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En Salta hay muchos perros callejeros y sus dueños no los cuidan

Lunes, 29 de octubre de 2012 08:52

Ocurrió la semana pasada. Un perro pitbull se escapó del patio de la casa y atacó al caniche toy de una familia vecina. El ataque, desesperante, culminó en una doble tragedia. Ambos perros murieron. El caniche debió ser sacrificado por las graves heridas que le ocasionó el pitbull y éste último murió acuchillado por los dueños del perrito atacado. Se vengaron por mano propia.

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Ocurrió la semana pasada. Un perro pitbull se escapó del patio de la casa y atacó al caniche toy de una familia vecina. El ataque, desesperante, culminó en una doble tragedia. Ambos perros murieron. El caniche debió ser sacrificado por las graves heridas que le ocasionó el pitbull y éste último murió acuchillado por los dueños del perrito atacado. Se vengaron por mano propia.

Este suceso, lamentable, además de provocar conmoción pública, reinstaló un debate sustancial, obligado y fundamental: la tenencia responsable de mascotas.

El Tribuno recorrió cinco barrios de la ciudad: Solidaridad, Universitario, Patricia Heitman, San José y Limache. Recabar información sobre el cuidado que los vecinos tienen para con sus mascotas, fue el principal propósito de este transitar por la ciudad.

Primero lo primero: el 92% de las personas encuestadas tienen mascotas en sus casas y si hablamos de perros, el promedio es de 3 por familia.

Reconocen no prestarles demasiada atención. La mayoría, por ejemplo, no recuerda cuándo fue la última vez que le hizo colocar las vacunas correspondientes, ni cuándo lo llevó al veterinario por última vez.

Estos descuidos, a veces progresivos, desembocan en muchos casos en más perros en las calles. Perros que dejan de ser callejeros y se van convirtiendo en vagabundos (los callejeros tienen dueños y un hogar, pero pasan mucho tiempo afuera y los vagabundos no tienen dueño, se alimentan con lo que encuentran, duermen en la calle).

El debate en materia de políticas que frenen esta situación, tampoco es nuevo. Desde la Municipalidad capitalina, a través de la Dirección de Zoonosis, se han iniciado campañas de esterilización y castración en los barrios. También de vacunación contra la rabia. Y pese a que se ha planteado un trabajo intensivo, a través del cual se han vacunado a decenas de miles de perros, todo parece indicar que no es suficiente. Una historia sin fin.

El caso del perro Dardo, que en abril sufrió graves lesiones luego de que un petardo le explotara en el hocico, fue otro suceso que captó la atención de la opinión pública. Hace unos días, también trascendió el caso del presidente del Banco Macro, Jorge Brito, quien fue atacado por una de sus mascotas y sufrió una lesión en una pantorrilla, que posteriormente se complicó con una infección.

Sucesos como éste siempre fueron noticia. Algunos marcados por la fatalidad y con niños como protagonistas de tragedias, esas que siempre dejan el sabor más amargo, por la profunda convicción de que podrían haberse evitado.

Entonces, no es un tema menor. Distintas asociaciones protectoras orientan su trabajo en la concientización sobre tenencia responsable. Los comportamientos hostiles de los animales y las reacciones violentas están determinados por el trato que reciben de sus dueños, por el espacio que tienen para jugar y gastar energías, por un conjunto de factores que hacen a la calidad de vida de la mascota.

“Los malos son los dueños”

El médico veterinario Walter Chihan se refirió a los perros considerados peligrosos. “Para mí el peligroso es el dueño. Cuando alguien se compra un perro tiene que saber que lo tiene que educar. A veces los mismos dueños los estimulan para que sean violentos”, dijo Chihan.

El veterinario indicó que es cierto que hay razas que tienden a ser más violentas que otras, pero no se puede decir que todos los pitbulls son agresivos o malos. No se puede generalizar”, dijo para reafirmar la idea de que la raza no determina el mal carácter o el llamado “instinto asesino” del animal.

De la encuesta realizada por este matutino se desprende que en la ciudad no hay real conciencia sobre tenencia responsable. No sacar al perro a pasear y, en el otro extremo, dejarlo suelto el día entero son algunos indicios. Muchos de los vecinos encuestados en estos cinco barrios de la ciudad, responden que así viven sus mascotas. Lo dicen con naturalidad. Quizás, cada uno de los que han adoptado una costumbre o la otra estén convencidos de que es el mejor modo de tratar al animal. Lo tienen internalizado.

En vías de una solución

Castración. Para muchos es una alternativa, una parte de la solución al problema de los perros vagabundos. El médico veterinario Walter Chihan coincide. En diálogo con El Tribuno explicó cómo es esta intervención en los perros. Dijo que desde el punto de vista de la hembra la castración es irreversible porque se estirpan ovarios.

En el caso de los machos, la cirugía es más sencilla aún y, en aquellos perros con carácter violento, resulta muy beneficiosa porque los amansa, los vuelve más dóciles.

La cirugía es bastante sencilla y el postoperatorio muy bueno. La única contraindicación, quizás, es que los animales intervenidos luego tienden a la obesidad. Hacerlos hacer ejercicio luego de la operación es fundamental.

“Sin dudas, recomiendo la castración. Para muchos es considerada un modo de protección animal. Coincido con esa postura”, dijo Chihan.

“­Acá hay más perros que gente!”

La frase se oye, repetidamente, entre las respuestas de los vecinos consultados. Se refieren a la cantidad de perros que andan sueltos por la calle. Algunos vagabundos, otros simplemente callejeros. Se los ve por todas partes, en las distintas zonas de la ciudad.

Casi la totalidad de las personas encuestadas tienen perros en sus casas: el 92%. En promedio, hay unos 3 perros por casa.

De los barrios en los que se dialogó con los vecinos, Solidaridad es donde más vecinos tienen perros, el 95% de las personas consultadas. Un muy bajo porcentaje dice tener perros de razas peligrosas y, a la vez, reconocen que no toman ninguna medida especial al respecto, ni siquiera optan por la castración. “No lo dejamos salir mucho, está más que nada en el fondo”, dicen quienes tienen algún ejemplar de pitbull o rottweiler, por ejemplo.

En el resto de los barrios, el porcentaje de personas que tienen perros como mascota, también es muy alto. En Universitario menos personas tienen perros. Varios principalmente porque viven en departamentos y no cuentan con un espacio apropiado para tener mascotas.

“­Acá hay más perros que gente!”, dice una vecina de San José mientras barre la vereda. La mujer se queja de que el barrio está permanentemente sucio por la cantidad de perros que deambulan, sin rumbo ni destino, por esa zona de la ciudad.

¿Con qué frecuencia los
llevamos al veterinario?

Ocuparse de un animal tiene algunos requerimientos básicos, fundamentales. Llevarlos periódicamente al veterinario es uno de ellos. Es tan importante como sacarlos a pasear y ponerles, todos los días, un plato de agua y comida. “¿Con qué frecuencia lo lleva a su perro al veterinario?”, le consultamos a los vecinos que participaron de la encuesta. En general, las respuestas fueron: “Cuando se enferma”, “Cuando es necesario”, “Cuando en casa vemos que no anda muy bien”. Eso, en el mejor de los casos. Es que son muy pocos los que aseguran que lo llevan regularmente, sólo para que se les realice un control. El resto se sincera y reconoce: “Lo llevé una sola vez, cuando era cachorrito”, “Hace meses que no lo llevo”, “No lo llevo nunca”. A primera vista, falta de conciencia sobre tenencia responsable. A largo plazo, una mala calidad de vida para esa mascota.

¿Y las vacunas? Un gran porcentaje de los vecinos consultados, casi el 90%, dice que su mascota está al día con el carnet de vacunación. De ese porcentaje, más de la mitad dice que su perro fue vacunado en el marco de las campañas de vacunación que se implementaron desde la Dirección de Zoonosis de la Municipalidad de Salta hace no más de un mes. El resto dice que les hizo colocar las vacunas de manera privada porque su veterinario es el que les hace el seguimiento a sus mascotas y prefieren hacerlo de esa manera, aunque implique un gasto.

Vamos de paseo...

Un ratito, cada tarde... Para muchas personas pasear el perro es una actividad obligada de todos los días. También es lo ideal. Pero sucede que son pocos los que se toman el trabajo de hacerlo.

El recorrido por Solidaridad, Limache, San José, Patricia Heitman y Universitario y el diálogo con los vecinos de cada uno de esos barrios, da cuenta de ello. La mayoría reconoce que muy pocas veces sacan a pasear a sus mascotas. “Salen solas”, contestan muchos de los vecinos, entre risas. Es que muchos de esos perros son callejeros. Pasan la mayor parte del día afuera de la casa. El plato de alimento y de agua los trae de regreso, cada algunas horas. Mientras, hacen de las suyas. Rompen bolsas de basura, ensucian, pelean con otros perros, ocasionan verdaderos conflictos entre los vecinos que discuten por el mal comportamiento de algunos animales y, en los peores de los casos, lastiman a la gente.

Los que viven en departamentos están obligados. El paseo, en esos casos, se da más de una vez al día.

Una vecina de Patricia Heitman dice que prefiere mantener encerradas a sus mascotas. “Es muy angustiante sacarlos a pasear con la cantidad de perros sueltos que hay en la calle. Más de una vez se agarraron a pelear con callejeros en plena plaza. Prefiero que estén adentro”, dijo la señora.

Bataholas entre vecinos

“La vecina de la esquina suelta todo el perrerío y la vereda está siempre una porquería, llena de excremento. Es imposible mantenerla limpia”, dijo enojadísima una mujer de Limache. Otro vecino, de barrio San José, dice que teme por los niños de su familia porque “andan muchos perros cascarrabias sueltos”.

Casi la totalidad de los vecinos encuestados aseguró que sus mascotas no ocasionaron nunca ningún disturbio en el barrio. El perro conflictivo siempre es de otro. Los que sí lo tuvieron fue porque se escaparon y mordieron gente o a otros perros o, incluso, gallinas y gatos. En la mayoría de esos casos, incluso, hubo denuncias de por medio, como el inicio de una larga enemistad entre personas que viven en un mismo barrio incómodamente.

Verónica, una mujer que vive en la zona norte de la ciudad, contó una situación alarmante. En la cuadra de su casa, una vecina tiene dieciocho perros a los que tiene absolutamente descuidados y que suelta en un pasaje hoy convertido en un basural, muy sucio, por el que nadie se anima a transitar. En general, los vecinos se quejan de la irresponsabilidad de sus vecinos. Denuncian maltrato a las mascotas, poca atención. Muy pocos se reconocen a sí mismos en falta.

“Ese agresivo perro de Fulanito”, denuncian. Casi nunca el perro agresivo es el propio.

Vacunación contra la rabia,
por los barrios

Apareció entre las respuestas de muchos vecinos que aseguraron, en los últimos meses, sus mascotas fueron vacunadas gracias a los programas barriales que se implementaron desde la comuna.

En este sentido, cabe destacar que, organizado por la Dirección de Zoonosis, el viernes 28 de septiembre, en el marco del Día Mundial de Lucha Contra la Rabia, se realizó una campaña intensiva de vacunación antirrábica llegando a colocarse 6.083 dosis. Estas fueron aplicadas a perros y gatos en 51 puntos distribuidos en toda la ciudad, entre los cuales estaban centros vecinales, los Centros de Integración Comunitaria (CIC) de Solidaridad, Asunción, Unión, Santa Cecilia y Constitución y otros puntos de referencia.

Para esta actividad, nunca antes efectuada de manera tan masiva, se contó con el apoyo de alumnos de la facultad de la carrera de Veterinaria de la Universidad Católica de Salta; la Federación de Centros Vecinales; la División Canes de la Policía de la Provincia y personal del Programa de Zoonosis del Ministerio de Salud Pública.

Igualmente, muchos vecinos aún sostienen que faltan políticas que apunten a encontrar una solución definitiva al problema de los perros vagabundos. Todavía hay quienes piensan que debe volver la perrera. Otros, menos categóricos, están convencidos de que una real toma de conciencia y más educación sobre este tema, alcanzan.

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