A una semana de la coronación de Felipe de Asturias como rey de España, su esposa, Letizia Ortiz, futura reina consorte, ya ocupa la prensa del corazón de todo el mundo.
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A una semana de la coronación de Felipe de Asturias como rey de España, su esposa, Letizia Ortiz, futura reina consorte, ya ocupa la prensa del corazón de todo el mundo.
A sus 41 años y con diez al lado del príncipe, todo este tiempo se preparó para desempeñar su nuevo rol.
Tras la abdicación del rey Juan Carlos, quien acaba de decir que no quiere que su hijo “se marchite esperando como Carlos de Inglaterra. Hay que dejar paso a una generación más joven. Yo he cumplido mi misión”, todo está listo para el traspaso de la corona y cientos de medios ya llegan a España para la cobertura.
Letizia ingresará como reina al selecto mundo de las monarquías y son inevitables las comparaciones con la glamorosa Kate de Gran Bretaña y la popular Máxima de Holanda, entre otras, no solo por su belleza sino por su estilo a la hora de elegir su vestuario.
Lo cierto es que el próximo jueves todos los ojos estarán puestos en la pareja real, en el look de Letizia y las joyas que usará, si bien la austeridad será una de las características para no hacer ostentación en tiempos difíciles.
No obstante, una de las mayores compensaciones de Letizia por ejercer de reina consorte es que el tamaño y la calidad de su joyero aumentará casi en la misma medida que sus responsabilidades. Ella tendrá derecho dinástico al uso de los tesoros de la Familia Real española que luce hoy la reina Sofía.
Entre las piezas que recibirá se cuentan una diadema con tres flores de lis, la pieza más representativa realizada en diamantes engastados en platino. El collar de perlas rusas es la pieza más valiosa del lote según los historiadores, pero los joyeros no se están muy de acuerdo. También la llamada perla peregrina, que Sofía lleva colgado de un collar de perlas. A los pendientes con brillantes, dos pulseras exactas también de brillantes, cuatro hilos cortos de perlas grandes, un broche de perla grande gris, rodeada de brillantes, se suman tres piezas atesoradas por la reina, cuyo joyero es de propiedad privada y no de Patrimonio Nacional.