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Macri y una garantía de gobernabilidad

Domingo, 09 de septiembre de 2018 01:05

Para la gestión de Cambiemos es determinante la negociación que la Casa Rosada viene manteniendo con gobernadores en buscar de sellar el Presupuesto 2019, con las nuevas pautas de ajuste fiscal que el presidente Mauricio Macri pretende acordar con los mandatarios provinciales.
Se trata de una discusión tan crucial como la que el macrismo lleva adelante con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con la premisa de rubricar un nuevo acuerdo que le permita a la Argentina disponer de un mayor respaldo financiero.
Quedó atrás para el Gobierno la disparada del dólar, de igual manera que el operativo maquillaje aplicado en el Gabinete nacional, con la degradación incluso de ministerios clave a la figura de Secretarías de Estado, como el caso de Salud y Trabajo, por ejemplo.
Todo ese revuelo, sin embargo, quedó atrás para el Gobierno, que en las últimas horas concentró sus energías en apenas dos objetivos cruciales: rubricar un pacto con mandatarios provinciales en busca de asegurarse el Presupuesto 2019 en el Congreso y sellar un nuevo acuerdo con el FMI.
El macrismo se aferra a ambas gestiones y busca coronarlas con éxito en un intento por garantizarse gobernabilidad, en momentos en los que la administración de Cambiemos transita por una crisis de confianza producto del evidente fracaso de las políticas económicas que ha llevado adelante.
El Gobierno envió al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, a negociar con la directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, y con la mira puesta en el Presupuesto 2019, designó al titular de la cartera de Interior, Rogelio Frigero, para que lleve adelante el operativo “rosca” con las provincias.
Mientras tanto, el macrismo abrió un frente preventivo, con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, como “mariscal de campo” en medio de temores de que se produzcan nuevos ataques a supermercados, después de los ocurridos en algunas localidades del interior del país, incluso con un chico de 13 años fallecido durante un intento de saqueo en Chaco.
Bullrich, en este sentido, planteó que dirigentes políticos vinculados al kirchnerismo estaban organizando saqueos y revuelo social, por lo que se inició una investigación judicial e incluso legisladores del Frente para la Victoria (FpV) reclamaron que brinde, en el Congreso, precisiones sobre su denuncia.
Una fecha clave para el Gobierno será la de este martes 11 de septiembre, cuando Macri se reúna con gobernadores buscando dar la bendición final al proyecto de Presupuesto 2019 con las pautas de ajuste fiscal que apuntarían a un déficit cero para el año que viene -una reducción significativa con relación al 1,3% previsto originalmente-.
Los mandatarios provinciales esperan “escuchar e informarse” antes de rubricar su visto bueno y estiman, además, que es poco probable que ese mismo día expresen públicamente su acuerdo y se tomen esa foto que tanto anhela conseguir Macri, todos juntos, sonrientes.
El ánimo de la mayoría de los gobernadores dialoguistas es “apoyar y ayudar” en forma responsable a la gestión que lidera el exalcalde porteño, aunque en las últimas horas dejaron en claro que no van a “firmar a libro cerrado”, sobre todo luego de que la Argentina iniciara una nueva ronda de negociaciones con el FMI.
 

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Para la gestión de Cambiemos es determinante la negociación que la Casa Rosada viene manteniendo con gobernadores en buscar de sellar el Presupuesto 2019, con las nuevas pautas de ajuste fiscal que el presidente Mauricio Macri pretende acordar con los mandatarios provinciales.
Se trata de una discusión tan crucial como la que el macrismo lleva adelante con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con la premisa de rubricar un nuevo acuerdo que le permita a la Argentina disponer de un mayor respaldo financiero.
Quedó atrás para el Gobierno la disparada del dólar, de igual manera que el operativo maquillaje aplicado en el Gabinete nacional, con la degradación incluso de ministerios clave a la figura de Secretarías de Estado, como el caso de Salud y Trabajo, por ejemplo.
Todo ese revuelo, sin embargo, quedó atrás para el Gobierno, que en las últimas horas concentró sus energías en apenas dos objetivos cruciales: rubricar un pacto con mandatarios provinciales en busca de asegurarse el Presupuesto 2019 en el Congreso y sellar un nuevo acuerdo con el FMI.
El macrismo se aferra a ambas gestiones y busca coronarlas con éxito en un intento por garantizarse gobernabilidad, en momentos en los que la administración de Cambiemos transita por una crisis de confianza producto del evidente fracaso de las políticas económicas que ha llevado adelante.
El Gobierno envió al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, a negociar con la directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, y con la mira puesta en el Presupuesto 2019, designó al titular de la cartera de Interior, Rogelio Frigero, para que lleve adelante el operativo “rosca” con las provincias.
Mientras tanto, el macrismo abrió un frente preventivo, con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, como “mariscal de campo” en medio de temores de que se produzcan nuevos ataques a supermercados, después de los ocurridos en algunas localidades del interior del país, incluso con un chico de 13 años fallecido durante un intento de saqueo en Chaco.
Bullrich, en este sentido, planteó que dirigentes políticos vinculados al kirchnerismo estaban organizando saqueos y revuelo social, por lo que se inició una investigación judicial e incluso legisladores del Frente para la Victoria (FpV) reclamaron que brinde, en el Congreso, precisiones sobre su denuncia.
Una fecha clave para el Gobierno será la de este martes 11 de septiembre, cuando Macri se reúna con gobernadores buscando dar la bendición final al proyecto de Presupuesto 2019 con las pautas de ajuste fiscal que apuntarían a un déficit cero para el año que viene -una reducción significativa con relación al 1,3% previsto originalmente-.
Los mandatarios provinciales esperan “escuchar e informarse” antes de rubricar su visto bueno y estiman, además, que es poco probable que ese mismo día expresen públicamente su acuerdo y se tomen esa foto que tanto anhela conseguir Macri, todos juntos, sonrientes.
El ánimo de la mayoría de los gobernadores dialoguistas es “apoyar y ayudar” en forma responsable a la gestión que lidera el exalcalde porteño, aunque en las últimas horas dejaron en claro que no van a “firmar a libro cerrado”, sobre todo luego de que la Argentina iniciara una nueva ronda de negociaciones con el FMI.
 

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