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19 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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La presión impositiva en Brasil creció casi un 50 por ciento en 20 años

Sabado, 13 de julio de 2013 21:22

Las protestas en Brasil contrastan con el fuerte crecimiento económico y el vertiginoso proceso de movilidad social observados en ese país en las últimas dos décadas. Al igual que en Chile con los reclamos por mejoras en el sistema educativo, el progreso económico y social trae aparejado demandas de la población mucho más exigentes con los servicios que brinda el Estado y mucho menos tolerantes con los despilfarros y la corrupción.

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Las protestas en Brasil contrastan con el fuerte crecimiento económico y el vertiginoso proceso de movilidad social observados en ese país en las últimas dos décadas. Al igual que en Chile con los reclamos por mejoras en el sistema educativo, el progreso económico y social trae aparejado demandas de la población mucho más exigentes con los servicios que brinda el Estado y mucho menos tolerantes con los despilfarros y la corrupción.

Este tipo de tensiones, que no ocurren en otros países latinoamericanos que se perpetúan en el atraso, alertan sobre los nuevos y renovados desafíos que plantea el tránsito hacia el desarrollo.

Se están produciendo hechos de convulsión social en Brasil tan graves como inesperados. El detonador fueron las protestas contra el aumento del valor del boleto de transporte público en San Pablo que subió de 3 a 3,2 reales. Las manifestaciones, lideradas por grupos relativamente minoritarios que propugnan que el transporte público sea gratuito, fueron reprimidas derivando en heridos graves. El fenómeno es complejo y responde a una multiplicidad de factores. Pero un rasgo diferenciador es que, aunque aparentemente resulte contradictorio, las protestas están asociadas a las profundas transformaciones sociales y a las nuevas expectativas que ellas generan en relación al funcionamiento del Estado.

Datos de la CEPAL y el Banco Mundial testimonian la profundidad de los cambios que viene experimentando Brasil al señalar que entre los años 1992 y 2012 se observa muy buenos indicadores, aunque la presión impositiva general pasó de 23% a 35% del Producto Bruto Interno o sea creció en 12 puntos porcentuales, casi un 50% en 20 años.

Estos datos muestran que Brasil viene transitando un período de extraordinario crecimiento económico y progreso social.

En paralelo, la presión impositiva también ha aumentado de manera sustancial. Esto avala la hipótesis de que las protestas, más que cuestionar el pasado, están planteando los nuevos desafíos que impone el cambio social.

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