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Norcorea frena pruebas nucleares por comida

Miércoles, 29 de febrero de 2012 21:27

El régimen norcoreano se ha comprometido a dejar de enriquecer uranio y a suspender sus ensayos con armas nucleares. Así lo confirmaron ayer las autoridades de Estados Unidos, que presentaron la decisión como parte de un acuerdo por el cual Corea del Norte recibirá 240.000 toneladas de comida para aliviar la hambruna del país. El acuerdo se produce dos meses después de la muerte de Kim Jong-Il y del ascenso al liderazgo de su hijo Kim Jong-Un.
El Departamento de Estado calificó la noticia como “importante pero limitada” y explicó que es el fruto de las negociaciones que se ultimaron hace unos días en Pekín.
Corea del Norte se compromete a suspender unos ensayos nucleares que habían despertado suspicacias en los Gobiernos de Japón y Corea del Sur y acuerda permitir el retorno a la central de Yongbyon de los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), a los que el régimen expulsó del país al inicio de la década.
“A Estados Unidos aún le preocupa profundamente la conducta del régimen norcoreano en distintas áreas”, explica el comunicado oficial de la portavoz estadounidense Victoria Nuland, “pero el anuncio refleja un progreso importante pero limitado en algunas de esas áreas”.
 

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El régimen norcoreano se ha comprometido a dejar de enriquecer uranio y a suspender sus ensayos con armas nucleares. Así lo confirmaron ayer las autoridades de Estados Unidos, que presentaron la decisión como parte de un acuerdo por el cual Corea del Norte recibirá 240.000 toneladas de comida para aliviar la hambruna del país. El acuerdo se produce dos meses después de la muerte de Kim Jong-Il y del ascenso al liderazgo de su hijo Kim Jong-Un.
El Departamento de Estado calificó la noticia como “importante pero limitada” y explicó que es el fruto de las negociaciones que se ultimaron hace unos días en Pekín.
Corea del Norte se compromete a suspender unos ensayos nucleares que habían despertado suspicacias en los Gobiernos de Japón y Corea del Sur y acuerda permitir el retorno a la central de Yongbyon de los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), a los que el régimen expulsó del país al inicio de la década.
“A Estados Unidos aún le preocupa profundamente la conducta del régimen norcoreano en distintas áreas”, explica el comunicado oficial de la portavoz estadounidense Victoria Nuland, “pero el anuncio refleja un progreso importante pero limitado en algunas de esas áreas”.
 

Desafíos y amenazas
El régimen lleva años jugando al escondite con la comunidad internacional. Bill Clinton amenazó con bombardear el país en 1994 y renunció después de llegar a un acuerdo según el cual el país congelaba su programa nuclear. El entonces líder norcoreano Kim Jong-Il no cumplió el acuerdo y George W. Bush lo situó en 2002 junto a Irán e Irak en el Eje del Mal: el tridente de países que según Washington suponían una amenaza en la resaca de los atentados del 11 de septiembre. Desde entonces, el régimen se ha ido apartando poco a poco de los controles internacionales. En 2003 expulsó a los inspectores de la central nuclear de Yongbyon y trasladó a un arsenal secreto unas 8.000 vainas de plutonio que, según los expertos, eran suficientes para producir cinco o seis bombas atómicas. Pyongyang probó su primera arma nuclear el 9 de octubre de 2006. El alcance de la explosión indicó entonces que algo no iba bien. Pero el ensayo introdujo a Corea del Norte en el selecto club de países nucleares y desató una amplia condena internacional. El régimen aceptó retomar las negociaciones a seis bandas (EEUU, China, Rusia, Japón y Corea del Sur). En octubre del año pasado, EEUU y Corea del Norte reanudaron las negociaciones. Pero los primeros síntomas del acuerdo no llegaron hasta principios de enero: unos días después de la muerte de Kim Jong-Il, fallecido el 17 de diciembre, dejando la presidencia en manos de su hijo Kim Jong-Un.
 

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