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18 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Un motochorro pide su moto como robada

Lunes, 12 de agosto de 2013 04:39

Un ladrón y salteador de caminos, menor de edad, se presentó días pasados en horas de la mañana junto a su madre a denunciar el robo de su motocicleta marca Skua, supuestamente por parte de dos hombres armados, quienes además le robaron su casco y su buzo color rojo, con el “caballino rampante” de logo, denunció en la comisaría 42.

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Un ladrón y salteador de caminos, menor de edad, se presentó días pasados en horas de la mañana junto a su madre a denunciar el robo de su motocicleta marca Skua, supuestamente por parte de dos hombres armados, quienes además le robaron su casco y su buzo color rojo, con el “caballino rampante” de logo, denunció en la comisaría 42.

“Esa es mi moto, la que los motochorros me robaron cuando salía del templo evangélico, dijo el menor a su madre”, señalando el secuestro que realizó personal policial tras una violenta persecución llevada a cabo el 4 de julio por los caminos que llevan a la misión Cherenta.

Allí comenzaron las tares de identificación del vehículo y la recepción de la denuncia por parte del personal de la comisaría. El relato del menor resultó sofisticado para su edad. Conocía el calibre del arma que lo apuntó, las palabras mágicas del asaltante y la brutalidad de sus gritos a la perfección. Además de la totalidad de las cosas que se hallaban secuestradas, incluso reclamó como propio el botín por el cual estaban siendo perseguidos: una billetera con dinero y alhajas ajenas.

Luego, tras corroborar la Policía que las cédulas de propiedad de la moto eran auténticas, el personal se aprestaba a devolverle al supuesto legítimo dueño tanto el celular como el vehículo, además del buzo rojo secuestrado, ya que el mismo exhibió pruebas contundentes de su legítima tenencia. Desgraciadamente para él, la coartada se le cayó cuando ingresó a la comisaría el personal que los persiguió y que los hizo abandonar la motocicleta, el buzo, una gorra, el casco, el botín y la motocicleta y que lo tuvo cara a cara antes de que huyeran por el monte.

Allí comenzó la telenovela de la madre del motochorro, quien fue detenida de inmediato. Hubo de todo, menos cordura en el familiar del menor detenido.

La Policía solicitó al juez de Instrucción Formal 1 un pedido para ubicar al cómplice del menor detenido, pero el pedido fue denegado por el juez, que se declaró incompetente. Poco después comenzaron a aparecer las víctimas del motochorro, que era el que conducía el vehículo cuando salían junto a su cómplice a delinquir por los caminos vecinales que conducen a General Mosconi y en las paradas de colectivo de las líneas interurbanas.

 

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