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?Espero que se arrepienta por lo que le hizo a mi hija?

Jueves, 29 de noviembre de 2012 21:37

El tercer día del juicio por el caso de Rosa del Milagro Ponce (31), quien fue retenida por su expareja varias horas, abusada sexualmente y baleada de tres disparos provenientes de un revólver calibre 22 largo Doberman, el 16 de abril de 2011, en su vivienda del barrio Castañares, se llevó a cabo ayer en la Cámara Segunda en lo Criminal. Su exnovio Walter Andrés Pérez (32) está siendo juzgado por los hechos. La primera en ingresar a la sala fue la madre de la víctima, Irma Trujillo Fernández de Ponce, quien manifestó: “Ese día yo me levanté, abrí la puerta de la pieza de mi hija y los vi recostados. Me sorprendió verlos juntos, él había vuelto. Después salí, volví a entrar y seguían durmiendo. Le dije: "mamita tenés que estudiar' y le llevé su medicamento. Luego desayuné con mi nieta y me fui a hacer las compras a la vuelta, unos 20 minutos. No vi nada raro. Cuando regresé, entré al dormitorio de ella y la ví hablando por teléfono fuerte, estaba sentada al filo de la cama y le sangraba el rostro. Se dio vuelta y me dijo "mamá pedí una ambulancia que Walter me pegó un tiro'. El estaba tirado al costado en el piso. Salí corriendo para dejar a mi nieta en el vecino y fui hasta la salita. Ya sabían lo que había pasado. Cuando volví estaba la ambulancia y la Policía. Quiero que se haga justicia. Al principio la relación entre Walter y mi hija era amable. El era muy atento, comedido, servicial. Pero los dos últimos años noté que no era tanta la felicidad. Era celoso. Una vez, cuando fuimos a la serenata de Cafayate. Le agarraron celos por cómo mi hija se había vestido. Fuimos a cenar y no quiso comer. Eso no me gustó”, manifestó la mujer, tras lo cual se quebró emocionalmente.

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El tercer día del juicio por el caso de Rosa del Milagro Ponce (31), quien fue retenida por su expareja varias horas, abusada sexualmente y baleada de tres disparos provenientes de un revólver calibre 22 largo Doberman, el 16 de abril de 2011, en su vivienda del barrio Castañares, se llevó a cabo ayer en la Cámara Segunda en lo Criminal. Su exnovio Walter Andrés Pérez (32) está siendo juzgado por los hechos. La primera en ingresar a la sala fue la madre de la víctima, Irma Trujillo Fernández de Ponce, quien manifestó: “Ese día yo me levanté, abrí la puerta de la pieza de mi hija y los vi recostados. Me sorprendió verlos juntos, él había vuelto. Después salí, volví a entrar y seguían durmiendo. Le dije: "mamita tenés que estudiar' y le llevé su medicamento. Luego desayuné con mi nieta y me fui a hacer las compras a la vuelta, unos 20 minutos. No vi nada raro. Cuando regresé, entré al dormitorio de ella y la ví hablando por teléfono fuerte, estaba sentada al filo de la cama y le sangraba el rostro. Se dio vuelta y me dijo "mamá pedí una ambulancia que Walter me pegó un tiro'. El estaba tirado al costado en el piso. Salí corriendo para dejar a mi nieta en el vecino y fui hasta la salita. Ya sabían lo que había pasado. Cuando volví estaba la ambulancia y la Policía. Quiero que se haga justicia. Al principio la relación entre Walter y mi hija era amable. El era muy atento, comedido, servicial. Pero los dos últimos años noté que no era tanta la felicidad. Era celoso. Una vez, cuando fuimos a la serenata de Cafayate. Le agarraron celos por cómo mi hija se había vestido. Fuimos a cenar y no quiso comer. Eso no me gustó”, manifestó la mujer, tras lo cual se quebró emocionalmente.

“Doy gracias a Dios que le dio vida a mi hija y a él. Ahora tiene una oportunidad para reivindicarse y ser bueno. Me duele lo que le hizo a mi hija. Espero que se arrepienta. No quiero rencores ni que haya odio entre familias”, finalizó la mujer.

Seguidamente habló Darío Daniel Ponce (30), agente de la Policía y hermano de la víctima. “Siempre tuve una buena impresión de él. Somos una familia unida y el ingresó a nuestro círculo. Era trabajador. Compartimos cosas como jugar a la pelota, le presenté a mis amigos. A fin de 2010 noté que se distanciaron con mi hermana. Una vez, cuando volví de trabajar se estaban faltando el respeto. El la trataba de p... Les dije que no se vuelva a repetir o se irían. El la controlaba por teléfono. Pero nunca le levantó la mano delante de mí. Me dio muchísima impotencia no prevenir esto. ¿Cómo puede ser que, con mi experiencia, pase esto en mi casa? El dijo que yo disparé por envidia. Quizá lo hizo para sacarse peso de encima. No cabe en la cabeza pensar que yo podría hacer eso. De alguna manera trata de justificarse. Le doy gracias a Dios porque tengo estabilidad laboral. Cuido mi trabajo porque mi familia vive de eso. No le envidio nada ni a él ni a nadie”.

Ronda

Además declararon ante el Tribunal integrado por los magistrados Angel Longarte, Bernardo Ruiz y Carlos Pucheta, el neurocirujano Pablo Ducati, quien operó a Walter Pérez; una policía, Karina Chávez, y la doctora Gabriela Dasenso y el perito de balística Héctor Barboza, ambos del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) a cargo de exámenes y peritajes.

 

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