El dólar pegó en la última semana un estirón de hasta 15 centavos en el mercado informal porteño, para comercializarse a 8,35 pesos para la venta, alentado por la demanda minorista impulsada por aguinaldos y vacaciones, y en tres días la divisa subió 35 centavos.
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El dólar pegó en la última semana un estirón de hasta 15 centavos en el mercado informal porteño, para comercializarse a 8,35 pesos para la venta, alentado por la demanda minorista impulsada por aguinaldos y vacaciones, y en tres días la divisa subió 35 centavos.
En el sector oficial, la divisa estadounidense se comercializó a $5,43 modo vendedor, con una ligera suba de 1 centavo.
El segmento paralelo acumuló un alza del 4,37 por ciento en apenas tres días.
Ahorristas que buscan preservar el valor de sus pesos tras haber cobrado el medio aguinaldo de junio último y turistas interesados en obtener dólares para realizar viajes al exterior en las próximas vacaciones de invierno generaron que el “blue” redoblara el viernes pasado su tendencia alcista.
Tras haberse comercializado a un promedio de 8,20 pesos para la venta en la City porteña, el dólar paralelo tomó más distancia de la cotización oficial e incluso los “arbolitos” de la peatonal Florida y sus alrededores lo ofrecían a $8,47 en horas de la tarde.
Con un pico de 8,35 pesos -aunque un promedio de 8,27 en las “cuevas” más concurridas de la City, el dólar informal extendió a 53,8 por ciento su brecha con respecto a la cotización oficial, regulada por el Gobierno.
De este modo, quienes viajen al exterior y realicen compras con tarjetas de crédito emitidas en la Argentina, pagarán aquí 6,516 pesos por cada dólar liquidado en su resumen de consumos mensuales, tomando el cuenta el recargo del 20 por ciento aplicado por el Gobierno.
En tanto, quienes extraigan dólares (con un tope de hasta 800 mensuales en países no limítrofes y de 50 en las naciones vecinas por cuenta y entidad bancaria) obtendrán una cotización del orden de los $6,72, con el 20% más las comisiones -variadas- que cobran los bancos para efectuar este tipo de operaciones, llamadas técnicamente “adelanto en efectivo” financiado.
En el segmento mayorista, la moneda estadounidense cerró a 5,423 pesos para la compra y a $5,428 modo vendedor, bajo la atenta mirada del Banco Central.
Por su parte, el euro oficial se negoció a $7,02 para punta compradora y a $ 7,20 para la vendedora, con una brecha del 50,1 por ciento con respecto a la cotización informal de la divisa europea, la que se comercializaba este viernes a 10,81 pesos en las “cuevas” porteñas.
Por el lado de los futuros, los mercados contaron con la presencia del Banco Central con ofertas desde agosto hasta febrero, pero las coberturas siguieron concentradas a plazos cortos.
El contrato que vence a fin de mes tuvo postura vendedora en 4,983 pesos y de los vencimientos de agosto surgió una relación peso/dólar de 5,574, mientras que para la última posición del año, diciembre, el valor de la divisa se ubicó en 6,025 pesos.
Por su parte, el euro oficial se negoció a $ 7,02 para la compra.
La brecha con el oficial es 49,5%
Después de un largo letargo pareciera que el dólar paralelo comenzó a reactivarse.
El Banco Central volvió a comprar dólares, de hecho se llevó otros US$70 millones, la misma suma que adquirió el lunes.
La compra impulsó el avance del dólar mayorista en medio centavo, hasta $5,413; sin embargo, la suba no se trasladó a las pizarras donde el billete verde siguió a $5,42 para las ventas autorizadas.
Por su parte, las operaciones de “contado con liqui” dieron como resultado un dólar de $8,15. Si bien se trató de un incremento, fue de apenas 5 centavos, el salto ya lo había dado el lunes cuando por el alza de los bonos este instrumento para la fuga atravesó la barrera psicológica de los $8, quedando a $8,10.
De esta manera, la brecha entre el mercado formal e informal ascendió al 49,5 por ciento.
En la City aseguraron que hubo un aumento de la demanda de dólares, aunque leve. No obstante, los operadores no se sorprendieron, ya que desde hace varios días que se preguntaban por qué no se pedían divisas por las vacaciones, cuando el año pasado, para la misma época, la demanda desbordó y, en consecuencia, el dólar blue batía récords.
La Anses no estuvo vendiendo bonos, lo que hizo que el “contado con liqui” permaneciera arriba de $8.