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Ameri, un paracaidista de la política

Jueves, 24 de septiembre de 2020 20:49

Hasta hace poco, Juan Ameri era un “dirigente” - con el perdón de todos los dirigentes políticos- que por esas cuestiones de las jugarretas electorales, llegó ser diputado nacional. No es salteño, aterrizó de Buenos Aires. Cayó en paracaídas a la política local. Ahora pasará a la historia como el diputado que más avergonzó a la provincia y a todo un país. 
Ameri no tiene ningún mérito político, todo lo contrario. Hasta el año pasado, nunca tuvo un cargo, nunca fue elegido como cabeza de lista. En 2013 fue uno de los tantos "designados" por el gobierno anterior como personal temporario del Grand Bourg. En 2019, reemplazó a Sergio Leavy en la Cámara de Diputados, luego que “El Oso” asumiera como senador nacional. Ahora en el Frente de Todos le soltaron la mano, pero durante mucho tiempo tuvo “aguante”, justamente como el nombre de su facción política. 
En el Congreso, Ameri pasaba sin pena ni gloria, no se había destacado por ningún proyecto. La forma de hacerse ver, era discursiva, pero con un tono chabacano, confrontativo, con poca capacidad de diálogo. Cuando hubo tomas de tierras en Parque La Vega, en vez denunciar la usurpación ilícita, lo que haría cualquier autoridad o funcionario público, optó por tomar un rol de “moderador”. Desde las redes sociales, por lo menos, apoyó esas acciones con la anacrónica mirada “contra la aristocracia salteña”. Poco sabe de Salta. 
Poco sabe del honor de ser diputado, justamente por su oficio de paracaidista. Nunca le importó ser un buen representante. Frente a la pantalla incurrió en un escándalo sexual inédito. Más allá de eso, demostró que legislar en tiempos críticos para la Argentina no estaba en sus prioridades. 
 

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Hasta hace poco, Juan Ameri era un “dirigente” - con el perdón de todos los dirigentes políticos- que por esas cuestiones de las jugarretas electorales, llegó ser diputado nacional. No es salteño, aterrizó de Buenos Aires. Cayó en paracaídas a la política local. Ahora pasará a la historia como el diputado que más avergonzó a la provincia y a todo un país. 
Ameri no tiene ningún mérito político, todo lo contrario. Hasta el año pasado, nunca tuvo un cargo, nunca fue elegido como cabeza de lista. En 2013 fue uno de los tantos "designados" por el gobierno anterior como personal temporario del Grand Bourg. En 2019, reemplazó a Sergio Leavy en la Cámara de Diputados, luego que “El Oso” asumiera como senador nacional. Ahora en el Frente de Todos le soltaron la mano, pero durante mucho tiempo tuvo “aguante”, justamente como el nombre de su facción política. 
En el Congreso, Ameri pasaba sin pena ni gloria, no se había destacado por ningún proyecto. La forma de hacerse ver, era discursiva, pero con un tono chabacano, confrontativo, con poca capacidad de diálogo. Cuando hubo tomas de tierras en Parque La Vega, en vez denunciar la usurpación ilícita, lo que haría cualquier autoridad o funcionario público, optó por tomar un rol de “moderador”. Desde las redes sociales, por lo menos, apoyó esas acciones con la anacrónica mirada “contra la aristocracia salteña”. Poco sabe de Salta. 
Poco sabe del honor de ser diputado, justamente por su oficio de paracaidista. Nunca le importó ser un buen representante. Frente a la pantalla incurrió en un escándalo sexual inédito. Más allá de eso, demostró que legislar en tiempos críticos para la Argentina no estaba en sus prioridades. 
 

 

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