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Lo que le faltaba: Passarella la pasó mal en Uruguay con hinchas de Boca

Viernes, 15 de marzo de 2013 15:32

La vida de Daniel Passarella no volvió a ser la misma desde el día que Belgrano derrotó a River en la Promoción y condenó al millonario al primer descenso de su historia. Ya sea por los recordatorios de los fanáticos rivales o las responsabilidades que le atribuyen los propios hinchas del club de Núñez, el Kaiser debió afrontar en los últimos tiempos varios episodios tensos por la mala suerte deportiva de la institución.

Ayer por la mañana fue uno más. Cuando se prestaba a viajar a Uruguay para firmar el contrato de alquiler de su casa ubicada en el barrio Carrasco de la capital charrúa, abordó en Aeroparque a las 10.28 una nave repleta de simpatizante de Boca Juniors. Como se ve, el mandatario jamás revisó el calendario internacional, que tenía pautado para hoy el duelo entre xeneize y el Nacional, por la Copa Libertadores.

Vestido con una camisa a rayas y un maletín color beige en sus manos, inmediatamente sintió los murmullos de los pasajeros que compartían la travesía con él, lógicamente por la polvareda que levantó su presencia. Fue casi una hora interminable para Passarella, quien oyó una y otra vez distintos tipos de chanzas de los "primos" por aquel suceso de la pérdida de la categoría que marcó un antes y un después en el fútbol nacional.

Pero no quedó todo ahí, ya que a las 11.20 desembarcó en tierras vecinas y Roberto, un socio de River de 36 años, no dudó ni un segundo en encararlo con mucho respeto, pero con un duro mensaje para transmitirle. "Le voy a decir una sola cosa, señor Passarella. La mancha que usted nos dejó no nos la sacamos nunca más en la vida", vociferó.

Bastante incómodo por lo acontecido en tan poco tiempo, se dirigió a la persona que le endosaba las mayores culpas y le respondió, "quedate tranquilo que yo tampoco me la voy a poder sacar". Pero el diálogo no quedó en eso y el fanático le retrucó que "usted subestimó el descenso. ¿Cómo puede ser que sólo trajera a Bordagaray como refuerzo?"

El Kaiser, ya un poco fuera de sí, disparó afirmando que "ustedes, los hinchas de River, no tienen memoria. No se acuerdan lo que era el club cuando yo llegué a la Presidencia". Y se fue...

De todas maneras, cruzaron en el medio un par de palabras más ante un voltaje que se elevaba con el paso de los minutos, aunque afortunadamente nunca estuvo cerca de desencadenar en una agresión física o algo similar. Si bien volvió hacia la Argentina por la tarde con el deber cumplido, también lo hizo con un sabor amargo, porque dicho suceso todavía no fue borrado de la mente de los hinchas del club, que celebrará las elecciones a fin de año ¿Irá por la reelección? 

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La vida de Daniel Passarella no volvió a ser la misma desde el día que Belgrano derrotó a River en la Promoción y condenó al millonario al primer descenso de su historia. Ya sea por los recordatorios de los fanáticos rivales o las responsabilidades que le atribuyen los propios hinchas del club de Núñez, el Kaiser debió afrontar en los últimos tiempos varios episodios tensos por la mala suerte deportiva de la institución.

Ayer por la mañana fue uno más. Cuando se prestaba a viajar a Uruguay para firmar el contrato de alquiler de su casa ubicada en el barrio Carrasco de la capital charrúa, abordó en Aeroparque a las 10.28 una nave repleta de simpatizante de Boca Juniors. Como se ve, el mandatario jamás revisó el calendario internacional, que tenía pautado para hoy el duelo entre xeneize y el Nacional, por la Copa Libertadores.

Vestido con una camisa a rayas y un maletín color beige en sus manos, inmediatamente sintió los murmullos de los pasajeros que compartían la travesía con él, lógicamente por la polvareda que levantó su presencia. Fue casi una hora interminable para Passarella, quien oyó una y otra vez distintos tipos de chanzas de los "primos" por aquel suceso de la pérdida de la categoría que marcó un antes y un después en el fútbol nacional.

Pero no quedó todo ahí, ya que a las 11.20 desembarcó en tierras vecinas y Roberto, un socio de River de 36 años, no dudó ni un segundo en encararlo con mucho respeto, pero con un duro mensaje para transmitirle. "Le voy a decir una sola cosa, señor Passarella. La mancha que usted nos dejó no nos la sacamos nunca más en la vida", vociferó.

Bastante incómodo por lo acontecido en tan poco tiempo, se dirigió a la persona que le endosaba las mayores culpas y le respondió, "quedate tranquilo que yo tampoco me la voy a poder sacar". Pero el diálogo no quedó en eso y el fanático le retrucó que "usted subestimó el descenso. ¿Cómo puede ser que sólo trajera a Bordagaray como refuerzo?"

El Kaiser, ya un poco fuera de sí, disparó afirmando que "ustedes, los hinchas de River, no tienen memoria. No se acuerdan lo que era el club cuando yo llegué a la Presidencia". Y se fue...

De todas maneras, cruzaron en el medio un par de palabras más ante un voltaje que se elevaba con el paso de los minutos, aunque afortunadamente nunca estuvo cerca de desencadenar en una agresión física o algo similar. Si bien volvió hacia la Argentina por la tarde con el deber cumplido, también lo hizo con un sabor amargo, porque dicho suceso todavía no fue borrado de la mente de los hinchas del club, que celebrará las elecciones a fin de año ¿Irá por la reelección? 

FUENTE: INFOBAE.

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