Dicen que Mariano Iúdica está loco porque llora y hace llorar a los participantes de ese éxito impensado que es “Soñando por cantar”. El les responde que es cierto, pero que su locura es mágica. Y que le agradece el momento que está viviendo a la Virgen de Luján, a Cristo y a San Expedito, de los que es devoto. Lo cierto es que se plantó frente a éxitos como “Minuto para ganar”, “Dulce amor” y “Graduados”, los tanques de Telefe, y les dio una batalla digna. No porque sí en el canal lo llaman “el gladiador de El Trece”.
Lo primero que se debe destacar cuando se habla de Mariano es que el “gladiador” sabe que la lucha es cruel y es mucha, como asegura el tango, y entra en la arena con otros dos gladiadores (en este caso personajes) que son una psicóloga y un gurú espiritual. El otro cimiento que lo mantiene en pie en medio del tsunami de la televisión es su familia. Su mujer es la prestigiosa coreógrafa Romina Propato. Como siempre, a la hora de hablar de ella y de sus hijos -María Valentina (15), María Bernarda (16) y Salvador (5)-, lo hace desde el corazón. “La presencia y opinión de Romina son vitales para mí. Me excita, me divierte, me enamora. Mi pareja es inmejorable.Tanto yo como mi mujer estamos hechos. Hoy, velo y trabajo para que nuestros hijos sean tanto o más felices que nosotros. Mis logros son familiares. No trabajo para comprarme una Ferrari y salir a pasear con prostitutas. Mi sacrificio, mi satisfacción, no tienen sentido si no los comparto con ellos”.
Mariano, al que la competencia llama “lágrima fácil”, es consciente de que él es la clave del éxito. Pero que a la vez, su capacidad para comunicar está sostenida por una megaproducción. El equipo recorrió, hasta ahora, nueve provincias: un total de 17.830 kilómetros, en los que se seleccionó a 65 participantes para competir en “Cantando 2012”. Sin embargo, el dato más sorprendente es que el programa cambió durante la marcha y se convirtió en un hit gracias a los participantes.
Destrás de su irresistible seducción, que parece pura espontaneidad, hay un duro trabajo sobre sí mismo. Visita a su psicóloga una vez a la semana. Pero cuando la adrenalina se desmadra, la llama por teléfono desde el canal, en cualquier momento y a cualquier hora. Y al gurú espiritual cuando la cosa se pone heavy. “Debo preservarme”, asegura.
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Dicen que Mariano Iúdica está loco porque llora y hace llorar a los participantes de ese éxito impensado que es “Soñando por cantar”. El les responde que es cierto, pero que su locura es mágica. Y que le agradece el momento que está viviendo a la Virgen de Luján, a Cristo y a San Expedito, de los que es devoto. Lo cierto es que se plantó frente a éxitos como “Minuto para ganar”, “Dulce amor” y “Graduados”, los tanques de Telefe, y les dio una batalla digna. No porque sí en el canal lo llaman “el gladiador de El Trece”.
Lo primero que se debe destacar cuando se habla de Mariano es que el “gladiador” sabe que la lucha es cruel y es mucha, como asegura el tango, y entra en la arena con otros dos gladiadores (en este caso personajes) que son una psicóloga y un gurú espiritual. El otro cimiento que lo mantiene en pie en medio del tsunami de la televisión es su familia. Su mujer es la prestigiosa coreógrafa Romina Propato. Como siempre, a la hora de hablar de ella y de sus hijos -María Valentina (15), María Bernarda (16) y Salvador (5)-, lo hace desde el corazón. “La presencia y opinión de Romina son vitales para mí. Me excita, me divierte, me enamora. Mi pareja es inmejorable.Tanto yo como mi mujer estamos hechos. Hoy, velo y trabajo para que nuestros hijos sean tanto o más felices que nosotros. Mis logros son familiares. No trabajo para comprarme una Ferrari y salir a pasear con prostitutas. Mi sacrificio, mi satisfacción, no tienen sentido si no los comparto con ellos”.
Mariano, al que la competencia llama “lágrima fácil”, es consciente de que él es la clave del éxito. Pero que a la vez, su capacidad para comunicar está sostenida por una megaproducción. El equipo recorrió, hasta ahora, nueve provincias: un total de 17.830 kilómetros, en los que se seleccionó a 65 participantes para competir en “Cantando 2012”. Sin embargo, el dato más sorprendente es que el programa cambió durante la marcha y se convirtió en un hit gracias a los participantes.
Destrás de su irresistible seducción, que parece pura espontaneidad, hay un duro trabajo sobre sí mismo. Visita a su psicóloga una vez a la semana. Pero cuando la adrenalina se desmadra, la llama por teléfono desde el canal, en cualquier momento y a cualquier hora. Y al gurú espiritual cuando la cosa se pone heavy. “Debo preservarme”, asegura.