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El temor de pasar de un paraíso al infierno está siempre latente

Viernes, 24 de febrero de 2012 01:14

Desde que el hombre empezó a trabajar la tierra tuvo la necesidad de administrar el agua. Hace 6.000 años Menes, el primer faraón de Egipto, ordenó la ejecución de trabajos de irrigación con aguas del río Nilo y para ello la construcción de una presa de 15 metros de altura y 450 metros de largo cerca de la ciudad de Menfis. A pesar de los avances tecnológicos, desde esa fecha hasta hoy cuando se concibe la idea de implantar una presa, es necesario tener en mente una sola cosa: la posibilidad de que falle.

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Desde que el hombre empezó a trabajar la tierra tuvo la necesidad de administrar el agua. Hace 6.000 años Menes, el primer faraón de Egipto, ordenó la ejecución de trabajos de irrigación con aguas del río Nilo y para ello la construcción de una presa de 15 metros de altura y 450 metros de largo cerca de la ciudad de Menfis. A pesar de los avances tecnológicos, desde esa fecha hasta hoy cuando se concibe la idea de implantar una presa, es necesario tener en mente una sola cosa: la posibilidad de que falle.

En Salta, cada vez que llegan las lluvias del verano, las aguas de uno de los principales embalses del norte alcanza su altura máxima y renace el temor de una eventual catástrofe. Como casi todos los años, el dique Cabra Corral, está cerca de llegar a su tope. El temporal de la última semana hizo que el nivel del agua suba hasta quedar a solo dos metros del límite. La cota máxima es de 1.037 metros y hasta el cierre de esta edición, el dique se encontraba en 1.034,75 metros.

Según el comisario Bautista Díaz, de la Policía Lacustre, “todavía falta para que se alcance la cota máxima, pero eventualmente vamos a pasarla si continúan las lluvias. De todas formas están todas las herramientas para manejar la situación”.

Es que el año pasado, después de 28 años, tuvieron que abrir las compuertas, porque el agua estaba a centímetros del límite. La primera vez que se hizo, extensas áreas de Metán, Anta y Santiago del Estero quedaron bajo el agua, ya que por entonces no estaba habilitada la presa auxiliar de El Tunal.

En marzo de 2010 se alcanzó la “alerta blanca”, el equivalente de “exceso de caudal”. La fase que sigue, “alerta amarilla”, significa técnicamente que “se está desarrollando una situación potencialmente peligrosa”. Por último, la fase de “alerta roja” supone que “existe falla inminente o ya ocurrida” en las presas.

El gerente de operaciones de AES Argentina, Marcos Casas, indicó hace días que “no hay que ser alarmistas, porque, aunque el nivel del dique continúa siendo importante está disminuyendo y existe una política de evacuación para evitar el desborde”. Mientras en 2010 pasaban por las compuertas 250 metros cúbicos por segundo, este año, “se están erogando 80 metros cúbicos por segundo”, dijo.

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