Definitivamente, ya no es copado lo que hace Boca. Hasta la mística lo abandonó. El xeneize sumó una nueva decepción anoche en Catamarca y Arsenal se erigió como el primer supercampeón argentino.
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Definitivamente, ya no es copado lo que hace Boca. Hasta la mística lo abandonó. El xeneize sumó una nueva decepción anoche en Catamarca y Arsenal se erigió como el primer supercampeón argentino.
Boca sumó una nueva frustración en la era Falcioni y con la misma arma que muchas veces lo hizo festejar: los penales. Desde los doce pasos cayó frente a Arsenal, un justo y más que merecido ganador del trofeo.
Es que el xeneize volvió a ser una sombra en los noventa minutos, en los que igualó sin goles ante el conjunto que dirige Gustavo Alfaro. Y en la definición desde los doce pasos falló mucho más: Caruzzo, Paredes y Colazo se toparon con las manos de un iluminado arquero como Campestrini. En la cuenta final, el equipo que dirige Gustavo Alfaro se impuso por 4 a 3 (también erró dos disparos) e hizo delirar a un puñado de hinchas en el estadio Bicentenario, mientras que la multitud que alentó a Boca se fue con la amargura de la derrota, aunque aplaudió a sus jugadores.
Arsenal, que llegó a esta instancia por ganar el último torneo Clausura, volvió a amargar a Boca, como sucedió en la definición de ese torneo, y le impidió sumar otro trofeo a sus vitrinas.
Pero más allá de los tiros afortunados, cabe destacar que el conjunto de Sarandí fue más peligroso y tuvo sus mejores chances a través del colombiano Carlos Carbonero, quien estrelló un remate en el travesaño y un cabezazo en el poste en la primera etapa. Claro, Boca volvió a tener un nivel pobrísimo, tuvo problemas en todas sus líneas y así el dominador pasó a ser claramente Arsenal.
El xeneize solo pudo acercarse hasta el arco de Campestrini cuando Leandro Paredes encontró algún espacio y trató de complicar con sus remates desde fuera del área, y un par de intentos de Lautaro Acosta. Y por sus problemas defensivos -Franco Sosa pareció sentir la larga ausencia y Emiliano Albín no se sintió cómodo jugando por izquierda y ambos fueron reemplazados-, le costó tener la pelota y llevar peligro al arco rival.
Boca suma de este modo una nueva decepción en la era Falcioni que cada vez parece llegar más a su final.