a Luis. “Cómo no me vas a avisar que estabas enfermo”, le decía. Esta enfermedad que comenzó hace 4 años, y se fue curando y después caía, y muchas veces ha ido a cantar con dolores. El hecho de cantar eran decisiones de él. Porque lo de la gente es impresionante, lo que te puede ayudar cuando te está pasando algo y vos sentís el cariño, el aplauso, lo que viene de la gente y eso te motiva, te pone bien aunque te sientas mal y Luis anduvo luchando 4 años. Pero bueno, gracias a Dios, sabemos que ahora está descansando ahora, porque lo hemos visto sufrir mucho una enfermedad muy dolorosa, muy jodida.
Fue muy emocionada la despedida.
Bueno... ese es un poco el motivo por el que quería hacer esta nota, porque fue algo inesperado, sabíamos que ya estaba mal, pero la enfermedad se precipitó muy rápido. El sábado pasado falleció, pero 10 días antes a Luis en el hospital ya le habían dicho que no se podía hacer más nada y lo mandaron a su casa. Él quiso morir en Tartagal, le decía su señora que tenía que morir en Tartagal. Y entonces se pide un traslado, una ambulancia y lo trasladaron. Y vos sabes que ahí comienza la historia de las redes, mientras iba pasando por Güemes ya la gente se había enterado de que Luis iba en la ambulancia, y en el semáforo había gente saludando, y era una especie de tristeza porque el saber que él estaba consciente, le dolía todo, pero estaba su mente lúcida y ver tanta gente saludando y él sabiendo que iba al final. Y lo mismo pasó en Ledesma, en San Pedro, hicieron caravanas en algunas partes por donde pasaba él. Y qué bárbaro, nosotros no pensamos que se pudiera generar todo esto y cuando llegó a Tartagal, lo mismo. Antes que llegara la gente estaba esperando en la casa. Y todo tan rápido. Y también lo que me motiva a hacer la nota más que nada es porque yo quiero agradecer al pueblo de Tartagal, les quiero agradecer a todos 100%, y después me gustaría agradecer a la Municipalidad. Porque más allá de la política -el grupo nunca la hizo y nuestro repertorio no tiene nada que ver con la política-, la parte humana se movilizó de una manera impresionante. Quiero agradecer al intendente Mario Mimessi, que es la cabeza, y después al secretario Santiago Vargas, a Alejandra Hunderson, de Acción Social, que consiguió todas las cosas que necesitaba, los remedios. Esas cosas son humanas y por eso las quiero destacar y también el cariño de la gente más allá de cualquier otra cosa. Cuando era el tema de la ambulancia, nosotros estábamos sin trabajar, no teníamos los medios para decir “hagamos esto” y planteamos eso en una radio y no pasaron 5 minutos que salíamos al aire y ya estaba viajando la ambulancia a Salta para buscarlo a Luis. Y llegaron a su casa y ya estaba la cama ortopédica. Y esas cosas del cariño de la gente y los que venían a rezar, a orar, de distintas religiones, todo eso ha sido un combo muy explosivo. Era una cosa de ver lo que se había generado, y por eso yo digo -como no puedo ir medio por medio- la forma capaz es el diario, que nos den un espacio para contar estas emociones. Esa semana era como recibir un premiazo y, por otra parte, se estaba muriendo mi compañero. Y siempre estuvimos al lado de él, y él nos dijo que sigamos cantando, que no olvidemos estos 28 años de estar juntos. Muchas cosas lindas, un poco lo que te resumí. Entonces, la idea nuestra en principio es buscar un reemplazo y seguir en esto que sabemos que no va a ser lo mismo, no va a ser su mismo sonido. Simplemente él dijo que sigamos y sabemos que tenemos que seguir y será un desafío y queremos estar a la altura de lo que la gente nos demostró.
Otra de las cosas que estamos planeando hacer, si la pandemia nos permite, es un homenaje para el Día del Padre para Luis, porque el tema fuerte “El amigo que necesito” nunca se dejó de cantar. Un sábado o un viernes antes haríamos algo y el homenaje en sí va a ser que diferentes voces que vamos a invitar, en principio como va a ser en Tartagal, vamos a invitar a cantores de la zona, de Mosconi, de Aguaray, y van a cantar los temas nuestros con la forma nuestra y van a hacer las primeras voces en lugar de Luis como un homenaje. Y así vamos a ir completando una actuación de Los de Tartagal. Todo eso se está armando y si no lo podemos hacer en vivo vamos a hacer streaming. Y también tengo que viajar para el norte, para hacer eso.