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Una menor denunció una brutal violación en banda

Lunes, 07 de enero de 2013 18:50

Una joven oriunda de Rosario de la Frontera denunció ayer a El Tribuno que el 28 de diciembre fue violada sistemáticamente por al menos tres de los seis amigos con los que se hallaba en la ribera del río Rosario, a pocos metros del barrio Fonavi.
A pesar de haber denunciado verbalmente el hecho en la comisaría de la ciudad termal, jamás se realizó el acta de denuncia, porque “desde que llegué comenzaron a decirme que fue consentido, que soy alcohólica y drogadicta y que mi denuncia iba a perjudicar a jóvenes promesa de Rosario de la Frontera”.
“La propia doctora legal se negó a hacerme el hisopado vaginal y anal. Le pedimos casi por favor, porque me violaron por todas partes, aún estando inconsciente”, relató la valiente adolescente, en medio del llanto y una crisis de nervios.
 

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Una joven oriunda de Rosario de la Frontera denunció ayer a El Tribuno que el 28 de diciembre fue violada sistemáticamente por al menos tres de los seis amigos con los que se hallaba en la ribera del río Rosario, a pocos metros del barrio Fonavi.
A pesar de haber denunciado verbalmente el hecho en la comisaría de la ciudad termal, jamás se realizó el acta de denuncia, porque “desde que llegué comenzaron a decirme que fue consentido, que soy alcohólica y drogadicta y que mi denuncia iba a perjudicar a jóvenes promesa de Rosario de la Frontera”.
“La propia doctora legal se negó a hacerme el hisopado vaginal y anal. Le pedimos casi por favor, porque me violaron por todas partes, aún estando inconsciente”, relató la valiente adolescente, en medio del llanto y una crisis de nervios.
 

“Después del ultraje me dejaron sola, caminé hasta que por suerte me encontré con un primo, a quien le relaté la desventura que padecí. El le avisó a mis padres y quisimos denunciar el asunto, pero no hubo caso, nadie nos escuchó, me culparon y ni siquiera me quisieron revisar, solo guardaron mi bombacha. Es toda la prueba que colectaron. ¿Y sabe por qué? Porque dos de los que me violaron son hijos del director de Tránsito de Rosario de la Frontera, empleado de la intendenta, que tampoco nos recibió”, aseguró Katy.
En tanto, César Caro Colomo, abogado de la familia, informó que en la mañana de hoy se van a presentar en fiscalía a realizar la denuncia que en su oportunidad no quisieron recibir las autoridades policiales de Rosario de la Frontera.
“Vamos a exigir justicia caiga quien caiga, porque esto de tapar los delitos a costa de las víctimas no es una buena práctica”, aseguró.
Katerine, a pesar de la violencia sufrida, fue nuevamente victimizada días después por el Canal 2 de Rosario de la Frontera, donde una alta autoridad policial aseguró públicamente que la joven ultrajada era adicta y alcohólica, y que el hecho había sido plenamente consentido por ella.
”Por supuesto -dijo Caro Colomo-, se olvidó de decir que no quisieron tomarle denuncia alguna ni a ella ni a sus padres, que jamás hablaron con los padres de la víctima pero sí con los familiares de los acusados, que no le hicieron los exámenes de rigor que fija la ley. Esto es denegación de Justicia, para quien se presentó hollada, ultrajada y en compañía de personas mayores de edad a hacer valer los derechos que le corresponden como ciudadana con derecho al voto. Sin embargo, tuvo que retirarse a pedir turno en una sala pública, que todavía no se lo concedió”, dijo.
 

Luego agregó que el comisario Walter Carral también omitió decirle al público televisivo que intentó por todos los medios minimizar los hecho con frases como: “Son chicos; va a pasar el tiempo y se van a olvidar”; o “para qué los quiere perjudicar con una denuncia”. “Es inadmisible, es violencia de género pública”, dijo.
Por su parte, la madre de Katerine, Marcela Gómez, aseguró que “en Rosario de la Frontera nos cerraron las puertas. Aun así no entiendo por qué la víctima es culpable. Culpable por juntarse con amigos, culpable por ser bella, culpable por ir al río, y culpable porque no somos amigos de la gente del poder” afirmó. “No nos vamos a quedar de brazos cruzados. Lo hecho, hecho está; pero vamos a luchar por justicia”, concluyó.

 “Lloro, pero de vergüenza”, dijo Katerine

Katerine Orquera cursa el cuarto año en la Escuela Normal de Rosario de la Frontera y relató a El Tribuno paso a paso su desventura (ver video). “Todo comenzó con mensajes de texto, me invitaron a pasar una tarde en el río y yo fui confiada en que éramos amigos.

Comenzaron a beber y me hicieron emborrachar, se quisieron propasar en varias ocasiones pero me resistí hasta que me desvanecí y me desperté cuando uno de mis “amigos” abusaba por atrás de mí, mientras los otros miraban y se reían. Así fue, así lo relaté una y otra vez, pero fue en vano. Para esa gente, soy culpable, para esos "amigos' yo lo consentí, pero para quien quiera escucharme, y lo digo con vergüenza, me destrozaron la vida”.
 

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