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19 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Lo sólido se desvanece en el aire

Miércoles, 23 de agosto de 2023 02:27

Es el título que eligió Marshall Berman para su obra, la que interpretó el fenómeno de la modernidad. Entender que todo lo sólido se desmorona tiene una ventaja iluminadora sobre lo que se mueve sin ser visto. No porque se oculta sino porque está tan cerca que nos cuesta precisar sus contornos, enfocarlo.

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Es el título que eligió Marshall Berman para su obra, la que interpretó el fenómeno de la modernidad. Entender que todo lo sólido se desmorona tiene una ventaja iluminadora sobre lo que se mueve sin ser visto. No porque se oculta sino porque está tan cerca que nos cuesta precisar sus contornos, enfocarlo.

Nuestro país contiene la respiración: el ultraliberalismo reaccionario de Javier Milei irrumpe en un paisaje político ya tensionado, en una revolución electoral que casi ningún analista político pudo detectar.

Superada la sorpresa de muchos, la masa de votantes de La Libertad Avanza -distribuidas en provincias muy disímiles como Santiago del Estero y Córdoba- acapara la atención de todos: candidatos/as, votantes y analistas políticos. El Gobierno de nuestra provincia debe estar tomando nota de que la fuerza libertaria arrastra la mayor cantidad de votos por provincia y el potente mensaje que eso implica.

Se multiplican las narrativas que intentan aislar los rasgos de la masa de votantes a LLA. El núcleo coincidente de todos los análisis es que hay una amalgama de hartazgo y frustración en la gente. Pero ese hastío generalizado, por definición, no debería ser permanente. Tal vez se trate de la articulación de una mayoría volátil de voluntades que podría desagregarse. Es muy probable, que la provisoriedad sea el rasgo predominante de esta nueva identidad política, pues no se detecta un sustrato ideológico común enraizado. Es la bronca y no la ideología la que aglutina.

Hoy no puede predecirse sin margen de error si será el presidente de la Nación, pero sí puede aventurarse que el fenómeno Milei -en su eventual fracaso o éxito- dibuja un microcosmos de los límites de la política argentina y de sus potencialidades.

No es novedad que el modelo democrático muestra una credibilidad agotada. Constitucionalistas como Roberto Gargarella señalan hace tiempo la erosión de las democracias por dentro. En nuestro país, la democracia sostenida hace 40 años, muestra marcas de baja calidad institucional, muy notables en nuestra provincia. La victoria de un candidato heterodoxo hace estallar nuestro sistema político perfilado desde siempre como bipartidista. Al menos en lo presidencial, agregaría Andrés Malamud.

Mejor que nadie, la fuerza libertaria fue capaz de interpretar la escisión cada vez mas profunda entre la gente y la clase política, la económica, la mediática y la intelectual y puso en cuestión el sentido de la política representativa tradicional. Los políticos abandonaron a la comunidad que pretenden representar con permanentes actitudes de sobregiro sobre el crédito que les da la gente.

Por ejemplo, inventar narrativas épicas para disfrazar fracasos de políticas improvisadas a nivel nacional o, en Salta, burlar el sistema electoral eliminando la competencia es subestimar a la gente y es también corromper el sistema que les da sustento. La deslegitimación está a la vuelta de la esquina y las PASO la pusieron en evidencia.

El kirchnerismo fracasó como nadie en su sobreactuado objetivo de redistribuir el ingreso. Empobreció como nadie a todos los sectores sociales y en particular, a los que menos tienen frente al proceso corrosivo de la inflación.

La economía en caída libre -acelerada por estos días-, la pobreza cada vez mas extendida que golpea en particular a nuestro Norte, la inseguridad nunca resuelta, la falta de futuro, en definitiva, la agenda paralela de la política desentendida de los problemas de la gente fueron configurando un padecimiento social –no advertido por el oficialismo ciego de soberbia pseudo progresista- mutando a una indignación que terminó trocando en decisiones electorales que ponen en cuestión todo nuestro sistema político. Un país que se conduce a banquinazos.

La irrupción de las energías reaccionarias desacomplejadas representadas por Milei nos enfrenta con una encrucijada trágica. Nuestro maltratado sistema político, los 40 años de democracia devaluada, sobre todo por quienes gobiernan, lo trajo hasta aquí: a unos pasos de la Casa Rosada con un manojo de propuestas tan inestables como efectistas e impracticables, a mas del lenguaje violento y misógino. Sin embargo, no todo está dicho.

Los naipes de la política argentina se van a barajar y dar de nuevo.

A pesar de las tendencias que pretenden imponer los medios de comunicación -muchas veces sin intención-, las PASO dejan 3 candidatos en carrera. Si a eso sumamos el dato de que más de 10 millones de personas no votaron aun, se trata de un final abierto.

El desafío de los candidatos/as es modular un discurso capaz de aglutinar la mayor cantidad de las distintas demandas de los múltiples colectivos que hoy expresan electoralmente su desencanto.

Es el momento histórico de fortalecer los mecanismos del mismo sistema para que en un cordón democrático y republicano sea capaz de mantener alejadas las opciones autoritarias, de una vez por todas y por el bien de todos.

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