El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, pidió anular las elecciones en Bolivia de acuerdo con los resultados preliminares del equipo de auditores encargado de valorar la calidad democrática del proceso, inicialmente previstos para el 13 de noviembre pero adelantados por la gravedad de la crisis postelectoral en el país latinoamericano.
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El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, pidió anular las elecciones en Bolivia de acuerdo con los resultados preliminares del equipo de auditores encargado de valorar la calidad democrática del proceso, inicialmente previstos para el 13 de noviembre pero adelantados por la gravedad de la crisis postelectoral en el país latinoamericano.
“En virtud de la gravedad de las denuncias y análisis respecto al proceso electoral que me ha trasladado el equipo de auditores nos cabe manifestar que la primera ronda de las elecciones celebrada el 20 de octubre pasado debe ser anulada y el proceso electoral debe comenzar nuevamente”, según manifestó Almagro a través de un comunicado.
Almagro pidió que los nuevos comicios se efectúen “tan pronto existan nuevas condiciones que den nuevas garantías para su celebración, entre ellas una nueva composición del órgano electoral”, añadió, citando los resultados del informe preliminar, que ha puesto a disposición del público.
En el documento, “el equipo auditor no puede validar los resultados de la presente elección, por lo que se recomienda otro proceso electoral” y señaló que “cualquier futuro proceso deberá contar con nuevas autoridades electorales para poder llevar a cabo comicios confiables”.
El Gobierno de Evo Morales se había comprometido a respetar las conclusiones de este análisis, del que se desmarcó sin embargo la oposición política, con el candidato presidencial Carlos Mesa -segundo en los últimos comicios- a la cabeza.
El país es escenario de protestas multitudinarias, paros y episodios violentos, que han dejado tres muertos y 200 heridos desde el 20 de octubre. Entre el viernes y sábado, el presidente Morales perdió el control total de la Policía, que se amotinó en todo el país pidiendo su renuncia y reivindicando la democracia, además de demandas sectoriales. Comenzaron rebelándose el viernes los agentes de las ciudades de Cochabamba, Sucre, Tarija y Santa Cruz. Y el sábado se sumaron uniformados de Potosí y Pando y La Paz. Incluso el cordón de seguridad en la Casa Grande del Pueblo, la nueva sede de la Presidencia del país, abandonó sus posiciones.