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17 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Federer: un caballero del deporte

Lunes, 03 de septiembre de 2012 18:52

Fuente: por SONIA RACY,  S. PAULO (O Estado).  

Aún perdiendo el US Open 2012 -dependiendo de cómo transcurra la competencia-, Roger Federer podrá continuar encabezando el ranking de jugadores varones profesionales, el ATPWorldTour.

Así que, ¿cuál es el reto de quien ya es considerado el mejor tenista de todos los tiempos, con un récord de 17 Grand Slams?

Es difícil de saber. Lo que sí se sabe es que el atleta (suizo) es hoy el embajador más popular de ese deporte. Y esto ocurre a pesar de sus formas nada extrovertidas y menos extravagantes, tal como bien recuerda su biógrafo (no autorizado) René Stauffer.

El tenista realmente se diferencia de sus predecesores.

No es un destructor de raquetas a lo John McEnroe o Ilie Nastase.

Nunca agarra sus partes íntimas, haciendo señas al público, tal como Jimmy Connors.

A él no le sangran las rodillas por revolcarse sobre la cancha, tal como sucedía con Bjorn Borg.

El Nº 1 del mundo tampoco se aproxima a actrices o a modelos.

Federer se casó con Mirka -ex tenista , quien precisamente no llama la atención por su belleza-. Con 31 años de edad y 2 hijas gemelas, Roger está con Mirka (la eslovaca Miroslava Vavrinec) desde hace 11 años, un tercio de su vida.

Federer, quien jugó 65 partidos sólo en 2012, programó recibir a O Estado 2 días antes del comienzo del torneo en Flushing Meadows, Nueva York. Y le dedicó 15 minutos, el mismo tiempo que le asignó a otro medio impreso, The Wall Street Journal. Sin embargo, comenzado el diálogo, la intervención del tenista, lo estiró 10 minutos más...

A diferencia de sus asesores, la mega-estrella parecía tener todo el tiempo del mundo. Federer llegará a Brasil, contratado por Luiz Felipe Tavares, de Koch Tavares, para partidos de exhibición los días 6, 7 y 8 de diciembre.

(N. de la R.: luego, Federer enfrentará a Martín del Potro en el municipio de Tigre -predio lindero al estacionamiento del Puerto de Frutos-; ofrecerá una clínica para los chicos de Tigre y de escuelas integradas, y participará de una cena a beneficio del programa de becas 'Tigre Educa').

A continuación, los aspectos más destacados de la entrevista a Federer:

-Hay unanimidad acerca de sus virtudes, entre jugadores, periodistas, empresarios del tenis y simpatizantes. Una persona sin defectos. Sin embargo, ¿cuál considerás es un defecto?

-Yo no soy un hombre perfecto. Tengo defectos, pero creo que enumerarlos es tarea de las personas que me rodean. Si se trata de que yo diga algo, diré que no sé cocinar. Tal vez para algunas mujeres eso sea un defecto (risas). Para mí, es un pequeño problema. Siempre he tenido la suerte de tener a alguien que me cocine: o mi madre o mi novia/esposa.

-Leí en su biografía que, al principio de su carrera, no siempre supo controlarse, y acostumbraba arrojar la raqueta en la cancha cuando algo le molestaba. ¿Dónde está hoy día aquella ira?

-Estoy seguro de que esos sentimientos están en algún lugar dentro de nosotros. Pero he aprendido a lidiar con la presión del público y de la TV en vivo. Y también adquirí un respeto por la historia de los juegos, por los que vinieron antes de mí y consolidaron un camino para nuestra generación. Si miro hacia atrás, todos los grandes jugadores ganadores son ejemplos. Y yo no quería ser la excepción. Cambié.

-¿Cuándo Ud. cambió?

-En 2001. De un día para otro, dije: "Nunca más arrojaré la raqueta". Yo sabía que tenía esa rabia dentro de mí, pero la sofoqué y pensé: "No voy a dejarla salir". Entonces empecé a perder esa ira, que es también la fuente y la energía para ganar los puntos. Me di cuenta de que me perdí los dos lados, lo bueno y lo malo de esa "emotividad". En 2003, llegué a la conclusión de que, ok, yo tenía ese "fuego", pero también tenía la capacidad de mantener el equilibrio. Hace unos 10 años que estoy en paz.

-¿Hizo terapia, algún tratamiento?

–Tuve un "entrenador mental" durante un año y medio, cuando todavía era junior. Era un tipo que me aconsejaba, por ejemplo, a olvidar la pérdida de un punto rápidamente, a mantener la calma.

-¿Tiene miedo de que la furia regrese algún día, igual que un volcán?

-No, me preocupo tanto con el juego que... Estoy en paz con lo que siento.

-Cuando Ud. está jugando, ¿en qué piensa? El público hace ruido, hay presión, juego psicológico... ¿Se educó para pensar en algo que le ayude a concentrarse?

-Existe un plan de juego que sigo. Un approach táctico. Luego está la expectativa del público: sobre mí, sobre mi oponente, a favor o en contra. Me preparo, entreno, trato de dormir bien, tener un estilo de vida saludable. Cuando estoy en la cancha doy mi máximo. No existe una manera de concentrarme. Es todo muy automático.

-¿Es religioso?

-Un poquito.

-¿Reza antes de los partidos?

-No.

-Ayrton Senna decía, cuando ganaba, que había sido Dios.

-Me acuerdo de eso. Realmente, hay mucha presión. Y, desde la infancia, mucha cosa me rodea. El equilibrio que busco viene de mi familia, de mis amigos. Además de vacaciones y de una buena planificación. Trato de manejar las expectativas y entender que no siempre ganaré. Mi esposa tiene una gran influencia sobre mí, se ocupa de que descanse, de que vaya de vacaciones. Muchos jugadores tienen problemas para tomar unas vacaciones y volver para batir récords en dos o tres semanas...

-¿Ud. no?

-Yo podría parar dos meses mañana, irme de vacaciones. Por supuesto que tendría que entrenar duro para luego regresar, pero me encanta estar de vacaciones, estar con mi familia. Es una gran fuente de energía. Una vez que estoy en un partido de tenis, puedo ver la luz al final del túnel, puedo concentrarme en lo que tengo que tengo que hacer.

-¿En qué otro lugar cree que podría utilizar sus talentos, tales como concentración, decisión, etc?

-En otro deporte, tal vez. Me encantaría ser futbolista. Pero soy feliz con el tenis, porque me dio mucho y lo amo. Tal vez me sirva, algún día, en otros objetivos, como una fundación o una empresa.

-¿En la política?

-No.

-¿Qué piensa de la política?

-Suiza no es un país fuerte en política. Tenemos 7 personas en el poder, no sólo un Presidente o un 1er. Ministro. Por supuesto, tenemos cambios cada año, pero nuestro campo político no es muy grande.

-¿Pero el asunto te interesa?

-Sigo lo que sucede en el mundo.

-¿Tiene opinión acerca de las elecciones en USA?

-Seguí mucho la última elección en 2008 entre Obama y McCain. Y no podía creer el esfuerzo realizado por ambos lados. La parte más difícil no es ser Presidente, sino convertirse en Presidente. Me quedé impresionado con la campaña. El tipo se esfuerza mucho y, aún así, casi el 50% de la población vota por otro. Puede ser muy frustrante...

-¿Alguna vez pensaste en ser un político? Tiene porte...

-¿Le parece? No, no tengo ningún interés en eso.

-Es perfeccionista. Cuando gana, pero el juego no fue perfecto, ¿cómo se siente?

(Risas) -Creo que ganar es lo más importante. Sé que hay jugadores que piensan que una vez que están mejorando, ya se sienten satisfechos. Yo no. Cuando estoy en el juego, sólo me importa ganar. No importa lo mal que estoy jugando. Esa es también la belleza de ser un campeón. Hacer el trabajo, incluso cuando no se está en el mejor día, cuando uno no se siente bien. Cuando se está enfermo... encontrarle la vuelta. Para mí, esa es la fuerza. Es el deseo de ganar. Nunca entregué un juego en mi vida.

-¿El cuerpo controla a la mente o viceversa?

-Creo que la mente controla el cuerpo. Es interesante. Cuando tuve mis conflictos mentales, psicológicos, fue justo en el momento en que mi cuerpo estaba cambiando. De niño a hombre. Entonces hice de mi inseguridad, mi debilidad, mi fuerza. Controlé mi cuerpo a través de mi mente. Probablemente fue el mayor logro de mi vida. Siempre he tenido más talento que el 90% que comenzaba en el tenis. Sin embargo, muchas personas con talento no están dispuestas a hacer los sacrificios y a tener la persistencia necesaria. Fui muy flexible y abierto, y sabía las razones por las cuales estaba haciendo esos esfuerzos. Todo tenía un propósito. Desde el momento en que entendí eso, yo me hice invencible. Por eso los últimos 15 años de mi vida fueran tan increíbles.

-¿Ser el primero es algo solitario?

-Si uno quiere. Pero es un buen lugar (risas). Y es efímero. Es difícil: demasiadas obligaciones, presiones... De repente, eres el "líder" de ese deporte y tenés que responder muchas preguntas. Al principio fue un poco chocante. No eran más preguntas básicas acerca de mi estilo de juego o lo que pensaba de Nueva York, sino que eran cosas profundas sobre la vida, el tenis. Los medios de comunicación se vuelven importantes.

-Pero también es un gran comunicador. ¿Cree que un artista o deportista sin talento para comunicarse tiene algún problema?

-Puede ser, pero no debería... Además, puede mejorar

-¿Siempre supo manejar eso?

-No. Yo era tímido. No tenía forma de llegar a las mujeres, por ejemplo. No sabía hablar con la prensa. Me sentía incomprendido. Pensaba que la prensa era maliciosa, en lugar de verla como un buen puente para el lector interesado en lo que tenía que decir. Se puede mejorar, volverse bueno en ese aspecto.

-¿Ser el Nº2 también es bueno?

-Por supuesto. Acabo de ser el Nº2 en los Juegos Olímpicos… Creo que ser el Nº2 no es tan malo como objetivo. En el tenis, existe un poco esa tendencia de decir que quien ganó hizo todo bien y quién perdió hizo todo mal. Y los medios no ayudan. A veces, ambos jugaron muy bien, pero uno tiene que ganar.

-Tiene 31 años. ¿Qué cambió en Ud., psicológicamente hablando?

-Uf, un montón de cosas. Nunca me imaginé que iba a ganar lo que gané y que ya tendría hijos. Cuando tienes 16 años de edad y estás en el sofá, viendo la televisión, imaginás que tal vez algún día ganás un trofeo. Y para mí, tantas cosas maravillosas han sucedido en los últimos 15 años. Sueños que nunca imaginé lograr. Conocí a muchos amigos en todo el mundo, tengo una vida maravillosa familiar, con mis padres, hijos, esposa. Yo soy un gran afortunado. Aprendí de mis errores, pero creo que todo salió bien. Errar es muy importante.

-¿Ansioso de ir a Brasil?

-Animadísimo. Soy medio ciudadano del mundo. Tengo a Suiza en el corazón, pero mi madre es sudafricana. Me encanta viajar. He estado en muchos lugares, pero nunca en Brasil, Argentina, Colombia. Finalmente, voy a tener la oportunidad de conocer un lugar diferente, lo cual es raro. Los brasileños aman los deportes, el tenis.

-Somos muy emotivos.

-Sí, he oído acerca de eso (risas).

-¿Se definiría de manera más racional o más emocional?

-Por lo general, racional. Pero puedo volverme emotivo también. Lo he demostrado en la cancha... Y necesito de eso para jugar bien.

-Brasil tiene muchos talentos y poca inversión en los atletas. ¿Cómo es en Suiza?

-Tenemos buenas oportunidades para nuevos talentos. Pero somos sólo 7 millones de habitantes, entonces es más fácil.

-¿Es posible evolucionar en deporte sin el apoyo del gobierno?

-Las federaciones de Suiza son muy fuertes, y todos los que son buenos pueden llegar. El problema es que las escuelas no ven el deporte como una profesión. Piensan "primero educación ", y sólo más tarde -a veces muy más tarde- priorizan el deporte.

-¿Su esposa, fue una elección racional o se enamoró?

(Risas) -Me enamoré. Nos conocimos hace 12 años, en los Juegos Olímpicos de Sydney. Ella también estaba jugando para Suiza. Pasamos dos semanas juntos, y nos enamoramos.

-¿Y cuánto tiempo les tomó casarse?

-Hum… Nueve años, creo. Pero yo era joven, ya sabés (risas). Ella es tres años mayor. Y, antes de tener hijos, quería organizar la boda. Pero ella quedó embarazada, fue un poco sin querer. Hablamos abiertamente sobre ello y siempre supo que iba a casarme con ella. Es a mi lado en los últimos once años. Nunca estuvimos separados.

-¿Cuál de sus hijas gemelas jugará al tenis?

-No sé (risas). No me preocupa si van a jugar. Por lo menos es algo que yo pueda enseñarles. Aún así, no me gustaría ser el entrenador (risas), porque con la familia, eso siempre es complicado. Espero que les guste el deporte. Es un estilo de vida saludable. Se aprende a ganar y a perder. No hay nada simple y fácil, pero creo que es una educación hermosa.

-En este momento de su vida, ¿que es lo todavía le mueve en la cancha? ¿Es Federer contra Federer?

-Juego para probarme a mí mismo y porque me encanta el tenis. Antes me presentaba para 15 personas; ahora juego para más de 20.000. ¿Por qué no querría eso?

-Dicen que es muy respetado, pero no tan "amado", como otros tenistas, más emocionales. ¿Cómo ve eso?

-Hace siete años, cuando gané por primera vez, las personas pensaban: "Este suizo no lo va a lograr". Hoy, tengo los mayores sponsors del mundo. Por ejemplo, Gillette, que patrocinará mi gira por Brasil. Al principio, el marketing me molestaba, pero hoy, estoy tranquilo. Sólo soy yo y me asocio a empresas con las que me siento cómodo. Estoy muy feliz y agradecido.

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Fuente: por SONIA RACY,  S. PAULO (O Estado).  

Aún perdiendo el US Open 2012 -dependiendo de cómo transcurra la competencia-, Roger Federer podrá continuar encabezando el ranking de jugadores varones profesionales, el ATPWorldTour.

Así que, ¿cuál es el reto de quien ya es considerado el mejor tenista de todos los tiempos, con un récord de 17 Grand Slams?

Es difícil de saber. Lo que sí se sabe es que el atleta (suizo) es hoy el embajador más popular de ese deporte. Y esto ocurre a pesar de sus formas nada extrovertidas y menos extravagantes, tal como bien recuerda su biógrafo (no autorizado) René Stauffer.

El tenista realmente se diferencia de sus predecesores.

No es un destructor de raquetas a lo John McEnroe o Ilie Nastase.

Nunca agarra sus partes íntimas, haciendo señas al público, tal como Jimmy Connors.

A él no le sangran las rodillas por revolcarse sobre la cancha, tal como sucedía con Bjorn Borg.

El Nº 1 del mundo tampoco se aproxima a actrices o a modelos.

Federer se casó con Mirka -ex tenista , quien precisamente no llama la atención por su belleza-. Con 31 años de edad y 2 hijas gemelas, Roger está con Mirka (la eslovaca Miroslava Vavrinec) desde hace 11 años, un tercio de su vida.

Federer, quien jugó 65 partidos sólo en 2012, programó recibir a O Estado 2 días antes del comienzo del torneo en Flushing Meadows, Nueva York. Y le dedicó 15 minutos, el mismo tiempo que le asignó a otro medio impreso, The Wall Street Journal. Sin embargo, comenzado el diálogo, la intervención del tenista, lo estiró 10 minutos más...

A diferencia de sus asesores, la mega-estrella parecía tener todo el tiempo del mundo. Federer llegará a Brasil, contratado por Luiz Felipe Tavares, de Koch Tavares, para partidos de exhibición los días 6, 7 y 8 de diciembre.

(N. de la R.: luego, Federer enfrentará a Martín del Potro en el municipio de Tigre -predio lindero al estacionamiento del Puerto de Frutos-; ofrecerá una clínica para los chicos de Tigre y de escuelas integradas, y participará de una cena a beneficio del programa de becas 'Tigre Educa').

A continuación, los aspectos más destacados de la entrevista a Federer:

-Hay unanimidad acerca de sus virtudes, entre jugadores, periodistas, empresarios del tenis y simpatizantes. Una persona sin defectos. Sin embargo, ¿cuál considerás es un defecto?

-Yo no soy un hombre perfecto. Tengo defectos, pero creo que enumerarlos es tarea de las personas que me rodean. Si se trata de que yo diga algo, diré que no sé cocinar. Tal vez para algunas mujeres eso sea un defecto (risas). Para mí, es un pequeño problema. Siempre he tenido la suerte de tener a alguien que me cocine: o mi madre o mi novia/esposa.

-Leí en su biografía que, al principio de su carrera, no siempre supo controlarse, y acostumbraba arrojar la raqueta en la cancha cuando algo le molestaba. ¿Dónde está hoy día aquella ira?

-Estoy seguro de que esos sentimientos están en algún lugar dentro de nosotros. Pero he aprendido a lidiar con la presión del público y de la TV en vivo. Y también adquirí un respeto por la historia de los juegos, por los que vinieron antes de mí y consolidaron un camino para nuestra generación. Si miro hacia atrás, todos los grandes jugadores ganadores son ejemplos. Y yo no quería ser la excepción. Cambié.

-¿Cuándo Ud. cambió?

-En 2001. De un día para otro, dije: "Nunca más arrojaré la raqueta". Yo sabía que tenía esa rabia dentro de mí, pero la sofoqué y pensé: "No voy a dejarla salir". Entonces empecé a perder esa ira, que es también la fuente y la energía para ganar los puntos. Me di cuenta de que me perdí los dos lados, lo bueno y lo malo de esa "emotividad". En 2003, llegué a la conclusión de que, ok, yo tenía ese "fuego", pero también tenía la capacidad de mantener el equilibrio. Hace unos 10 años que estoy en paz.

-¿Hizo terapia, algún tratamiento?

–Tuve un "entrenador mental" durante un año y medio, cuando todavía era junior. Era un tipo que me aconsejaba, por ejemplo, a olvidar la pérdida de un punto rápidamente, a mantener la calma.

-¿Tiene miedo de que la furia regrese algún día, igual que un volcán?

-No, me preocupo tanto con el juego que... Estoy en paz con lo que siento.

-Cuando Ud. está jugando, ¿en qué piensa? El público hace ruido, hay presión, juego psicológico... ¿Se educó para pensar en algo que le ayude a concentrarse?

-Existe un plan de juego que sigo. Un approach táctico. Luego está la expectativa del público: sobre mí, sobre mi oponente, a favor o en contra. Me preparo, entreno, trato de dormir bien, tener un estilo de vida saludable. Cuando estoy en la cancha doy mi máximo. No existe una manera de concentrarme. Es todo muy automático.

-¿Es religioso?

-Un poquito.

-¿Reza antes de los partidos?

-No.

-Ayrton Senna decía, cuando ganaba, que había sido Dios.

-Me acuerdo de eso. Realmente, hay mucha presión. Y, desde la infancia, mucha cosa me rodea. El equilibrio que busco viene de mi familia, de mis amigos. Además de vacaciones y de una buena planificación. Trato de manejar las expectativas y entender que no siempre ganaré. Mi esposa tiene una gran influencia sobre mí, se ocupa de que descanse, de que vaya de vacaciones. Muchos jugadores tienen problemas para tomar unas vacaciones y volver para batir récords en dos o tres semanas...

-¿Ud. no?

-Yo podría parar dos meses mañana, irme de vacaciones. Por supuesto que tendría que entrenar duro para luego regresar, pero me encanta estar de vacaciones, estar con mi familia. Es una gran fuente de energía. Una vez que estoy en un partido de tenis, puedo ver la luz al final del túnel, puedo concentrarme en lo que tengo que tengo que hacer.

-¿En qué otro lugar cree que podría utilizar sus talentos, tales como concentración, decisión, etc?

-En otro deporte, tal vez. Me encantaría ser futbolista. Pero soy feliz con el tenis, porque me dio mucho y lo amo. Tal vez me sirva, algún día, en otros objetivos, como una fundación o una empresa.

-¿En la política?

-No.

-¿Qué piensa de la política?

-Suiza no es un país fuerte en política. Tenemos 7 personas en el poder, no sólo un Presidente o un 1er. Ministro. Por supuesto, tenemos cambios cada año, pero nuestro campo político no es muy grande.

-¿Pero el asunto te interesa?

-Sigo lo que sucede en el mundo.

-¿Tiene opinión acerca de las elecciones en USA?

-Seguí mucho la última elección en 2008 entre Obama y McCain. Y no podía creer el esfuerzo realizado por ambos lados. La parte más difícil no es ser Presidente, sino convertirse en Presidente. Me quedé impresionado con la campaña. El tipo se esfuerza mucho y, aún así, casi el 50% de la población vota por otro. Puede ser muy frustrante...

-¿Alguna vez pensaste en ser un político? Tiene porte...

-¿Le parece? No, no tengo ningún interés en eso.

-Es perfeccionista. Cuando gana, pero el juego no fue perfecto, ¿cómo se siente?

(Risas) -Creo que ganar es lo más importante. Sé que hay jugadores que piensan que una vez que están mejorando, ya se sienten satisfechos. Yo no. Cuando estoy en el juego, sólo me importa ganar. No importa lo mal que estoy jugando. Esa es también la belleza de ser un campeón. Hacer el trabajo, incluso cuando no se está en el mejor día, cuando uno no se siente bien. Cuando se está enfermo... encontrarle la vuelta. Para mí, esa es la fuerza. Es el deseo de ganar. Nunca entregué un juego en mi vida.

-¿El cuerpo controla a la mente o viceversa?

-Creo que la mente controla el cuerpo. Es interesante. Cuando tuve mis conflictos mentales, psicológicos, fue justo en el momento en que mi cuerpo estaba cambiando. De niño a hombre. Entonces hice de mi inseguridad, mi debilidad, mi fuerza. Controlé mi cuerpo a través de mi mente. Probablemente fue el mayor logro de mi vida. Siempre he tenido más talento que el 90% que comenzaba en el tenis. Sin embargo, muchas personas con talento no están dispuestas a hacer los sacrificios y a tener la persistencia necesaria. Fui muy flexible y abierto, y sabía las razones por las cuales estaba haciendo esos esfuerzos. Todo tenía un propósito. Desde el momento en que entendí eso, yo me hice invencible. Por eso los últimos 15 años de mi vida fueran tan increíbles.

-¿Ser el primero es algo solitario?

-Si uno quiere. Pero es un buen lugar (risas). Y es efímero. Es difícil: demasiadas obligaciones, presiones... De repente, eres el "líder" de ese deporte y tenés que responder muchas preguntas. Al principio fue un poco chocante. No eran más preguntas básicas acerca de mi estilo de juego o lo que pensaba de Nueva York, sino que eran cosas profundas sobre la vida, el tenis. Los medios de comunicación se vuelven importantes.

-Pero también es un gran comunicador. ¿Cree que un artista o deportista sin talento para comunicarse tiene algún problema?

-Puede ser, pero no debería... Además, puede mejorar

-¿Siempre supo manejar eso?

-No. Yo era tímido. No tenía forma de llegar a las mujeres, por ejemplo. No sabía hablar con la prensa. Me sentía incomprendido. Pensaba que la prensa era maliciosa, en lugar de verla como un buen puente para el lector interesado en lo que tenía que decir. Se puede mejorar, volverse bueno en ese aspecto.

-¿Ser el Nº2 también es bueno?

-Por supuesto. Acabo de ser el Nº2 en los Juegos Olímpicos… Creo que ser el Nº2 no es tan malo como objetivo. En el tenis, existe un poco esa tendencia de decir que quien ganó hizo todo bien y quién perdió hizo todo mal. Y los medios no ayudan. A veces, ambos jugaron muy bien, pero uno tiene que ganar.

-Tiene 31 años. ¿Qué cambió en Ud., psicológicamente hablando?

-Uf, un montón de cosas. Nunca me imaginé que iba a ganar lo que gané y que ya tendría hijos. Cuando tienes 16 años de edad y estás en el sofá, viendo la televisión, imaginás que tal vez algún día ganás un trofeo. Y para mí, tantas cosas maravillosas han sucedido en los últimos 15 años. Sueños que nunca imaginé lograr. Conocí a muchos amigos en todo el mundo, tengo una vida maravillosa familiar, con mis padres, hijos, esposa. Yo soy un gran afortunado. Aprendí de mis errores, pero creo que todo salió bien. Errar es muy importante.

-¿Ansioso de ir a Brasil?

-Animadísimo. Soy medio ciudadano del mundo. Tengo a Suiza en el corazón, pero mi madre es sudafricana. Me encanta viajar. He estado en muchos lugares, pero nunca en Brasil, Argentina, Colombia. Finalmente, voy a tener la oportunidad de conocer un lugar diferente, lo cual es raro. Los brasileños aman los deportes, el tenis.

-Somos muy emotivos.

-Sí, he oído acerca de eso (risas).

-¿Se definiría de manera más racional o más emocional?

-Por lo general, racional. Pero puedo volverme emotivo también. Lo he demostrado en la cancha... Y necesito de eso para jugar bien.

-Brasil tiene muchos talentos y poca inversión en los atletas. ¿Cómo es en Suiza?

-Tenemos buenas oportunidades para nuevos talentos. Pero somos sólo 7 millones de habitantes, entonces es más fácil.

-¿Es posible evolucionar en deporte sin el apoyo del gobierno?

-Las federaciones de Suiza son muy fuertes, y todos los que son buenos pueden llegar. El problema es que las escuelas no ven el deporte como una profesión. Piensan "primero educación ", y sólo más tarde -a veces muy más tarde- priorizan el deporte.

-¿Su esposa, fue una elección racional o se enamoró?

(Risas) -Me enamoré. Nos conocimos hace 12 años, en los Juegos Olímpicos de Sydney. Ella también estaba jugando para Suiza. Pasamos dos semanas juntos, y nos enamoramos.

-¿Y cuánto tiempo les tomó casarse?

-Hum… Nueve años, creo. Pero yo era joven, ya sabés (risas). Ella es tres años mayor. Y, antes de tener hijos, quería organizar la boda. Pero ella quedó embarazada, fue un poco sin querer. Hablamos abiertamente sobre ello y siempre supo que iba a casarme con ella. Es a mi lado en los últimos once años. Nunca estuvimos separados.

-¿Cuál de sus hijas gemelas jugará al tenis?

-No sé (risas). No me preocupa si van a jugar. Por lo menos es algo que yo pueda enseñarles. Aún así, no me gustaría ser el entrenador (risas), porque con la familia, eso siempre es complicado. Espero que les guste el deporte. Es un estilo de vida saludable. Se aprende a ganar y a perder. No hay nada simple y fácil, pero creo que es una educación hermosa.

-En este momento de su vida, ¿que es lo todavía le mueve en la cancha? ¿Es Federer contra Federer?

-Juego para probarme a mí mismo y porque me encanta el tenis. Antes me presentaba para 15 personas; ahora juego para más de 20.000. ¿Por qué no querría eso?

-Dicen que es muy respetado, pero no tan "amado", como otros tenistas, más emocionales. ¿Cómo ve eso?

-Hace siete años, cuando gané por primera vez, las personas pensaban: "Este suizo no lo va a lograr". Hoy, tengo los mayores sponsors del mundo. Por ejemplo, Gillette, que patrocinará mi gira por Brasil. Al principio, el marketing me molestaba, pero hoy, estoy tranquilo. Sólo soy yo y me asocio a empresas con las que me siento cómodo. Estoy muy feliz y agradecido.

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