¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

16°
19 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

La danza como elección de vida

Martes, 05 de marzo de 2013 22:24

 No es común escuchar decir a una chica de 17 años que en su vida valora fundamentalmente la disciplina. La danza clásica suele entregar esta cualidad por añadidura a quienes la practican. Milagros Ocaña se probó el tutú por primera vez alrededor de los seis años. Ya entonces, paradita en medio de la infancia, sabía perfectamente lo que significaba el Teatro Colón. Hoy, once años después, el sueño de bailar en ese imponente escenario tiene forma, color y fecha: Milagros fue seleccionada el 1 de marzo, en una audición, para ingresar como alumna becaria en el Instituto Superior de arte del Teatro Colón.
La salteña rindió junto a 24 chicos del interior del país, de los cuales solo quedaron seleccionados cuatro. Tres de ellos ingresaron al cuarto año y Milagros, al quinto.
“Es muy difícil ingresar a un 5º año en el Colón, ya que el nivel es muy avanzado. Esto significa que en el interior del país también se puede estudiar clásico con buen nivel”, destacó Andrea Montero, la docente salteña que guía a Milagros desde los 12 años en su camino por la danza.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

 No es común escuchar decir a una chica de 17 años que en su vida valora fundamentalmente la disciplina. La danza clásica suele entregar esta cualidad por añadidura a quienes la practican. Milagros Ocaña se probó el tutú por primera vez alrededor de los seis años. Ya entonces, paradita en medio de la infancia, sabía perfectamente lo que significaba el Teatro Colón. Hoy, once años después, el sueño de bailar en ese imponente escenario tiene forma, color y fecha: Milagros fue seleccionada el 1 de marzo, en una audición, para ingresar como alumna becaria en el Instituto Superior de arte del Teatro Colón.
La salteña rindió junto a 24 chicos del interior del país, de los cuales solo quedaron seleccionados cuatro. Tres de ellos ingresaron al cuarto año y Milagros, al quinto.
“Es muy difícil ingresar a un 5º año en el Colón, ya que el nivel es muy avanzado. Esto significa que en el interior del país también se puede estudiar clásico con buen nivel”, destacó Andrea Montero, la docente salteña que guía a Milagros desde los 12 años en su camino por la danza.

Una audición, una puerta

En la audición del 1 de marzo, Milagros Ocaña fue evaluada por docentes del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón durante dos horas. “Fue una clase fundamentalmente técnica. Haber quedado seleccionada significa para mí un sueño cumplido. Primero porque desde chiquita quería bailar en el Colón, y segundo porque esta beca me permitirá avanzar en mi carrera de bailarina. Buenos Aires siempre te abre puertas”, comentó la joven a El Tribuno.
Y aunque aclaró que llegar al ballet estable del Teatro Colón es casi una utopía, sabe que la posibilidad de perfeccionarse entre esas prestigiosas paredes puede ser una llave para ingresar a importantes cuerpos del país o de naciones vecinas.
“De todos modos, al ballet se ingresa después de los 18 años. Tengo que esperar a que transcurra este año para ver qué pasa”, añadió.
Andrea Montero, orgullosa de su alumna, describió cómo fue progresando Milagros desde que entró, a los 12 años, a su academia: “Desde entonces, su técnica creció significativamente. Durante estos 5 años hizo cursos con diferentes maestros y participó en varios certámenes, en los que obtuvo distintos premios. En varias ocasiones, incluso, fue seleccionada por el Ballet de la Provincia. En un principio, como una alumna más de los cursos de danza clásica, pero en el 2011 fue la única alumna de la provincia seleccionada como bailarina aspirante. Esto le dio la oportunidad de reemplazar en algunos momentos a bailarinas estables de la compañía”, repasó la docente.
“Hubo mucho esfuerzo de su parte. Sabíamos que era difícil pero ella estaba decidida y nada la iba a frenar. Estoy orgullosa de ella, de su decisión de volar, de su valentía. Creo que este era el momento para hacerlo. Es hermosa, inteligente, ocurrente y divertida. En la vida diaria, mas allá de su timidez, es expresiva y afectuosa con quienes ama. Y así es también su danza”, manifestó Montero.


 A paso firme

Milagros Ocaña tiene una beca en el Teatro Colón y tiene una vida nueva por delante. Esta gran posibilidad de progresar en su carrera le demandará mucho esfuerzo y una mudanza. “Tengo que irme a vivir a la Capital Federal. Me va a costar, pero sé que puedo adaptarme. Lo primero que le aportó la danza a mi vida fue disciplina y la capacidad de responder ante las exigencias. Por otro lado, emocionalmente, mi punto débil siempre fue la inseguridad. La danza clásica me ayudó a tener confianza en mí misma. Ahora sé que todo lo que se hace con pasión y esfuerzo da sus frutos”, confesó Milagros, con mezcla de aplomo y dul zura.

Temas de la nota

PUBLICIDAD