Gimnasia y Tiro tendrá hoy la posibilidad histórica de cambiar en 90 minutos el rumbo del fútbol salteño y colocar por primera vez en 15 años a un representante de la provincia en la máxima categoría de ascenso. Si bien Juventud Antoniana fue el último en disfrutar de las mieles de ese estamento hasta 2006, el albo lleva 21 años sin pisar la ex B Nacional.
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Gimnasia y Tiro tendrá hoy la posibilidad histórica de cambiar en 90 minutos el rumbo del fútbol salteño y colocar por primera vez en 15 años a un representante de la provincia en la máxima categoría de ascenso. Si bien Juventud Antoniana fue el último en disfrutar de las mieles de ese estamento hasta 2006, el albo lleva 21 años sin pisar la ex B Nacional.
Esto decantó en que hoy toda una generación de hinchas de Gimnasia, la de los jóvenes de 20 años y un poco más, no conozca qué se siente tener a su equipo bajo la órbita de AFA.
Aquel 27 de mayo de 2000, el día del fatídico descenso de Gimnasia al por entonces Argentino A, año que marcó el comienzo del nuevo milenio, también implicó el inicio de una era esquiva para su rica historia que incluyó una caída libre deportiva e institucional.
Por entonces, no había redes sociales, accedíamos a Internet con conexiones telefónicas y, además, para conectarte, no podías hablar por teléfono.
Pero, ¿qué pasó después?
Sobrevino la etapa más triste de la historia del club, con la quiebra decretada en 2002 que dejó a los socios afuera por más de una década. Cinco años en el Argentino A hasta aquel 0-8 ante Gimnasia de Concepción del Uruguay que lo hizo tocar fondo, o al menos era lo que se creía por entonces.
Pero no... había algo peor: en 2007 jugó una final y una promoción para no desaparecer del mapa federal y emergieron los guantes de Federico Sauad contra La Candelaria de Misiones para mantener la categoría. Fueron 6 años de penurias en el infierno del Argentino B, incluida una racha de dos años y medio sin ganar de visitante, hasta que recuperó su lugar en la tercera divisional en 2011, de la mano de Salvador Ragusa, en Pergamino. Ocho años después llegó un nuevo descenso, tras el triangular con Juventud y San Martín de Formosa.
A causa, y gracias a la pandemia, pese a estar un año sin competencia y con incertidumbre, un torneo exprés y relámpago de dos meses le permitió volver al Federal A, ante Fontana de Chaco, en febrero de este año, casualmente también en Santiago del Estero, en un 2021 intenso que lo comenzó en el Regional, y que podría terminarlo en la B Nacional.