¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

18°
23 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

El vaquereño “Guri” Sosa atiende los caballos de los grandes polistas del mundo

Vive en Las Vertientes, pero varias veces al año viaja al exterior para herrar a los animales más valiosos del circuito.
Martes, 09 de noviembre de 2021 11:11

En la zona de Las Vertientes, Vaqueros, vive un verdadero maestro del herraje de caballos. Se trata de Silverio “Guri” Sosa (55), quien atiende los animales de los polistas de más alto handicap del mundo. 
Su vida transcurrió en una conexión muy estrecha con los equinos. A los 3 años comenzó a montar y ya en la adolescencia ingresó en el apasionante mundo de los caballos, en todas sus facetas deportivas.  
En diálogo con El Tribuno, Sosa recordó que sus primeros pasos los dio en San Pedro de Jujuy, con los herradores del Ejército. Luego comenzó a interiorizarse más profundamente sobre el tema.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

En la zona de Las Vertientes, Vaqueros, vive un verdadero maestro del herraje de caballos. Se trata de Silverio “Guri” Sosa (55), quien atiende los animales de los polistas de más alto handicap del mundo. 
Su vida transcurrió en una conexión muy estrecha con los equinos. A los 3 años comenzó a montar y ya en la adolescencia ingresó en el apasionante mundo de los caballos, en todas sus facetas deportivas.  
En diálogo con El Tribuno, Sosa recordó que sus primeros pasos los dio en San Pedro de Jujuy, con los herradores del Ejército. Luego comenzó a interiorizarse más profundamente sobre el tema.

 

“Compré libros, comencé a herrar mis propios caballos y a capacitarme. Cuando falleció mi padre, yo era un jovencito, y seguí con la inmobiliaria familiar hasta que luego me decidí a volcarme enteramente a este oficio. Me fui a vivir a Pilar, Buenos Aires, donde conocí y aprendí muchísimo de los maestros herradores”, recordó. En esa etapa incursionó en el mundo del polo, de la equitación, los cuartos de milla y en razas como criollos y peruanos, entre otros. 


Su profesionalismo y pasión, lo llevaron a atender los animales de jugadores de la talla de Adolfo Cambiaso, Facundo y Gonzalo Pieres, todos de 10 goles. También de Hilario Ulloa y de Santiago Toccalino, entre otras tantas estrellas.

 

 Sosa, junto a Adolfo Cambiaso


El Guri, como lo conocen en el ambiente, participa todos los años en España del circuito donde prepara los animales de los grandes equipos. En este sentido, vale la pena recordar que el torneo de los jugadores de alto handicap se juega en plazas como Palm Beach (Estados Unidos), de enero a abril; luego se traslada a Inglaterra a principios de julio y en agosto, al municipio español de Soto Grande, en Cádiz, España. 
El polo es uno de los deportes más antiguos del mundo, caracterizado por sus tácticas y técnicas. Es de altísimo rendimiento, tanto para los polistas como para los animales. 

 Torneo de Polo en Cádiz, España

 

Gran profesionalismo

“En Europa se le da gran importancia al oficio de herrador, como lo llaman allí. Participé de muchísimos cursos y congresos mundiales para herradores y veterinarios. Porque ambos tienen que trabajar en forma coordinada para sacar al animal adelante”, puntualizó Sosa. 


En tal sentido, señaló que en este tipo de encuentros siempre se compara al caballo con un deportista de élite. Es decir, si el animal corre debe llevar herraduras de mayor o menor tracción, de acuerdo al terreno. A los árabes, en tanto, se los asemeja a los maratonistas. En síntesis, las herraduras cumplen la función del calzado en un deportista o de las cubiertas de un automóvil de Fórmula 1, por lo que de ellas dependerá que rinda en un 100 por ciento. 

 

 Herradura ortopédica

Atender a estos valiosos animales es un trabajo especializado y arduo. Hay que tener en cuenta, que un equipo lleva a la competencia entre 60 y 70 animales, promedio, pudiendo alcanzar los 100 o 120 ejemplares en ocasiones extraordinarias. Siempre -destacó Sosa- se trabaja junto al médico veterinario. “Las herraduras alivian al caballo ante lesiones leves, lo que le permite seguir entrenando y jugando”, dijo.

 

El Guri Sosa cabalgando en su tierra


Entre tantos amigos y logros alcanzados a lo largo de más de 30 años de profesión, Sosa continúa cosechando buenos momentos y satisfacciones. 
“Este año en España me llamaron dos jugadores de 10 goles para que les atienda sus caballos. Es un orgullo personal muy grande. Sentí una alegría desbordante. Yo me pongo la camiseta cada vez que me suman al equipo. Mi amor a los animales excede cualquier status, atiendo con el mismo profesionalismo y dedicación a un caballo de Cambiaso, como a uno que haya que preparar para subir un cerro”, concluyó Sosa.

PUBLICIDAD