Isidro Ruarte tiene 77 años y concluirá en diciembre de 2023 su sexto mandato como intendente de la localidad de General Mosconi. Le tocó estar al frente de uno de los municipios más difíciles de la provincia por los conflictos sociales que se conocieron, desde casi el mismo año en que asumía por primera vez al frente de la intendencia en diciembre de 1991.
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Isidro Ruarte tiene 77 años y concluirá en diciembre de 2023 su sexto mandato como intendente de la localidad de General Mosconi. Le tocó estar al frente de uno de los municipios más difíciles de la provincia por los conflictos sociales que se conocieron, desde casi el mismo año en que asumía por primera vez al frente de la intendencia en diciembre de 1991.
El momento coincidía con la privatización de las empresas del estado YPF y Gas del Estado, entre otras, por lo que prácticamente desde entonces hasta ahora, el descontento social siempre se hizo sentir con medidas que en ocasiones fueron violentísimas, con el saldo trágico de pérdida de vidas humanas o de heridos en los enfrentamientos. Ruarte asegura que no volverá a ser candidato a intendente "y, como hace 30 años, volveré a estar al frente de mi bicicletería, porque nunca me iría de General Mosconi".
Se comenta que en una cena de la que participaron el gobernador Sáenz y los intendentes usted dijo que no volverá a postularse...
Es cierto y lo voy a cumplir. Tengo 77 años y si bien me siento sano físicamente y bien de la cabeza, no es menos cierto que estoy bastante cansado. Son 6 mandatos y si bien algunas veces la gente no me eligió porque prefirió a otros candidatos, los mosconenses terminaron volviendo con Isidro Ruarte porque nunca les mentí aunque a veces la verdad fuera dolorosa. Lo que quisiera cumplir antes de irme es inaugurar el edificio municipal de Mosconi, la casa que es de todos los mosconenses y que quedó destruida durante los conflictos sociales que se vivieron en el año 2000. Ahora, los conflictos no son tan violentos como en ese entonces, Gracias a Dios, pero siguen sucediendo. Tiene que venir alguien joven a enfrentarlos, a resolverlos. Porque para eso somos los intendentes. Para poner la cara en todos los temas que haya que resolver y en eso no hay excusas.
¿Cuáles son los temas más difíciles de resolver para Mosconi, para el norte?
El tema del agua y los cortes de ruta. Con el tema del agua se puede trabajar, avanzar; porque, por ejemplo, ahora mismo ya se comenzará a perforar un pozo en Coronel Cornejo y se está reparando el embalse de El Aguay. Con eso, de a poco, el municipio puede quedar afuera de este problema porque no necesitará el agua que proviene del Itiyuro. Es una pena cómo se desperdicia agua de El Aguay, que es de excelente calidad, porque el acueducto tiene un montón de roturas. Pero como digo, con inversión, se soluciona. Ahora, con el tema de los cortes de ruta es más difícil, porque los que cortan casi todos los días son aborígenes. Piden bolsones, piden comida, piden agua, piden tinacos. Les damos de todo. Me consta, porque ahora, con la crisis hídrica, tengo un montón de gente trabajando todos los días como creo que nunca lo hicieron antes como el caso de muchos empleados municipales, además de gente que vino de otros lugares. Les repartimos tinacos para que almacenen el agua y los venden por dos pesos. Les damos bidones de agua y también los venden. Esa es la triste realidad con las comunidades originarias y no les cuesta nada irse a la ruta 34 y cortarla porque antes de pedir ya están en la ruta. Es muy difícil solucionarles todo lo que ellos exigen y es injusto que tanta gente no tenga derecho a transitar libremente por una ruta nacional.
¿Y cuando deje de ser intendente qué hará?
Volver a mi negocio, a mi bicicletería, que la tengo de toda la vida. Cuando era chico no quería seguir estudiando porque no me gustaba. Mi papá, como esos padres duros de antes, me dijo: bueno hijito si no estudia póngase a trabajar. A los 14 años puse mi tallercito para arreglar bicicletas y no tenía ni luz. Me acuerdo clarito mi alegría cuando me pusieron mi primer medidor, el mismo número que tengo ahora en mi casa, donde vivo. Con los años puse una bicicletería y otra en Tartagal en la avenida Alberdi. Después me fui unos pocos años a Ledesma porque ahí se trabajaba muy bien en el rubro, porque todos los obreros andaban en bicicleta. Pero me volví a Mosconi; y además de mi negocio mi pasión era el ciclismo, un deporte que amo y lo practiqué muchos años y en el que era bueno. En ese mismo lugar hice mi casita, nunca me casé pero tuve dos hijas que ya son profesionales y que tienen una mamá a la que tendría que hacerle un monumento; tengo un auto modelo 2010 y no necesito más nada para vivir tranquilo, en paz. Pero siempre en mi pueblo.
¿Cuál fue la experiencia más difícil que le tocó vivir en su actividad política?
Pasar una Navidad "en cana". Fue en el año 1997 y como Tartagal y Mosconi eran un foco de conflicto que parecía que nadie lo podía solucionar "para descomprimir" el malestar general me metieron preso haciéndome acusaciones falsas. Pasé la Navidad en la comisaría 42 de Tartagal y como el personal policial sabía que era todo inventado, permitió que mi hermana fuera para estar conmigo esa noche. Brindé con varios policías que estaban de turno y el 28 de diciembre me dieron la libertad. Me fui acompañado por una caravana de vehículos y desde ahí gané 3 mandatos seguidos como intendente de mi pueblo. Los cortes de ruta fueron momentos muy difíciles porque yo decía de los que cortaban la ruta lo que pensaba cuando nadie se animaba a decir la verdad. Ahora pasa lo mismo. ¿O usted escuchó a alguien que diga todo lo que se le dá a los originarios pero siguen cortando todos los días la ruta?.
Hace unos días inició un sumario administrativo a gente de su confianza...
Así es, porque se abusaron de la confianza absoluta que les brindé durante tantos años. Pero es de vicio, porque cuando se trata de manejar plata no hay mucha gente preparada para no tentarse. Tenía un hermano de la política con el que comenzamos a militar juntos hace 30 años y que manejaba todo el tema de trabajadores eventuales o planilleros, pero él era empleado municipal de carrera. En enero de este año pagué $3.800.000 y comencé a sospechar que algo no estaba bien. Decidí bancarizarlos a todos los eventuales y ahí me di cuenta que lo que realmente se le pagaba mensualmente a estos trabajadores eran $2.200.000. El Concejo Deliberante hizo toda la investigación, las denuncias en la Justicia y yo les inicié el sumario administrativo. Eran prácticamente una organización conformada por varios empleados. Hay que esperar lo que decida la Justicia, pero mientras tanto no les pagamos el sueldo.
Habiendo tenido tanta amistad con esa persona, ¿no habló con él, más allá de la Justicia?
No; porque con otros mandó a decirme que me iba a quemar la casa conmigo adentro. Me fui a la comisaría a hacer la exposición y no me la quisieron tomar. Pretendían que les dijera el nombre de las personas a quien le había dicho esto de las amenazas en mi contra. No soy de comprometer a nadie así que no pude hacer esa exposición. Pero esta gente, por la manera que actuaron, están arriesgando todo: años de trabajo y quién sabe, hasta la libertad. Mosconi es el municipio que paga los mejores sueldos, porque un obrero promedio gana 100 mil pesos y muchos, más que el intendente. Son beneficios que quedaron desde la época en que estaba YPF y no se modificaron. Así que este mes por ejemplo entre sueldo y aguinado tengo que destinar 100 millones de pesos.
¿Además del nuevo edificio municipal, qué otra obra le queda pendiente antes de terminar su sexto mandato como intendente?
Reparar la ruta que va a Vespucio, que la construyó y mantenía YPF. De a poco, estamos tapando los baches; pero son varios kilómetros y el presupuesto municipal no nos da para una obra tan grande. Pero el mayor problema es que si bien Mosconi forma parte del consorcio de pavimentación del norte, al bituminoso no podemos traerlo desde Pichanal por temor a que nos corten la ruta. Es un producto que tiene apenas 3 horas para ser utilizado. Y si nos agarra un corte tendremos que tirar toneladas.