Rosario vive días de mucha violencia en la previa del clásico amistoso que jugarán Central y Newell’s el domingo a las 20. En la madrugada del jueves atacaron con una bomba molotov a la inmobiliaria de un reconocido periodista partidario del conjunto canalla. En los días previos se repitieron ataques en tiendas de ropa de la “Lepra” y locales de Central.
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Rosario vive días de mucha violencia en la previa del clásico amistoso que jugarán Central y Newell’s el domingo a las 20. En la madrugada del jueves atacaron con una bomba molotov a la inmobiliaria de un reconocido periodista partidario del conjunto canalla. En los días previos se repitieron ataques en tiendas de ropa de la “Lepra” y locales de Central.
El de ayer fue el séptimo atentado ocurrido en las últimas dos semanas. Pese a la gravedad de los hechos que anuncian un fin de semana violento, el Ministro de Seguridad de la provincia de Santa Fe, Raúl Lamberto, confirmó que los partidos se jugarán. “No queremos que estos hechos nos tuerzan el brazo”, sostuvo en forma contundente.
Según los datos que emitieron las autoridades de seguridad, el operativo de prevención tendrá afectados a más de 700 policías y comenzará tres horas antes del pitazo inicial. Un helicóptero seguirá el evento y ejercerá control sobre la llegada de los hinchas al estadio.
Maxi Rodríguez fue claro al explicar el panorama previo al clásico. "Conocemos la rivalidad, pero es sólo fútbol, no se trata de la guerra", contó. La previa del encuentro entre Central y Newell’s está cada vez más caliente y eso genera que el grado de peligrosidad aumente.
Los presidentes de ambas instituciones están de acuerdo en jugar el partido. Norberto Speciale, presidente del canalla, clarificó su posición pese a los diversos atentados. "Central ya sufrió atentados pero los clásicos se tienen que jugar", explicó. El clásico de Rosario se juega y, hasta el momento, ningún acto de violencia ha provocado un cambio de opinión en los organizadores.