En las últimas décadas el concepto de Responsabilidad Social Empresaria ha ido tomando mayor protagonismo en el mundo empresarial y de los negocios.
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En las últimas décadas el concepto de Responsabilidad Social Empresaria ha ido tomando mayor protagonismo en el mundo empresarial y de los negocios.
Es posible afirmar que las organizaciones, en su afán de crecer, buscan obtener un beneficio que les permita crear una imagen corporativa positiva y sostenible que garantice su permanencia y consolidación en el ámbito empresarial.
La RSE puede contribuir enormemente con este propósito al permitir a las empresas posicionarse de una mejor manera en la comunidad en la que opera, obteniendo una buena reputación corporativa, lealtad de sus clientes y proveedores, y credibilidad en el mercado.
En el caso de la minería, esta práctica está muy ligada a la licencia social, tan importante para garantizar la efectiva realización de la actividad en una región. Sin embargo quedarnos únicamente con este aspecto es reducir meramente a un interés unilateral las relaciones con nuestros públicos objetivos.
En las últimas décadas hemos visto el auge de organizaciones del tercer sector que se conforman a partir de inquietudes compartidas, ya sea ante un vacío del Estado respecto a la gestión de determinadas políticas públicas o sobre las acciones y consecuencias del sector privado en su entorno.
Igualmente "colectivos" de personas que con anterioridad se consideraban minorías, como las mujeres o los aborígenes, han crecido adquiriendo visibilidad ante sus reclamos. En ambos casos, la generación de respuestas a sus necesidades o intereses particulares ha sido a partir de una gestión participativa en donde la unión hace la fuerza.
Este empoderamiento ciudadano -en el que el hombre se asume como un sujeto activo en su realidad, que es titular de derechos y obligaciones, que reconoce su fuerza individual y colectiva y que tiene por objetivo generar impactos- es una clara muestra de un cambio de paradigma y de un nuevo estado de conciencia social que atraviesa por un cambio de valores en donde se pondera de manera diferente el rol de la empresa como actor social, político y económico. Resulta fundamental repensar los paradigmas bajo los cuales las relaciones comunitarias se desarrollan que no puede ni debe pasar desapercibido a la hora de plantear una estrategia de negocios y de comunicación corporativa.
Es entonces cuando se plantea un desafío no solo interesante si no apasionante, el de "Construir comunidad".
Ahora bien, una comunidad se crea partiendo de una identidad común y se diferencia de otros grupos o comunidades por las acciones que ejerce.
Suena ambicioso, lo sé. Pero me animo a pensar que es el camino por el cual debemos transitar aquellas personas que estamos involucradas, directa o indirectamente, con la minería.