De los niños que pasan por hogares o institutos del país, solo el 7 por ciento es adoptado de acuerdo a un relevamiento difundido por Unicef. El dato se conoce cuando debe debatirse una reforma del Código Civil que podría implicar cambios históricos para los chicos en esta situación.
De los que estuvieron en algún organismo de protección a niños, el 54 por ciento se fue porque regresó con su familia. El 28 por ciento dejó el establecimiento porque cumplió la mayoría de edad, el 7 por ciento abandonó el lugar por su decisión y el 4 por ciento se fue por otras causas.
La baja proporción de chicos que son adoptados refleja que, en la mayoría de los casos, llegan a vivir en instituciones por problemas en sus familias y no porque se hayan quedado sin vínculos biológicos.
Las leyes de infancia establecen que se debe hacer todo lo necesario para que los chicos vuelvan con sus padres, tíos o abuelos. Solo se debe pensar en la adopción cuando es imposible recomponer el lazo biológico.
“Este relevamiento sirvió para desterrar algunos mitos. La idea de que hay padres que quieren adoptar por un lado y chicos esperando por el otro, como dos universos que nunca se encuentran, debe revisarse. La realidad es mucho más compleja”, dijo a El Tribuno Gimol Pinto, especialista de Unicef.
Unos 14.400 niños estaban viviendo en hogares o institutos hasta 2011 en todo el país. La mayoría, el 44 por ciento, permanecía ahí porque fue víctima de violencia en su casa.
El 31 por ciento sufrió alguna forma de abandono y el 13 por ciento, en tanto, un abuso sexual. Al 11 por ciento restante decidieron albergarlo fuera de su casa por otras causas.
El sistema de protección para niños en estas situaciones de riesgo hoy comprende instituciones estatales, familias que los cuidan temporalmente con ayuda del Gobierno y fundaciones privadas que tienen apoyo oficial.
El mecanismo por el cual se decide cuándo un chico está en condiciones de que lo adopten podría modificarse como parte de la reforma del Código Civil que debe debatirse en el Congreso de la Nación. Si se aprueba el nuevo marco legal, un menor de edad que sufrió maltrato podría ser adoptado si en seis meses no se logra reconstruir la relación con los padres y no hay un pariente que pueda hacerse cargo de él.
Gimol Pinto consideró que, entre los cambios más importantes, se fijarán pautas claras y que los chicos de 10 años o más deberán dar su consentimiento antes de ser integrados a una nueva familia. “Estas condiciones materializan los derechos de los niños y es muy importante que se hayan incluido”, señaló la experta.
La reforma del Código Civil tiende a acortar los procesos y trata de adaptar el sistema a la realidad social.
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De los niños que pasan por hogares o institutos del país, solo el 7 por ciento es adoptado de acuerdo a un relevamiento difundido por Unicef. El dato se conoce cuando debe debatirse una reforma del Código Civil que podría implicar cambios históricos para los chicos en esta situación.
De los que estuvieron en algún organismo de protección a niños, el 54 por ciento se fue porque regresó con su familia. El 28 por ciento dejó el establecimiento porque cumplió la mayoría de edad, el 7 por ciento abandonó el lugar por su decisión y el 4 por ciento se fue por otras causas.
La baja proporción de chicos que son adoptados refleja que, en la mayoría de los casos, llegan a vivir en instituciones por problemas en sus familias y no porque se hayan quedado sin vínculos biológicos.
Las leyes de infancia establecen que se debe hacer todo lo necesario para que los chicos vuelvan con sus padres, tíos o abuelos. Solo se debe pensar en la adopción cuando es imposible recomponer el lazo biológico.
“Este relevamiento sirvió para desterrar algunos mitos. La idea de que hay padres que quieren adoptar por un lado y chicos esperando por el otro, como dos universos que nunca se encuentran, debe revisarse. La realidad es mucho más compleja”, dijo a El Tribuno Gimol Pinto, especialista de Unicef.
Unos 14.400 niños estaban viviendo en hogares o institutos hasta 2011 en todo el país. La mayoría, el 44 por ciento, permanecía ahí porque fue víctima de violencia en su casa.
El 31 por ciento sufrió alguna forma de abandono y el 13 por ciento, en tanto, un abuso sexual. Al 11 por ciento restante decidieron albergarlo fuera de su casa por otras causas.
El sistema de protección para niños en estas situaciones de riesgo hoy comprende instituciones estatales, familias que los cuidan temporalmente con ayuda del Gobierno y fundaciones privadas que tienen apoyo oficial.
El mecanismo por el cual se decide cuándo un chico está en condiciones de que lo adopten podría modificarse como parte de la reforma del Código Civil que debe debatirse en el Congreso de la Nación. Si se aprueba el nuevo marco legal, un menor de edad que sufrió maltrato podría ser adoptado si en seis meses no se logra reconstruir la relación con los padres y no hay un pariente que pueda hacerse cargo de él.
Gimol Pinto consideró que, entre los cambios más importantes, se fijarán pautas claras y que los chicos de 10 años o más deberán dar su consentimiento antes de ser integrados a una nueva familia. “Estas condiciones materializan los derechos de los niños y es muy importante que se hayan incluido”, señaló la experta.
La reforma del Código Civil tiende a acortar los procesos y trata de adaptar el sistema a la realidad social.