Ante la reanudación de obras de construcción que estuvieron postergadas como consecuencia de la pandemia, este año se recuperaron 74.000 puestos del ámbito de la construcción. Sobre este total de trabajadores que lograron reintegrarse, dos mil son mujeres, una cifra que es comparativamente baja pero que da una pauta de los cambios que se están dando en un rubro en el que históricamente predominaban los varones.
Iván Szczech, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), señaló durante la Convención Anual realizada en la Sociedad Rural Argentina en los primero días del mes pasado: “Volvimos a los números de prepandemia. Ahora tenemos 345.000 trabajadores registrados y hay mucho camino por recorrer”.
En relación con la participación de las mujeres, señaló: “Debemos adaptarnos, si no la realidad nos va a atravesar y fallaremos. Para ello hay un área llamada Camarco Equidad, como también el área Joven, en donde hay una gran conexión con la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra), en todos los casos estamos llevando adelante acciones para promover el empleo y para poder crecer”.
Los tiempos van cambiando lentamente y en los últimos años las mujeres dieron un paso al frente para que sus trabajos sean cada vez más visibles y reconocidos. El proceso es duro, pero poco a pocoparecieran estar germinando las semillas en sectores como el de la construcción y los desarrollos inmobiliarios.
En general las mujeres realizan labores de instalaciones, usan maquinarias de carga y descarga de materiales y están al frente de las terminaciones. Además, realizan trabajos de topografía y mediciones de obras. “Están avanzando como nunca antes en la historia”, destacaron desde el sector.
Pero aún falta mucho camino para recorrer para lograr condiciones equitativas entre hombres y mujeres. En la construcción el 94,5 por ciento de los trabajadores son hombres y solo el 4,6 por ciento, mujeres.
Las empresas del rubro de la construcción están motorizando la reactivación económica luego de la crisis asociada a la pandemia en todo el país y este contexto representa una oportunidad fundamental para seguir avanzando en la igualdad.
En las distintas actividades económicas, en general, las mujeres son las que sufren los mayores niveles de desempleo y precarización laboral. Ganan, en promedio, un 29 por ciento menos que sus pares varones, brecha que se amplía para las asalariadas informales.
Otro lugar donde crece la presencia femenina en los proyectos de vivienda y urbanización es Bolivia. Según la fundación Red Hábitat, se estima que la participación de las mujeres en la construcción es del 30 por ciento en el vecino país.
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Ante la reanudación de obras de construcción que estuvieron postergadas como consecuencia de la pandemia, este año se recuperaron 74.000 puestos del ámbito de la construcción. Sobre este total de trabajadores que lograron reintegrarse, dos mil son mujeres, una cifra que es comparativamente baja pero que da una pauta de los cambios que se están dando en un rubro en el que históricamente predominaban los varones.
Iván Szczech, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), señaló durante la Convención Anual realizada en la Sociedad Rural Argentina en los primero días del mes pasado: “Volvimos a los números de prepandemia. Ahora tenemos 345.000 trabajadores registrados y hay mucho camino por recorrer”.
En relación con la participación de las mujeres, señaló: “Debemos adaptarnos, si no la realidad nos va a atravesar y fallaremos. Para ello hay un área llamada Camarco Equidad, como también el área Joven, en donde hay una gran conexión con la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra), en todos los casos estamos llevando adelante acciones para promover el empleo y para poder crecer”.
Los tiempos van cambiando lentamente y en los últimos años las mujeres dieron un paso al frente para que sus trabajos sean cada vez más visibles y reconocidos. El proceso es duro, pero poco a pocoparecieran estar germinando las semillas en sectores como el de la construcción y los desarrollos inmobiliarios.
En general las mujeres realizan labores de instalaciones, usan maquinarias de carga y descarga de materiales y están al frente de las terminaciones. Además, realizan trabajos de topografía y mediciones de obras. “Están avanzando como nunca antes en la historia”, destacaron desde el sector.
Pero aún falta mucho camino para recorrer para lograr condiciones equitativas entre hombres y mujeres. En la construcción el 94,5 por ciento de los trabajadores son hombres y solo el 4,6 por ciento, mujeres.
Las empresas del rubro de la construcción están motorizando la reactivación económica luego de la crisis asociada a la pandemia en todo el país y este contexto representa una oportunidad fundamental para seguir avanzando en la igualdad.
En las distintas actividades económicas, en general, las mujeres son las que sufren los mayores niveles de desempleo y precarización laboral. Ganan, en promedio, un 29 por ciento menos que sus pares varones, brecha que se amplía para las asalariadas informales.
Otro lugar donde crece la presencia femenina en los proyectos de vivienda y urbanización es Bolivia. Según la fundación Red Hábitat, se estima que la participación de las mujeres en la construcción es del 30 por ciento en el vecino país.
Tendencia mundial
En Alemania, “Püppi at work” es una popular “influencer” que ama las grandes máquinas. Su nombre real es Agnes Borchers y es probablemente la trabajadora de la construcción más conocida de Europa. Postea en Facebook, Instagram y TikTok sus experiencias de trabajo diario en una empresa de demoliciones. Desde niña le gustaban las excavadoras. Hoy es la cara de la campaña “Mujer en la obra” (en alemán, Frau am Bau). Su jefa, Barbara Hagedorn, fue la impulsora de esta movida. Junto con su marido dirige la empresa familiar y considera que el mayor problema del sector es la falta de mano de obra calificada. Dentro de pocos años se jubilará una cuarta parte de los trabajadores de este ramo que es, por otra parte, el que menos mujeres emplea en Alemania: solo un 13 por ciento de la plantilla es femenina.