Las ferias barriales existen en la ciudad de Gral. Güemes desde hace 17 años, cuando vecinos del barrio Santa Teresita sacaron mesas frente de sus casas para vender productos por ellos elaborados, ropa en desuso o frutas y verduras, como una forma de paliar la difícil situación por la que estaban atravesando por esos años.
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Las ferias barriales existen en la ciudad de Gral. Güemes desde hace 17 años, cuando vecinos del barrio Santa Teresita sacaron mesas frente de sus casas para vender productos por ellos elaborados, ropa en desuso o frutas y verduras, como una forma de paliar la difícil situación por la que estaban atravesando por esos años.
De aquellos primeros vecinos que ocupaban una sola cuadra del barrio hasta el presente, la feria del Santa Teresita, como se la conoce, pasó a ocupar unas 7 cuadras, con un total de 800 feriantes alineados en todo lo ancho de la calle, tanto en la margen izquierda, centro y margen derecha.
Este gran movimiento comercial tuvo constantes reuniones con el Ejecutivo municipal con la finalidad de poder reglamentar su situación.
Años después, una segunda feria comenzó a crecer sobre una de las márgenes de la ruta 34, sobre el acceso norte a la ciudad, pero ocupando un terreno privado perteneciente a Vialidad de la Nación.
Por razones de mejoras en la ruta, con más de una década de permanencia en el lugar, la feria se vio obligada a trasladarse hacia el barrio Cooperativa, donde esperan quedarse en forma definitiva.
Para regularizar la situación de ambas se elaboró y aprobó una ordenanza durante la gestión del Concejo anterior, pero a pedido de los feriantes, que no estaban de acuerdo con esa norma, no se puso en vigencia.
La semana anterior la concejala Lorena Cejas presentó un proyecto de ordenanza para lograr ponerlas en caja, por lo cual fueron invitados representantes de las ferias para escuchar puntos de vista.
Las diferentes posturas
La delegada de la feria del barrio Cooperativa, Claudia López, dijo: "Estamos de acuerdo en casi todos sus puntos, es necesario que dejemos de ser una feria clandestina y que quede legalmente constituida. Desde que nos reubicamos no pagamos piso a la Municipalidad, pero cuando salga la ordenanza deberemos comenzar a pagar de nuevo".
"Cada feriante entrega un pequeño importe a la comisión directiva, para gastos de limpieza. entre otras cosas. Lo que nos sobra lo guardamos para ayudar en una obra que se está realizando en la sala de primeros auxilios del barrio. En total somos alrededor de 180 feriantes. Creemos que vamos a adaptarnos con facilidad a la nueva ordenanza", agregó.
Mónica Urzagaste, presidenta de la comisión de la feria Santa Teresita, manifestó a su turno que presentaron una nota dando a conocer los puntos de la ordenanza con los cuales no están de acuerdo.
"Uno de los puntos exige que la feria esté zonificada por rubro, es decir los vendedores de comidas en un lugar, los de ropa en otros, perfume y limpieza igual, pero muchos de nuestros feriantes tienen cerca de 17 años ocupando el mismo espacio, por lo que se niegan rotundamente a ser reubicados. Ya lo intentamos años anteriores y solo se generaron problemas, porque están acostumbrados a su espacio de siempre".
"Otro de los puntos son los papeles que debemos presentar para demostrar que somos vecinos del departamento, todos nos conocemos y un certificado de residencia sería suficiente, pero nos piden la escritura de la casa o contrato de alquiler, todo esto legalizado. La ordenanza prevé una partida presupuestaria para las necesidades de las ferias, pero no hay una especificación sobre cuáles son esas necesidades que podrían surgir, queremos esa discriminación de gastos. Pedimos que a los jubilados, personas con discapacidad o estudiantes se los exceptúe del pago del piso. Otro de los pedidos para que sean incluidos en el proyecto de ordenanza es que parte de lo que se recaude sea invertido en obras para el barrio", manifestó.
En lo que están todos de acuerdo es en la prohibición de la instalación de comerciantes de Perico, quienes llegan cada semana con sus camiones o camionetas llenas de mercaderías, a los que los locales acusan de competencia desleal porque tienen precios al por mayor.