Mientras la inflación crece y se siguen recalentando los precios, la canasta básica también continúa incrementándose y una familia tipo salteña necesita dos salarios mínimos (que está en 10.000 pesos) para acceder a dicha canasta, de acuerdo al relevamiento que realiza todos los meses el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci).
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Mientras la inflación crece y se siguen recalentando los precios, la canasta básica también continúa incrementándose y una familia tipo salteña necesita dos salarios mínimos (que está en 10.000 pesos) para acceder a dicha canasta, de acuerdo al relevamiento que realiza todos los meses el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci).
Según el sondeo de esta entidad, en julio la canasta básica total tuvo un valor de $19.295,47, lo que representó una variación de 4,13%, respecto a junio.
Una familia necesitó entre junio y julio $765,14 más para no caer en la pobreza. Una cifra preocupante para el Isepci es que la canasta tuvo un aumento interanual del 40,70%.
El índice barrial de precios reflejó que entre junio y julio, lo que más se incrementaron en la canasta fueron los productos de almacén. Estos tuvieron un aumento entre un mes y otro del 7,66%.
"Los aumentos vienen teniendo una tendencia alcista que no se modifica. En lo que va del año, los precios que más aumentaron son los del rubro almacén", reseñó Federico Maigua, quien es el titular del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana.
La canasta que mide el Isepci está compuesta por 57 productos, es similar a la del Indec.
Entre los productos de almacén se cuenta harina, pan, galletas, queso cremoso, queso untable, leche, huevo, fideo, arroz, aceite, te, café, algunas bebidas, entre otros.
Según contó Maigua, entre las cosas de almacén que más subieron se encuentran las galletas dulces un 17%, el aceite un 14% y el vinagre un 15%. También el pan tuvo un incremento del 9%. Señalan que en junio se conseguía un kilo de pan francés por 57 pesos, pero en julio este valor ya estaba por encima de 60 pesos.
Algo que llamó la atención es la depreciación de la carne. El precio de los cortes de carne cayó 1,1. Maigua atribuye esto a la caída del consumo de carne. Sin embargo, sostiene que las verduras siguieron en alza con un incremento del 4,73%.
El Isepci realiza mes a mes una recorrida por los almacenes de barrio para analizar el comportamiento de los precios. Desde la institución señalan dos cosas: una que ven muchos cierres de negocios y verdulerías; y otra cosa que destacan es que los que quedan en pie tratan de aguantar y absorber ellos las subas hasta que no pueden más y las trasladan a los precios.
"Hay un panorama sombrío de cara al futuro, ya se en el corto y mediano plazo. Lo que estamos viendo responde a la política antiinflacionaria del Gobierno que no dan los resultados esperados y eso se paga con el bolsillo de los trabajadores", afirma Maigua.
Con mucha preocupación afirma que es muy difícil el escenario, ya que los precios aumentan a ritmo acelerado, pero los ingresos familiares no crecen con esa velocidad. "Con estas pautas a la gente se le hace difícil afrontar los gastos", dice.
Y agrega que esto es una cadena: si la gente no puede ni siquiera comprar lo básico para vivir hay más pobreza, lo que a su vez provoca caída del consumo y falta de trabajo.
La situación empeora cuando uno ve que el Indec informó que en julio pasado la inflación fue de 3,1% y en el acumulado de 2018 ya suman 19,6%. A fin de año se espera una inflación por arriba de 30%; mientras que los sueldos no subieron ni 20% en general.
La indigencia
El Isepci también mide el valor de la canasta básica de alimentos, que en julio tuvo un costo de $7.718,19 para dos adultos y dos menores. Esta canasta tuvo un incremento de 4,13% entre junio y julio.
La canasta que mide la indigencia, o sea la sola posibilidad de adquirir alimentos, tuvo un aumento del 37,89% interanual.
Entre junio y julio, una familia salteña necesitó $306,06 más para no ser indigente.
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