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Seis diputados salteños apoyan la expulsión de De Vido

Solo Pablo López no está de acuerdo con la exclusión del exministro de Planificación.
Martes, 25 de julio de 2017 00:00

Seis de los siete diputados salteños adelantaron su decisión de votar favorablemente la exclusión de Julio De Vido de la Cámara de Diputados por "indignidad moral". Para hoy se espera (con más cautela que euforia) el dictamen de la Comisión de Asuntos Constitucionales y para mañana una sesión de Cámara que promete convertirse en una maratón de discursos, pero para la cual Cambiemos no está seguro (ni mucho menos) de reunir los dos tercios que necesita para echar al ex ministro.

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Seis de los siete diputados salteños adelantaron su decisión de votar favorablemente la exclusión de Julio De Vido de la Cámara de Diputados por "indignidad moral". Para hoy se espera (con más cautela que euforia) el dictamen de la Comisión de Asuntos Constitucionales y para mañana una sesión de Cámara que promete convertirse en una maratón de discursos, pero para la cual Cambiemos no está seguro (ni mucho menos) de reunir los dos tercios que necesita para echar al ex ministro.

El trámite parlamentario está impregnado por el clima de campaña. Cambiemos, de la mano de Elisa Carrió, llevó la jugada al extremo. Si bien va logrando imponer los hechos de corrupción en la agenda preelectoral, podría sufrir un traspié. Probablemente, Carrió no haya tenido en cuenta que en la embestida contra De Vido provocaría ondas expansivas que afectan a varios gobernadores y, en especial, a dos ex presidentes peronistas, Carlos Menem y Cristina de Kirchner.

López, en contra

Pablo López, del Partido Obrero, ya anticipó que no avalará la destitución. Sostiene, junto con el bloque de la izquierda, que De Vido no es más corrupto que el resto, a despecho de que es el único legislador que acredita cuatro procesamientos y 130 imputaciones; y que están presos dos de sus subalternos, los exsecretarios de Transporte, Ricardo Jaime, y de Obras Públicas, José López, además de otras figuras como Lázaro Báez y Milagro Sala, con quienes tuvo un vínculo operativo durante su gestión.

El diputado salteño sostiene que el actual gobierno carga sobre De Vido "pero no sobre los jueces que le garantizaron la impunidad". En síntesis, una forma de encubrimiento que también atribuye, especialmente, a Carrió. La verdadera preocupación de la izquierda es que al avalar una decisión que consideran arbitraria, como es la de decidir por votación sobre "la dignidad o la indignidad", terminen brindando un antecedente para perseguir a cualquier expresión minoritaria, especialmente al Frente de Izquierda y los Trabajadores.

El planteo que explicita el trotskismo, por una parte, contribuye a la impunidad de ilícitos de alto calibre, que esa corriente no desconoce. Prefiere aplicar el criterio de "o todos o ninguno". Por otra parte, pone en evidencia un complejo entramado, que se convierte en una suerte de trampa para todos.

Seis a favor

El macrista Guillermo Durand Cornejo afirmó la semana pasada en la comisión que "los fueros no deben servir para convertir al Congreso en un aguantadero". Ese argumento, sobre el cual apoya su postura a favor de la exclusión de De Vido, admite tácitamente que junto con el arquitecto kirchnerista, son muchos los que en distinto grado, entran en la categoría de "indignidad moral".

Javier David y Pablo Kosiner los salteños del Bloque Justicialista que integran la comisión, y Evita Isa, del mismo bloque, no dudan de que el estrépito causado por los procesamientos convierte en insostenible la continuidad de De Vido en la Cámara. Lo mismo opinan el radical Javier Nanni, secretario de la comisión, y también Alfredo Olmedo.

Todos apoyan que se aplique el criterio que, en 1991, permitió la exclusión sin mayor trámite del diputado catamarqueño Ángel Luque, involucrado en el asesinato de María Soledad Morales, pero que nunca fue condenado. Por las mismas razones, la cámara impidió en 2005 la incorporación del comisario Luis Patti, quien estaba acusado, pero no procesado, como represor durante la dictadura.

En general, todos hubieran preferido un gesto de grandeza de De Vido, que hubiera consistido en un pedido de licencia y allanamiento de fueros, para ponerse a disposición de la Justicia.

Incluso, todos se mostraron proclives a que se lo suspendiera hasta tanto la Justicia se pronuncie. Pero ninguno, en cambio, considera que la Cámara debiera desentenderse de corregir la morosidad de los jueces para investigar la corrupción. Es decir, no admiten actitudes pasivas.

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