Por Carmen Petrini
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Por Carmen Petrini
María José Liendro es una experimentada productora salteña que se desempeña en el ámbito de la cultura en Córdoba desde hace varios años. Pero, ahora está con ganas de volver a su terruño para echar a andar emprendimientos relacionados con su área y para eso, ya puso manos a la obra haciendo honor a su especialidad. “Majo”, como todos la conocen, se fue en el año 2003 a estudiar Comunicaciones en la Universidad Nacional de Córdoba. Mientras estaba estudiando le surgieron posibilidades de trabajo en radios y revistas que ella no desaprovechó. El punta pié inicial lo dio en la radio FM Sur, ubicada en la popular Villa El Libertador, al sur de la ciudad de Córdoba. “Empecé en FM Sur, después pasé a Rock and Pop, y a Vorterix cuando desembarcó en Córdoba. “Las FM por las que pasé fueron muchas, pero me interesó siempre trabajar en las que tuvieran un compromiso con la cultura, lejos del amarillismo”.
En 2004 se propuso crear una revista digital cultural que se llamó El vernáculo y que se transformó en el lugar por el que pasaban los estudiantes de comunicación de la UNC. “Yo creo mucho en la autogestión. Creo que los comunicadores tenemos que dejar de quejarnos de la falta de oportunidades y gestionar nuestros propios espacios de expresión”, dijo Majo a El Tribuno. La revista digital estuvo on line durante 6 años y llegaron a trabajar más de 70 personas. Desde hace un par de años está en una editorial cordobesa que apuesta fuertemente a la cultura de Córdoba, y es una permanente usina generadora de ideas. Allí se ocupa de la producción, no solo de libros, sino también de música, videos y la revista semestral, La Central, que es la estrella de la editorial, con una edición muy cuidada.
Niñez y arte
Majo cuenta que ella se dedica a la cultura tal vez porque es una “artista frustrada”, sin embargo, por lo que relata, su pasión deviene de una familia donde la música ocupó un lugar especial. Alfredo Liendro, su papá es docente en una escuela Técnica pero siempre fue un amante del tango. “La pasión de mi papá es el tango. Incluso organizaba festivales y mi abuelo me llevaba siempre a escuchar la orquesta sinfónica. Me crié en ese ambiente que me hizo muy feliz”, relató Majo. Su madre, Evelia Fabián ya está jubilada y es peluquera de profesión.