Decir Sergio Plaza es decir Gimnasia y Tiro. Y eso es mucho en tiempos en los que el sentido de pertenencia con una camiseta no es moneda corriente. El Interminable, como supo bautizarlo Salvador Ragusa, le entregó al albo lo mejor de sí en las buenas y en las malas; con la espuma irrefrenable de la gloria y los ascensos, y también en los tiempos de pesadilla del Argentino B. El hincha se lo valora y el club supo darle un lugar, esta vez alejado del fútbol (desde octubre del año pasado) y en la función de ayudante de campo del DT rosarino. En diálogo con El Tribuno, Plaza contó cómo sufrió el retiro, habló sobre su nueva etapa de aprendizaje, de su deseo de dirigir a Gimnasia en el futuro y de la posibilidad de un ascenso en cuatro meses.
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Decir Sergio Plaza es decir Gimnasia y Tiro. Y eso es mucho en tiempos en los que el sentido de pertenencia con una camiseta no es moneda corriente. El Interminable, como supo bautizarlo Salvador Ragusa, le entregó al albo lo mejor de sí en las buenas y en las malas; con la espuma irrefrenable de la gloria y los ascensos, y también en los tiempos de pesadilla del Argentino B. El hincha se lo valora y el club supo darle un lugar, esta vez alejado del fútbol (desde octubre del año pasado) y en la función de ayudante de campo del DT rosarino. En diálogo con El Tribuno, Plaza contó cómo sufrió el retiro, habló sobre su nueva etapa de aprendizaje, de su deseo de dirigir a Gimnasia en el futuro y de la posibilidad de un ascenso en cuatro meses.
“Me costó al principio dejar de jugar, pero ya le agarré el gusto a esta experiencia. Quería retirarme dejando una buena imagen. Nunca jugué por el nombre y siempre quise sentirme útil. Afuera de la cancha sufro más las derrotas, de una manera diferente, con más tensión”, expresó el excapitán, para luego agregar: “hablo todo el tiempo con los más chicos. Gimnasia debe volver a sacar jugadores como antes, hay madera, hay futuro. Pero hay que trabajar mucho: en lo físico, en el entrenamiento, el cuidado, cambiarles la cabeza. No se trata sólo de jugar bien, también hay que ser fuerte de la cabeza”.
En relación a su nueva etapa de aprendizaje y su anhelo, el exzaguero explicó: “sueño con dirigir a este club. Pero me falta, estoy haciendo escuela y aprendiendo de la mano de un DT con mucha sabiduría. Esto para mí es todo nuevo. De este lado comienzo a ver cosas que como jugador no las veía. Gimnasia es mi casa. Pero quiero hacer las cosas bien, tomarme mi tiempo. Muchos se mandan sólo por el nombre, pero no debería ser así”, concluyó.