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20 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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El pensamiento libre, un desafío para Forster

Jueves, 17 de julio de 2014 00:00
El filósofo Ricardo Forster puso ayer en marcha una gestión donde deberá indagar en los más meticulosos laberintos de la lógica para tratar que el "pensamiento nacional", que es una definición excluyente para una secretaría de Estado, y que no figura ni en la letra ni en el espíritu de nuestra Constitución nacional, se constituya en una convocatoria al pensamiento plural y no lo erija a él en un inquisidor del dogma populista.
Conviene mencionar dos antecedentes de Forster. Sus colegas le reconocen un sólido conocimiento sobre la obra del filósofo judío alemán Walter Benjamin, formado en el idealismo, el materialismo histórico y el misticismo judío, asociado con la Escuela de Frankfurt. De Benjamin dice su biógrafa, Gabriella Bianco, que es "portador de un programa de socavamiento del orden establecido, el crítico más convencido de las creencias de la burguesía. La búsqueda del pasado no es sólo rememoración amorosa y apaciguada... el pasado retorna como instancia emancipadora, un pasado que exige el pago de una deuda con las generaciones pasadas, de sus esfuerzos heroicos y revolucionarios... La memoria no sólo está relacionada con una cierta forma de la rememoración personal .... sino que es memoria social e histórica, condensada y posibilitada por esos relámpagos de luz que son las revoluciones, en las que fulgura la imagen de la humanidad liberada".
Más conocido es su protagonismo en Carta Abierta, una entidad creada por Néstor Kirchner, en la que revistan intelectuales, muchos de ellos formados en México en los años setenta. A diferencia de lo que se espera de una intelectualidad que piensa la política con una mirada de futuro, Carta Abierta se convirtió en un grupo de justificadores de las medidas de Gobierno de las que se iban enterando por los diarios. Allí surgió la idea del "ánimo destituyente", dedicada a cualquier forma de oposición que se cruzara en el camino del gobierno. El grupo se formó, justamente, durante el conflicto rural de 2008. En 2009, cuando Néstor Kirchner y todas las candidaturas testimoniales fueron derrotadas en la provincia de Buenos Aires, con prosa de Forster, Carta Abierta escribió: "...crecieron electoralmente los adalides de la restauración conservadora, fueron ungidos los que debaten en sus gabinetes cerrados si apurar el paso hasta la caída o dejar llegar las cosas el gobierno exánime, hasta el 2011". A pesar de la elocuencia de las urnas y cuando el mismo sociólogo kirchnerista reconocía un dramático crecimiento de la pobreza, Carta Abierta escribía: "¿No serían éstos menos eficaces en su monserga destituyente si estuvieran menos impagas las deudas sociales?". Es difícil encontrar en este pensamiento una valoración del voto popular y, mucho menos, de la libertad de expresión. "Al gobierno lo atacan los jefes agromediáticos por sus aciertos y no por sus errores".El "pensamiento nacional" no puede diferenciarse mucho de Carta Abierta. Ayer, Forster prometió "un debate democrático, federal y plural" y dijo que "creemos en la diversidad, en la pluralidad, en las convicciones, en los proyectos políticos... Somos portadores de tradiciones intelectuales y políticas. Somos también nuestros espectros, nuestros muertos, aquellos que han dejado en marcha la sociedad argentina, que han construido con sus escrituras, con sus obras, con sus luchas, y vamos a tratar de que esas voces múltiples que han recorrido la vida argentina puedan cristalizarse en esta experiencia de la secretaría', remarcó Forster. Anunció cuatro programas de trabajo: "Foros por la nueva independencia"; "Imaginación política","Diálogos de América latina y el Atlántico" y la Jornada internacional contra el neoliberalismo. Como secretario, ratifica su militancia kirchnerista por encima de una mirada más englobante. "Defenderemos las políticas que se han desarrollado a lo largo de estos diez años", dijo. Cuando el nacionalismo y el militarismo de derecha defendían la acción represiva en nombre del "ser nacional", se acuñó el aforismo de que "El ser nacional es lo que quien tiene el poder quiere que sea". Con el pensamiento nacional pasa lo mismo. El pensamiento es esencialmente libre. Cuando se lo encasilla como nacional es otra cosa, ni progresista, ni tolerante, ni democrática, ni inteligente. Forster deberá demostrar que es capaz de elevarse por sobre los fervores de La Cámpora, el Instituto Dorrego y su maestro Walter Benjamin.
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El filósofo Ricardo Forster puso ayer en marcha una gestión donde deberá indagar en los más meticulosos laberintos de la lógica para tratar que el "pensamiento nacional", que es una definición excluyente para una secretaría de Estado, y que no figura ni en la letra ni en el espíritu de nuestra Constitución nacional, se constituya en una convocatoria al pensamiento plural y no lo erija a él en un inquisidor del dogma populista.
Conviene mencionar dos antecedentes de Forster. Sus colegas le reconocen un sólido conocimiento sobre la obra del filósofo judío alemán Walter Benjamin, formado en el idealismo, el materialismo histórico y el misticismo judío, asociado con la Escuela de Frankfurt. De Benjamin dice su biógrafa, Gabriella Bianco, que es "portador de un programa de socavamiento del orden establecido, el crítico más convencido de las creencias de la burguesía. La búsqueda del pasado no es sólo rememoración amorosa y apaciguada... el pasado retorna como instancia emancipadora, un pasado que exige el pago de una deuda con las generaciones pasadas, de sus esfuerzos heroicos y revolucionarios... La memoria no sólo está relacionada con una cierta forma de la rememoración personal .... sino que es memoria social e histórica, condensada y posibilitada por esos relámpagos de luz que son las revoluciones, en las que fulgura la imagen de la humanidad liberada".
Más conocido es su protagonismo en Carta Abierta, una entidad creada por Néstor Kirchner, en la que revistan intelectuales, muchos de ellos formados en México en los años setenta. A diferencia de lo que se espera de una intelectualidad que piensa la política con una mirada de futuro, Carta Abierta se convirtió en un grupo de justificadores de las medidas de Gobierno de las que se iban enterando por los diarios. Allí surgió la idea del "ánimo destituyente", dedicada a cualquier forma de oposición que se cruzara en el camino del gobierno. El grupo se formó, justamente, durante el conflicto rural de 2008. En 2009, cuando Néstor Kirchner y todas las candidaturas testimoniales fueron derrotadas en la provincia de Buenos Aires, con prosa de Forster, Carta Abierta escribió: "...crecieron electoralmente los adalides de la restauración conservadora, fueron ungidos los que debaten en sus gabinetes cerrados si apurar el paso hasta la caída o dejar llegar las cosas el gobierno exánime, hasta el 2011". A pesar de la elocuencia de las urnas y cuando el mismo sociólogo kirchnerista reconocía un dramático crecimiento de la pobreza, Carta Abierta escribía: "¿No serían éstos menos eficaces en su monserga destituyente si estuvieran menos impagas las deudas sociales?". Es difícil encontrar en este pensamiento una valoración del voto popular y, mucho menos, de la libertad de expresión. "Al gobierno lo atacan los jefes agromediáticos por sus aciertos y no por sus errores".El "pensamiento nacional" no puede diferenciarse mucho de Carta Abierta. Ayer, Forster prometió "un debate democrático, federal y plural" y dijo que "creemos en la diversidad, en la pluralidad, en las convicciones, en los proyectos políticos... Somos portadores de tradiciones intelectuales y políticas. Somos también nuestros espectros, nuestros muertos, aquellos que han dejado en marcha la sociedad argentina, que han construido con sus escrituras, con sus obras, con sus luchas, y vamos a tratar de que esas voces múltiples que han recorrido la vida argentina puedan cristalizarse en esta experiencia de la secretaría', remarcó Forster. Anunció cuatro programas de trabajo: "Foros por la nueva independencia"; "Imaginación política","Diálogos de América latina y el Atlántico" y la Jornada internacional contra el neoliberalismo. Como secretario, ratifica su militancia kirchnerista por encima de una mirada más englobante. "Defenderemos las políticas que se han desarrollado a lo largo de estos diez años", dijo. Cuando el nacionalismo y el militarismo de derecha defendían la acción represiva en nombre del "ser nacional", se acuñó el aforismo de que "El ser nacional es lo que quien tiene el poder quiere que sea". Con el pensamiento nacional pasa lo mismo. El pensamiento es esencialmente libre. Cuando se lo encasilla como nacional es otra cosa, ni progresista, ni tolerante, ni democrática, ni inteligente. Forster deberá demostrar que es capaz de elevarse por sobre los fervores de La Cámpora, el Instituto Dorrego y su maestro Walter Benjamin.

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