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Defensoría del Pueblo de la Nación intervino en caso de violencia obstétrica

La víctima fue Soledad Ojeda Ferez, quien se encontraba cursando el noveno mes de embarazo hace un año. Denunció que fue mal asistida en el hospital Melchora de Cornejo, y su vida y la de su hija corrieron peligro.
Lunes, 04 de febrero de 2019 02:34

La Defensoría del Pueblo de la Nación intervino en un caso de violencia obstétrica ocurrido en Rosario de la Frontera.

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La Defensoría del Pueblo de la Nación intervino en un caso de violencia obstétrica ocurrido en Rosario de la Frontera.

La víctima fue Soledad Ojeda Ferez, de 33 años, quien denunció en la comisaría 31 que en enero de 2018 se encontraba cursando el noveno mes de embarazo y que a raíz de que sufría problemas de presión alta fue al hospital local, donde la atendió uno de los ginecólogos, tras lo cual aseguró que vivió una odisea.

El subsecretario general del Defensor del Pueblo de la Nación, Juan José Böckel, resolvió poner en conocimiento del Ministerio de Salud Pública y del Ministerio de Gobierno, Derechos Humanos y Justicia, el contenido de una resolución y lo mismo hizo con el Observatorio de Violencia Contra las Mujeres y el Ministerio Público Fiscal, para que remita a la Fiscalía de Impugnación el recurso de revisión interpuesto por Ferez.

"La denunciante expone una evidente situación de trato deshumanizado para con ella y su hija, que prima facie habría puesto en peligro su salud física, emocional y psicológica, convencida, además, que se trató de actos que constituyen violencia obstétrica, razón por la cual solicita la intervención de la Defensoría del Pueblo de la Nación", dijo B"ckel, en la resolución.

Dijo que corresponde a esa institución nacional de derechos humanos, principalmente, brindar a la denunciante y a su grupo familiar la protección necesaria en pos de garantizar el cumplimiento de las leyes. Como así también en beneficio de todos los padres, madres y personas recién nacidas que sufren violencia obstétrica a consecuencia de prácticas generalizadas que constituyen un flagelo para la sociedad.

"No son más que conductas ilegales que deben ser desterradas, con la finalidad que el parto humanizado deje de ser una ficción para transformarse en una realidad", señaló en la resolución del 30 de enero pasado que se conoció este fin de semana.

Destacó que el 2 de julio de 2018 radicó una denuncia penal, interviniendo la Fiscalía Penal de Rosario de la Frontera, y que el 3 de diciembre del mismo año se le comunicó que se había desestimado y procedido a su archivo, por lo que interpuso, en tiempo y forma, un recurso de revisión por ante la Fiscalía de Impugnación, el cual hasta la fecha del dictado de la presente resolución no ha sido resuelto.

"Si bien la Fiscalía Penal de Rosario de la Frontera entendió que los hechos narrados por la denunciante no constituyeron delito penal, no hay duda que podría configurar violencia de género, bajo la modalidad de violencia obstétrica", señaló B"ckel.

La odisea de la embarazada

Ferez relató en la denuncia que fue trasladada al quirófano y que le colocaron una sonda, el suero y que solamente faltaba que le colocaran la anestesia, pero el médico informó que no se haría presente por problemas personales y que la cirugía no se llevaría a cabo ese día.

Dijo que desde la noche que llegó al hospital no volvió a tomar las pastillas para la hipertensión y destacó que no le dieron nada y que escuchó a un grupo de empleados del hospital quejarse sobre que "siempre pasa lo mismo en este hospital".

Luego fue trasladada nuevamente a una habitación común y se tuvo que automedicar, ya que no soportaba el dolor de cabeza y en ese momento no fue atendida por personal del nosocomio y que, por lo tanto, no le controlaron la tensión arterial.

Ferez dijo que luego fue a verla una enfermera, a la que le advirtió que si no se hacía presente un médico iba a radicar una denuncia. Así fue que se hizo presente el médico que la iba a operar y pidió disculpas.

Soledad recordó que el profesional trató de justificarse diciendo que no contaba con agujas para suturarla y que luego la paciente pidió que le firmaran la derivación a Salta, cosa que primero le negaron.

La mujer dijo que temía por su vida y la de su hija por nacer. Relató que le firmaron la derivación, finalmente, pero que había sido cuestionada por la gerente. Ya en el hospital Materno Infantil, le manifestaron que a raíz de que le colocaron una sonda había resultado lesionada. Luego le dieron una derivación para operarla, por lo que retornó a Rosario.

Le pidieron $1.200 para la ambulancia

El 15 de enero de 2018 se dirigió al hospital local, donde personal de mesa de entradas de la guardia y los que trabajan donde sacan las fichas le manifestaron que no era posible el uso la ambulancia y que debía abonar $1.200, por lo que fue a la Municipalidad a los fines de mantener una entrevista con el intendente, pero no lo encontró, por lo que fue recibida por personal de Acción Social.

Allí habló con una mujer que le extendió un documento que decía que Soledad no podía viajar en vehículos públicos ni particulares sino que debía hacerlo en una unidad sanitaria.

Pero el gerente del hospital le negó la ambulancia en primera instancia y luego le solicitó que abonara la suma de $1.200, rechazándole el certificado.

"En el hospital de Rosario de la Frontera pusieron en peligro mi vida y la de mi hija. La causa aún no está caratulada, pero claramente lo que viví fue violencia obstétrica".

Finalmente, Soledad tuvo que viajar en colectivo, haciendo notar que en fecha 16 de enero del año pasado la gerente del nosocomio brindó una entrevista en un canal de cable local donde desmintió a la paciente y manifestó que toda la situación que habría vivido la denunciante era una farsa.

Una vez en la ciudad de Salta la mujer se presentó en el Materno Infantil un día antes de lo previsto a raíz de que se sentía mal. Al día siguiente nació su hija, con signos vitales débiles, como así también dijo que la misma presentaba olor a podrido y que poseía dos vueltas de cordón umbilical en el cuello, por lo que tuvieron que reanimarla con mangueras en la boca y la nariz por el lapso de 15 minutos. La mujer solicitó que se tomen las medidas legales del caso, porque el hecho ocurrido fue lo peor que le pasó en su vida.

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