El jueves pasado, durante el paro nacional, el Gobierno puso en marcha el promocionado protocolo antipiquetes y tuvo resultado satisfactorio. Las fuerzas de seguridad disiparon -no con pocas dificultades- los cortes en todos los accesos a la Capital Federal, con lo cual los automovilistas que quisieron, tuvieron vía libre y muchos aplaudieron esa posibilidad. Es que los cortes en cualquier parte y a cualquier hora ya no tienen el acompañamiento de antes, si hasta la CGT los había criticado.
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El jueves pasado, durante el paro nacional, el Gobierno puso en marcha el promocionado protocolo antipiquetes y tuvo resultado satisfactorio. Las fuerzas de seguridad disiparon -no con pocas dificultades- los cortes en todos los accesos a la Capital Federal, con lo cual los automovilistas que quisieron, tuvieron vía libre y muchos aplaudieron esa posibilidad. Es que los cortes en cualquier parte y a cualquier hora ya no tienen el acompañamiento de antes, si hasta la CGT los había criticado.
Con este precedente, se supo ayer que el presidente Mauricio Macri y su equipo de Gobierno ya tomaron la decisión de profundizar el desalojo de piquetes en las protestas sociales. Por ese motivo, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich , y el secretario de Seguridad Interior, Gerardo Milman, se reunirán mañana con los altos mandos de la Policía Federal, la Gendarmería y la Prefectura para analizar las acciones futuras.
Según informó ayer La Nación, evaluarán la compra de nueva tecnología, los procedimientos por corregir y nuevas técnicas de adiestramiento antidisturbios. Según una alta fuente oficial, el Gobierno porteño, que dirige Horacio Rodríguez Larreta , se acoplará progresivamente a la estrategia de desalojo de los piquetes. El jefe de Gobierno teme que hechos de violencia terminen con víctimas fatales.
Todo indicaría que el presidente Macri tiene una postura dura, al igual que Bullrich, pero Marcos Peña, jefe de Gabinete, está más cerca de Rodríguez Larreta.
Sin embargo, la Ciudad labró cientos de multas a micros mal estacionados en la avenida 9 de Julio, lo que condicionará a los dueños contratados por piqueteros, la CGT o los partidos políticos como el PJ.
"La Ciudad no despeja aún las calles. El jueves desalojaron el piquete en Corrientes y Callao, pero no el de Corrientes y 9 de Julio", dijo un alto funcionario nacional.
En Seguridad señalaron que ello obedece a que la Policía de la Ciudad aún está en un proceso de fusión entre la anterior Policía Metropolitana y la vieja Policía Federal.
"Además ellos tienen piquetes todos los días y no alcanza el personal. Va a ser un proceso evolutivo", dijo un funcionario.
La Gendarmería desalojó el jueves la Panamericana y ruta 197, el Puente Pueyrredón e impidió otros piquetes en las autopistas del Oeste y Ricchieri, y Constituyentes y General Paz, recordó la fuente.
Mañana, primer paso
Mañana se evaluará la compra de grúas o elementos para remover y secuestrar vehículos a mayor velocidad. Se sabe que el Gobierno nacional dispone de algunas grúas, "pero debemos tener más", dijo otra fuente.
"Vamos a analizar las prioridades según nuestras posibilidades presupuestarias", dijo una fuente del Ministerio de Seguridad. También, Bullrich y Milman consideran la posibilidad de técnicas de adiestramiento como las de la policía alemana, sin armas letales, pero con despliegues rápidos que neutralizan a los revoltosos.
Bullrich y Milman enviaron a los piquetes observadores civiles que tomaron fotos y apuntes sobre el accionar de las fuerzas. Se analizarán esos informes y los de las propias fuerzas. En base a ellos, se corregirán procedimientos.
De todos modos, la Casa Rosada admite que el apoyo popular recibido en la "marcha por la democracia" del 1-A, el sábado anterior, fue clave para la decisión política de ir contra los piquetes.
"La gente nos dijo que hay una mayoría que no grita ni corta calles, pero que apoya y pide basta de piquetes. Que no seamos timoratos y actuemos", dijo un funcionario de la primera línea.