En las décadas iniciales del siglo pasado, dos enormes barriadas, una emergida de la zona aledaña a las vías del tren, y otro de las cercanías al casco céntrico salteño, empezaron a gestar un movimiento de masas sin igual, conducidos por la pasión más genuina, la del fútbol. Así, entre Central Norte y Juventud Antoniana comenzaron a polarizar la provincia y a dividir las voluntades entre cuervos y santos, y nació el clásico por excelencia. Tras varios años, se sumó Gimnasia y Tiro, la entidad social por excelencia, que alcanzó sus mayores ribetes de popularidad en la década del "90 con sus gloriosas incursiones en primera división.
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En las décadas iniciales del siglo pasado, dos enormes barriadas, una emergida de la zona aledaña a las vías del tren, y otro de las cercanías al casco céntrico salteño, empezaron a gestar un movimiento de masas sin igual, conducidos por la pasión más genuina, la del fútbol. Así, entre Central Norte y Juventud Antoniana comenzaron a polarizar la provincia y a dividir las voluntades entre cuervos y santos, y nació el clásico por excelencia. Tras varios años, se sumó Gimnasia y Tiro, la entidad social por excelencia, que alcanzó sus mayores ribetes de popularidad en la década del "90 con sus gloriosas incursiones en primera división.
En la actualidad, la discusión está centrada en cuál es el cuarto grande de Salta: Mitre y San Antonio, los protagonistas del clásico de barrio más enconado de la franja sureste, son los aspirantes a ese privilegiado mote. Y son dos parámetros claros los que se imponen a la hora de medir esta variable: Por un lado, la popularidad; y por el otro, la capacidad institucional, la solvencia económica, la infraestructura necesarias como para representar a la provincia en un estamento más federal.
Mitre consolidó hace días un gran sueño al oficializarse que competirá en el Argentino B, como ya lo hizo hace diez años. Y para el mundo del fútbol local, lo merece por tratarse de un club con recursos, con un patrimonio sólido, que incluye una sede social, locales comerciales en la zona de la terminal de ómnibus y otras disciplinas (como el hockey), que le otorgan mayor carácter de contenedor social, aspectos que contribuyen a potenciar a un club en su integridad. Por otra parte, está San Antonio con toda su efervescencia, con una barriada fiel que siempre acompaña y con una indiscutible fama de taquillero y equipo más convocante a nivel liguista. Un auténtico club de fútbol popular y sostenido por un loable trabajo a pulmón. Sin embargo, estos son factores que para muchos no alcanzan, incluso para su propio presidente, Walter Gallardo. Es más, la villa no recibió la consideración
del Consejo Federal para participar luego de su brillante campaña en el TDI de 2008, en el que llegó hasta semifinales, de la cual sí gozó Mitre.
“El club cuenta con recursos propios y está muy bien organizado institucionalmente. Nosotros consideramos que ya somos el cuarto grande de Salta”, le puso pimienta a la polémica el tesorero del ciclón, Eduardo Cruz, echando por tierra la teoría que indica que grandeza y popularidad siempre van de la mano.
Incrementar la convocatoria
En cuanto a convocatoria, Mitre llevó alrededor de 400 personas, en promedio, desde la segunda etapa del último TDI las veces que hizo de local. Desde la dirigencia se sostiene que el público se incrementará en el Argentino B, sin embargo,, no lanzará ninguna campaña ni permitirá sumar más socios; algo que resulta contradictorio si se tiene en cuenta que un club con intenciones de convertirse en grande debería comenzar por ampliar su masa societaria.