El sorpresivo cambio diplomático en la embajada de Estados Unidos provocó un sinnúmero de especulaciones. Se habló de un enojo de la Presidenta con Jorge Argüello, el embajador saliente, y también de una supuesta interna de ese funcionario con el secretario de Comercio Guillermo Moreno. Ante ese panorama, el canciller Héctor Timerman salió a minimizar cualquier disputa. Es que Timerman negó ayer que la salida de Argello se haya debido a una presunta pelea con Moreno, y al advertir que el secretario de Comercio “no pone ni saca embajadores”, sostuvo que la idea es “darle otro perfil” a la relación con Washington.
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El sorpresivo cambio diplomático en la embajada de Estados Unidos provocó un sinnúmero de especulaciones. Se habló de un enojo de la Presidenta con Jorge Argüello, el embajador saliente, y también de una supuesta interna de ese funcionario con el secretario de Comercio Guillermo Moreno. Ante ese panorama, el canciller Héctor Timerman salió a minimizar cualquier disputa. Es que Timerman negó ayer que la salida de Argello se haya debido a una presunta pelea con Moreno, y al advertir que el secretario de Comercio “no pone ni saca embajadores”, sostuvo que la idea es “darle otro perfil” a la relación con Washington.
Por otra parte, elogió a la economista Cecilia Nahón, designada como reemplazante de Argello ante la Casa Blanca, quien hoy tendría el visto bueno del Senado para su asunción. “Es una de las personas más preparadas; si es o no de La Cámpora, es secundario”, expresó. Timerman insistió en desvincular la decisión de trasladar a Argello a la embajada de Portugal -un destino de menor jerarquía- de una supuesta discusión con el secretario de Comercio. “No tiene nada que ver con Moreno”, manifestó el funcionario.
El jefe del Palacio San Martín calificó de “totalmente falsa” la información de distintos medios que dieron cuenta de una pelea que habría existido entre Moreno y Argüello, quien le habría reprochado al secretario de Estado su injerencia en asuntos propios de su función diplomática.
En los últimos tiempos, Argello debió afrontar momentos delicados, aunque no directamente vinculados a la relación bilateral entre Washington y Buenos Aires.
En septiembre, en el viaje que hizo a Estados Unidos en el marco de la Asamblea General de la ONU, la Presidenta protagonizó situaciones de tensión al mostrarse incómoda frente a las preguntas de estudiantes en las universidades de Georgetown y Harvard. Asimismo, fue la primera vez en la era kirchnerista que miembros de la comunidad argentina, en este caso en Nueva York, organizaron un cacerolazo en contra de la jefa de Estado, a las puertas del hotel donde se hospedó la mandataria.
Luego, el fallo del juez de Nueva York Thomas Griesa, ordenándole a la Argentina que pagué 1.300 millones de dólares a los holdouts, avivó una situación sensible para el Gobierno.