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21 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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El sueño petrolero

Jueves, 31 de diciembre de 2020 00:00

No se dejen engañar: el destino de la Argentina es convertirse en una potencia petrolera. Aquellos que hablan sobre las oportunidades presentes en el sector agroindustrial no comprenden que la única misión del mismo es financiar el desarrollo de la industria hidrocarburífera (entre otras).

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No se dejen engañar: el destino de la Argentina es convertirse en una potencia petrolera. Aquellos que hablan sobre las oportunidades presentes en el sector agroindustrial no comprenden que la única misión del mismo es financiar el desarrollo de la industria hidrocarburífera (entre otras).

En los primeros nueve meses de este año el Gobierno nacional subsidió a compañías productoras de gas natural con 21.970 millones de pesos. El secretario de Energía, Darío Martínez, está terminando de redactar un decreto que implementará a partir de 2021 un nuevo régimen de subsidios denominado "Plan de Promoción de la Producción de Gas". El Gobierno argentino además emplea fondos públicos para subsidiar a la demanda de gas: más de 7700 millones de pesos al sumar las compensaciones directas destinadas a los consumidores más los aportes realizados al sector distribuidor de gas. También dispuso subsidiar a la industria petrolera con un "precio sostén" para las ventas internas de crudo y la eliminación de los derechos de exportación. Por supuesto: tales iniciativas no se pagan solas, razón por la cual es necesario aplicar derechos de exportación a los productos agroindustriales, que actualmente, en el caso del poroto de soja, es del 32% del valor FOB del producto.

Algunos sostienen que las políticas extractivas implementadas contra el agro argentino promueven el despoblamiento del territorio nacional, pero les falta visión de futuro: así como en su momento se logró concretar un swap de yuanes con la cesión de apenas 200 hectáreas en la provincia de Neuquén, no faltará oportunidad para intercambiar algún beneficio sustancial con el ingreso de un millón de chinos que laboriosamente vengan a trabajar el suelo argentino.

Cuando llegue ese momento tan deseado, en el cual la Argentina finalmente logre alcanzar su destino de potencia hidrocarburífera, seguramente tal como sucede en muchas naciones petroleras se instale una monarquía absolutista que logre, de una vez por todas, conformar la anhelada unidad entre los argentinos. No pierdan las esperanzas

 

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