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Aldo es la tercera generación de lustrabotas de su familia

Miércoles, 28 de diciembre de 2016 23:56
Aldo Durán, en su lugar de trabajo: la tradicional esquina de España y Mitre. Foto Andrés Mansilla
Para el anfitrión de la plaza/ ese gallego trabajador/ maquillador de los zapatos
Aquel que le da brillo/ a la conciencia con su paño
Pone su empeño/ en enderezar el paso del tiempo/ en el cuero gastado
Y en la suela que pisa la vida,/ va sembrando/ una esperanza
Por eso te rindo este homenaje/ lustrador de los sueños de mi Salta.
Extraído del libro "La edad del sosiego entre canto y poesía", del autor José Diego Calderón dedicado al lustrabotas salteño Aldo Benjamín Durán.
Aldo, conocido también como el "Gallego", tiene su puesto fijo en la esquina de Mitre y España, sobre la plaza 9 de Julio. Allí trabaja desde hace 28 años, todos los días, de 9 a 14 y de 17 a 21, excepto el domingo que está únicamente hasta el mediodía.
Una silla de hierro alta, un cajón de lustra que incluye un asiento, cepillo, paños y algunos productos para la limpieza del zapato son todo su capital. "A pesar de la crisis mi trabajo no decayó en ningún momento, ahora estoy cosechando lo que sembré. Si usted sembró cosas buenas cosechará cosas buenas; si usted sembró cosas malas, así le va", reflexionó el lustrabotas.
Aldo tiene muchos clientes que a diario lo buscan. Cuenta que el secreto está en "saberlos cuidar, no masacrándolos con los precios ni haciendo trabajos malos. Sobre todo teniendo respeto y educación, son dos palabras mágicas de mi libro de la vida, que siempre abren las puertas que usted menos se imagina".
Hoy una lustrada de zapatos sale 25 pesos y muchas veces el cliente le deja una propina. "Cuando a me dicen: 'Hiciste un hermoso trabajo', para mí vale más que la plata que están pagando", destacó el hombre de 59 años que vive en barrio Castañares.
Aldo y su esposa, que es empleada en casas particulares, sacaron adelante a la familia. Tienen cuatro hijos, tres de ellos ya desplegaron sus alas como él mismo dice. Uno es Policía, otro trabaja en Andesmar y una hija en YPF en Caleta Olivia, Santa Cruz. La más chica, una adolescente, está haciendo la secundaria.
"Antes nos educaban así, nos decían que teníamos que trabajar, ganarnos el pan. Mi casa yo la tengo con mucho esfuerzo. Cuando veo hoy en día que la gente pide que les den todo me da mucha rabia", señaló.
Aldo hizo hasta primer año de la secundaria por "vago y atorrante", admite. Empezó a lustrar de grande, cuando tenía 31 años, aunque recuerda que en realidad aprendió el oficio de muy chico. "A los 10 años mi padre me enseñó a trabajar, él era lustra, mi abuelo también era lustra. Entonces me decía: Usted aprenda bien y recién va a salir a trabajar. Me hacía lustrar una vez, otra vez y así hasta que me salió bien y ahí salí", contó.
En joven por vergüenza empezó a trabajar en comercios y estaciones de servicio, pero no le alcanzaba para vivir. "Yo me sentaba en la plaza, miraba y no sabía qué rumbo tomar. No podía seguir así y me puse a vender bollos, diarios, hasta que un día sentado aquí veía cómo trabajan los lustras y le dije a mi mujer: Comprame todas las cosas y yo voy a hacer el cajón. Al principio no lustraba nada, después de a poco comencé a trabajar y me fueron conociendo; hasta el día de hoy no paré nunca más", señaló.

Llamado a la solidaridad con los lustra

Juan Pedro Toconás, un exlustrabotas conocido como el "Gorra Felipe", presidió en los '90 la entidad Lustrabotas Asociados de Salta, que según supo este medio ya no funciona.
A través de una carta manuscrita que Toconás hizo llegar a la redacción de El Tribuno llamó a la solidaridad de los salteños en estas fiestas de fin de año para que los trabajadores "de la tinta y el cepillo" puedan llevar unos centavos más a la mesa familiar en aspecto de "aguinaldo".
También agrega que se recibirán donaciones hasta el Día de Reyes, incluso, de ropa, calzados, alimentos no perecederos o lo que las personas puedan dar. "Espero que comprendan la situación crítica que estamos atravesando y nos extiendan una mano", dice una parte del escrito. Además, destaca que "ser lustrabotas es un oficio loable, pero sacrificado e insalubre". Deja un teléfono: 4332317.

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Para el anfitrión de la plaza/ ese gallego trabajador/ maquillador de los zapatos
Aquel que le da brillo/ a la conciencia con su paño
Pone su empeño/ en enderezar el paso del tiempo/ en el cuero gastado
Y en la suela que pisa la vida,/ va sembrando/ una esperanza
Por eso te rindo este homenaje/ lustrador de los sueños de mi Salta.
Extraído del libro "La edad del sosiego entre canto y poesía", del autor José Diego Calderón dedicado al lustrabotas salteño Aldo Benjamín Durán.
Aldo, conocido también como el "Gallego", tiene su puesto fijo en la esquina de Mitre y España, sobre la plaza 9 de Julio. Allí trabaja desde hace 28 años, todos los días, de 9 a 14 y de 17 a 21, excepto el domingo que está únicamente hasta el mediodía.
Una silla de hierro alta, un cajón de lustra que incluye un asiento, cepillo, paños y algunos productos para la limpieza del zapato son todo su capital. "A pesar de la crisis mi trabajo no decayó en ningún momento, ahora estoy cosechando lo que sembré. Si usted sembró cosas buenas cosechará cosas buenas; si usted sembró cosas malas, así le va", reflexionó el lustrabotas.
Aldo tiene muchos clientes que a diario lo buscan. Cuenta que el secreto está en "saberlos cuidar, no masacrándolos con los precios ni haciendo trabajos malos. Sobre todo teniendo respeto y educación, son dos palabras mágicas de mi libro de la vida, que siempre abren las puertas que usted menos se imagina".
Hoy una lustrada de zapatos sale 25 pesos y muchas veces el cliente le deja una propina. "Cuando a me dicen: 'Hiciste un hermoso trabajo', para mí vale más que la plata que están pagando", destacó el hombre de 59 años que vive en barrio Castañares.
Aldo y su esposa, que es empleada en casas particulares, sacaron adelante a la familia. Tienen cuatro hijos, tres de ellos ya desplegaron sus alas como él mismo dice. Uno es Policía, otro trabaja en Andesmar y una hija en YPF en Caleta Olivia, Santa Cruz. La más chica, una adolescente, está haciendo la secundaria.
"Antes nos educaban así, nos decían que teníamos que trabajar, ganarnos el pan. Mi casa yo la tengo con mucho esfuerzo. Cuando veo hoy en día que la gente pide que les den todo me da mucha rabia", señaló.
Aldo hizo hasta primer año de la secundaria por "vago y atorrante", admite. Empezó a lustrar de grande, cuando tenía 31 años, aunque recuerda que en realidad aprendió el oficio de muy chico. "A los 10 años mi padre me enseñó a trabajar, él era lustra, mi abuelo también era lustra. Entonces me decía: Usted aprenda bien y recién va a salir a trabajar. Me hacía lustrar una vez, otra vez y así hasta que me salió bien y ahí salí", contó.
En joven por vergüenza empezó a trabajar en comercios y estaciones de servicio, pero no le alcanzaba para vivir. "Yo me sentaba en la plaza, miraba y no sabía qué rumbo tomar. No podía seguir así y me puse a vender bollos, diarios, hasta que un día sentado aquí veía cómo trabajan los lustras y le dije a mi mujer: Comprame todas las cosas y yo voy a hacer el cajón. Al principio no lustraba nada, después de a poco comencé a trabajar y me fueron conociendo; hasta el día de hoy no paré nunca más", señaló.

Llamado a la solidaridad con los lustra

Juan Pedro Toconás, un exlustrabotas conocido como el "Gorra Felipe", presidió en los '90 la entidad Lustrabotas Asociados de Salta, que según supo este medio ya no funciona.
A través de una carta manuscrita que Toconás hizo llegar a la redacción de El Tribuno llamó a la solidaridad de los salteños en estas fiestas de fin de año para que los trabajadores "de la tinta y el cepillo" puedan llevar unos centavos más a la mesa familiar en aspecto de "aguinaldo".
También agrega que se recibirán donaciones hasta el Día de Reyes, incluso, de ropa, calzados, alimentos no perecederos o lo que las personas puedan dar. "Espero que comprendan la situación crítica que estamos atravesando y nos extiendan una mano", dice una parte del escrito. Además, destaca que "ser lustrabotas es un oficio loable, pero sacrificado e insalubre". Deja un teléfono: 4332317.

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