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Deja huérfana a toda una región

Miércoles, 02 de agosto de 2017 00:00

La despedida del obispo Zanchetta genera inquietud y desconcierto, no solo entre los oranenses sino también en los medios de comunicación, incluso, de alcance nacional.

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La despedida del obispo Zanchetta genera inquietud y desconcierto, no solo entre los oranenses sino también en los medios de comunicación, incluso, de alcance nacional.

"No teníamos ningún indicio de que esto podía llegar a suceder", dijo ayer el sacerdote Rubén Gutiérrez a una radio de Orán. "Obvio que el perfil de trabajo de monseñor Zanchetta puede llegar a incomodar en algunos, pero no hace más que cumplir fielmente lo encomendado por el papa Francisco. También entiendo que haber participado activamente de los conflictos sociales en Orán pudo tener impacto en su salud", señaló el cura.

Es el mismo religioso, de Hipólito Yrigoyen, que en 2013 recibió un llamado personal del papa Francisco, quien le dijo: "Yo conozco y quiero a Orán, yo sé lo que estoy mandándoles; voy a mandar un pastor con olor a lobo".

El papa Francisco quería llevar tranquilidad a los oranenses luego de las informaciones descalificadoras contra Zanchetta del columnista de Página 12 Horacio Verbitsky. Ese redactor, a quien una biografía no autorizada califica como "doble agente" durante la dictadura, se había ensañado antes con el cardenal Jorge Bergoglio, al que acusaba de haber "entregado a dos sacerdotes".

Todo esto ratifica que Zanchetta fue un "hombre del Papa", quien aconsejaba "no se dejen engañar por cantos de sirenas", según el testimonio del padre Gutiérrez, publicado por El Tribuno.

"Estamos desolados", confió ayer una religiosa oranense, que prefirió reservar su identidad. "Fue un obispo absolutamente comprometido con los problemas sociales de la diócesis. Un verdadero pastor", dijo.

Ese estado de ánimo sobrevuela entre los sacerdotes y laicos del norte salteño. No pueden creer en esta despedida sorpresiva, a través de una carta y por una razón que no les resulta del todo convincente.

Zanchetta había sido protagonista, un año atrás, de la resolución de un grave conflicto en el ingenio San Martín del Tabacal, que amenazaba con mucha violencia y se resolvió con abrazos, en su presencia y la de directivos del sindicato y la empresa.

Hace un par de meses, su intervención fue decisiva para evitar el desmadre de la crisis planteada por los bagayeros, que quedaron sin trabajo por una intervención de la AFIP.

El organismo recaudador no puede permitir el contrabando, que es una usina de la economía en negro y aniquila la calidad de vida (personal e institucional). Pero la gente no se puede quedar sin trabajo.

El contrabando quedó a la vista, no es el causante sino en alguna medida la consecuencia de lo que pasa en un territorio fronterizo que vive al margen de la ley, donde hay dos juzgados federales sin juez titular, uno en Tartagal -porque no asumió- y el otro -Raúl Reynoso, de Orán- está preso y no fue nombrado su sucesor.

El contrabando, la trata de personas, el lavado de activos y el narcotráfico han desplazado a la producción maderera, frutal, agrícola y agroindustrial como centro de la actividad económica. "Todo eso se puso de manifiesto en la crisis de los bagayeros y en esta tristísima renuncia del padre Gustavo", añadió la monja. "Nosotros solamente habíamos observado que, luego del conflicto con los bagayeros, se lo notaba con desasosiego", puntualizó.

Nadie cree que hayan sido el viaje de Zanchetta, acompañando a los intendentes Marcelo Lara Gros y Sergio Oliva para reunirse con el ministro Rogelio Frigerio, ni los incumplimientos posteriores de la política, la causa de su deserción.

Más bien, sus íntimos sospechan que las amenazas de muerte, los casos de sicariato y la impunidad del crimen organizado pudieron haberlo desbordado.

La vertiginosa aceptación de la renuncia por parte del Papa y la inmediata designación del arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik, ponen de manifiesto que para ellos no fue una sorpresa. Stanovnik fue quien en agosto de 2013 lo ordenara obispo, acompañado por su antecesor, Marcelo Colombo. Ahora, desde Corrientes, Zanchetta escribió su despedida.

El protagonismo social de Zanchetta no habla de su ideología, sino de la fragilidad política y social de la región. "Solo espero que Su Santidad nombre al frente de nuestra Diócesis a alguien que conozca la región. Ser un buen sacerdote y un buen obispo no es fácil, al contrario, pero son los desafíos que Dios pone en nuestro camino", dijo ayer el padre Gutiérrez a la radio Ciudad de Orán. Fue, tal vez, un mensaje para su amigo Francisco.

 

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