Para impulsar el turismo en la región y facilitar el acceso de los miles de fieles que se llegan hasta el paraje Yariguarenda a venerar a la Virgen de la Peña, se lleva adelante la pavimentación del camino de acceso al santuario.
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Para impulsar el turismo en la región y facilitar el acceso de los miles de fieles que se llegan hasta el paraje Yariguarenda a venerar a la Virgen de la Peña, se lleva adelante la pavimentación del camino de acceso al santuario.
Este lugar se convierte en escenario de la manifestación de fe más numerosa y sentida en el norte del país.
La pavimentación del camino principal beneficiará, además, a las comunidades aborígenes asentadas en la zona y permitirá la creación de circuitos de turismo aventura y religioso.
Al lugar se llega después de recorrer con rumbo norte 13 km desde la ciudad de Tartagal. Un cartel sobre la ruta nacional 34 indica el desvío hacia el santuario. El sendero lleva el nombre de Fray Domingo Migliori, donde se ejecutan los trabajos de pavimentación.
Los 3 km del recorrido hasta el santuario bordean la quebrada del mismo nombre en una leve pendiente, hasta donde se encuentra una iglesia de características particulares y con un cuidado digno de admiración.
OBRAS DE PAVIMENTACIÓN EN EL ACCESO AL SANTUARIO.
“La obra del acceso viene a saldar una deuda pendiente que teníamos con los peregrinos que todos los años nos visitan con abnegada devoción”, dijo el padre Rubén Sica, que hace 13 años es rector del santuario.
Cabe destacar, además, que la localidad de Santa María de Yariguarenda alberga a familias aborígenes y criollas que en épocas de lluvia no podían transitar el camino hacia sus lugares de trabajo y hogares.
Al finalizar el trayecto y enclavada en un paisaje de verde fecundo, típico de las selvas pedemontanas, se levanta la casa de formación franciscana y la iglesia, que custodian con celo los curas de la orden.
La fiesta patronal se realiza el tercer domingo de agosto y el 8 de diciembre una multitudinaria peregrinación, calculada el último año en 110.000 fieles, acompaña a la Virgen de la Peña.
A un costado del santuario, se encuentra el acceso al cerro conformado por las 14 estaciones del Vía Crucis. Al llegar a la cima, mirando hacia el frente, se divisa otro de mayor altura y en una pared de roca semejante a una gruta, según reza la tradición, se aparece la imagen de la Virgen a los feligreses.
El padre Rubén comenta que todos los años el número de fieles crece y acerca una explicación al respecto: “La necesidad de Dios se manifiesta con más intensidad en momentos difíciles”.
Las apariciones
La devoción de la Virgen de la Peña comenzó a principios del siglo pasado, entre 1907 y 1908. La historia cuenta que por aquella época vivía en la quebrada de Yariguarenda, doña Romualda Burgos viuda de Meriles.
Una tarde, mientras tomaba mate con familiares y hacheros, dirigió su mirada hacia la sierra de San Antonio y vio a la Virgen con el Niño Jesús en brazos, pero sus acompañantes no experimentaron la misma visión.
Desde ese día se corrió la noticia y, unos años más tarde, el padre Borghini selló con su presencia la devoción de Nuestra Señora de la Peña.
SE CONTRATO MANO DE OBRA DE LAS COMUNIDADES DE LA ZONA.
Las apariciones continuaron: una familia de hacheros fue testigo de la aparición de la Virgen, que le pedía que trataran bien a su hijo Jesús. También unos arrieros que venían de Bolivia por Yariguarenda dieron testimonio de una aparición.
La quebrada de Yariguarenda fue paso obligado de las tropas de mulas que se traían y llevaban de Salta al Alto Perú.
La tradición remarca también que una familia que por allí pasaba por 1920 para establecerse en el Chaco relata que fue defendida por la Virgen de cuatreros que pretendían asaltarla.
Durante la guerra del Chaco, un grupo de soldados debió cruzar hacia Yariguarenda. El último de la fila, un muchacho joven, quedó alejado de los demás sin fuerza ni provisiones y contó que se le apareció la Virgen, dándole fuerza y consuelo, y que le ayudó a recuperarse y bajar el cerro. El soldado volvió con otros al mismo sitio, pero no la pudieron ver.
Estos testimonios dieron lugar, con el paso de los años, a una de las manifestaciones de fe más importantes y multitudinarias de toda la provincia de Salta.
Buscan crear circuitos turísticos
Con el objetivo de revalorizar el lugar e impulsar la creación de nuevos circuitos turísticos, se lleva adelante la ejecución de pavimento rígido, cunetas, cordón cuneta y badenes de hormigón, y la construcción de pavimento de hormigón simple de 0,15 m de espesor a lo largo de los 3.000 metros del acceso al paraje.
La obra se encuentra en plena ejecución, a cargo de la Municipalidad de Tartagal, y se contrató mano de obra de comunidades aborígenes de la zona.
La pavimentación potencia de este modo las posibilidades del turismo religioso.
“Este trabajo es parte de un proyecto turístico integral que prevé incluir a la variada geografía del departamento en un circuito único en el norte provincial”, destacó el intendente de Tartagal, Sergio Leavy.
Se contempla para más adelante un trabajo en las escalinatas que conducen a la cima.
Esta zona es ideal para actividades de ecoturismo, trekking, safaris fotográficos y avistaje de aves.
Las sierras subandinas están surcadas por caudalosos ríos en los que se practica la pesca con mosca de dorados y truchas. Es, también, zona ideal para la práctica de trekking, rafting, mountain bike, camping y travesías 4 x 4. “El potencial turístico del departamento San Martín es auspicioso. Necesitamos crear la infraestructura necesaria”, dijo Leavy.