“La sociedad está viendo un agotamiento del modelo. Insisto, es un modelo que tuvo cosas buenas al principio”.
inicia sesión o regístrate.
“La sociedad está viendo un agotamiento del modelo. Insisto, es un modelo que tuvo cosas buenas al principio”.
“Voy a ser candidato a presidente en 2015”, dice con firmeza durante la entrevista. Ernesto Sanz es, junto a Julio Cobos, uno de los dirigentes radicales con mayor proyección que hoy tiene la Argentina. “Con Macri, por ejemplo, diferimos en cuanto al rol del Estado: nosotros queremos un Estado activo”, dispara el mendocino. En un reportaje con El Tribuno realizado en su despacho del Senado, el expresidente de la UCR descartó que la operación de la Presidenta vaya a tener “impacto” en las elecciones del 27 de octubre, ya que “el voto de las primarias fue muy racional, no emocional”. Además, señaló que el vicepresidente en ejercicio del Ejecutivo, Amado Boudou, tiene una “valoración muy baja” por parte de la sociedad y que ve un “agotamiento del modelo”. “Invoco a los radicales de Salta para que tengan este cuidado a la hora de votar”, concluyó.
En Salta, el radicalismo se quedó sin candidato a senador nacional porque Bernardo Biella se bajó de la contienda. ¿Para donde cree que irán los votos radicales en la Provincia?
En primer lugar, lamento lo que ocurrió fruto de las desavenencias internas y de algunas realidades geográficas o locales que influyeron en ese resultado. Pero no tengo ningún empacho en comunicarle a los radicales de Salta y a todos los que alguna vez han votado al radicalismo que tengan mucho cuidado con su voto, no sea cosa que Salta -fruto del resultado del 27 de octubre- incorpore tres senadores oficialistas a la Cámara. Esto no tiene que ocurrir, hay que impedirlo: Salta debe tener representación de quienes se dicen kirchneristas pero también de toda la sociedad salteña que no tiene nada que ver con este modelo. Por eso, invoco a los radicales de Salta para que tengan este cuidado a la hora de votar.
¿Usted incluye al diputado Alfredo Olmedo como integrante del kirchnerismo?
Olmedo siempre ha sido funcional al kirchnerismo, y por más que hoy se presente como opositor no es más que parte de ese modelo.
¿Cómo cree que impactará en el escenario político la operación de la Presidenta?
Yo no creo que tenga impacto. Creo que el voto del 11 de agosto se va a proyectar hacia el 27 de octubre, porque ha sido un voto muy profundo: ha sido un voto más racional que emocional. Por lo tanto, no creo que cuestiones emocionales vayan a modificar ese voto. Tres de cada cuatro argentinos en agosto le pusieron punto final a un modelo que lleva diez años y que ya dio todo lo que podía dar, lo bueno y lo malo, pero todo lo que podía dar. Me parece que eso no se modifica por una cuestión emotiva como puede ser el acompañamiento y la solidaridad que pueda existir con la Presidenta. Creo que el 27 de octubre va a ser muy parecido al 11 de agosto.
Algunos sectores salieron rápidamente a suponer que la internación de Cristina podía ser una estrategia política del oficialismo. ¿Cómo lo ve usted?
No, no, de ninguna manera. No creo eso, creo que ha sido un lamentable problema real. Yo tengo amistad personal con el médico que la atendió, y por lo tanto, desde que supe que ese médico la estaba atendiendo, supe también que era un problema absolutamente cierto y que no tiene nada que ver con una cuestión electoral. Amado Boudou es una figura muy cuestionada por muchos sectores, ¿cree que podrá ejercer firmemente la presidencia hasta que vuelva Cristina?
Desde el punto de vista legal e institucional, Boudou puede ejercer la presidencia sin ninguna duda. Otra cosa es la valoración política que se tenga sobre su persona, y en ese sentido está claro que la valoración política que la sociedad tiene sobre él es muy baja.
¿A qué factor particular atribuye la derrota kirchnerista en agosto pasado?
La sociedad está viendo un agotamiento del modelo. Insisto, es un modelo que tuvo cosas buenas al principio que generaron mucha expectativa y que le permitieron al oficialismo mantenerse en el poder durante muchos años, pero en el último tiempo todo lo bueno que se pudo haber escrito con la mano se empezó a borrar con el codo. El superávit fiscal se transformó en un déficit fiscal y eso hizo que se manoteará la caja de la ANSES, del Banco Nación, del Banco Central y ahora ya se vaya por la maquinita de hacer billetes que genera inflación. Los puestos de trabajo que generó la reactivación industrial y comercial de los primeros años se ha transformado ahora en pérdida de empleo. La competitividad de las economías regionales está por el suelo, yo recorro el país y lo puedo decir con mucha certeza. Y sobre todo últimamente la aparición de pruebas concretas sobre hechos de corrupción, que si bien nosotros las habíamos denunciado hace muchos años, tuvo que aparecer un periodista como (Jorge) Lanata para ponerlas en valor. Ahí la sociedad advirtió que estamos frente a un verdadero modelo de acumulación de poder pero por el poder mismo.
Lo que usted llama hechos de corrupción el Gobierno lo llama operaciones mediáticas...
Son hechos de corrupción claros, concretos y tangibles. Incluso, la justicia argentina debiera ser mucho más rápida y eficiente, porque tengo la impresión de que la justicia solo actúa cuando los que tenían poder y cometieron hechos ilícitos ya no tienen más poder. Hoy están apareciendo investigaciones vinculadas al menemismo, cuando han pasado casi quince años desde que ese Gobierno no está en el poder. A mí me gustaría que los funcionarios que hoy están denunciados y sobre los que hay muchas pruebas, hoy pudiesen someterse a la justicia. Luego del 11 de agosto, la justicia también leyó el resultado y no es casualidad que empezaron a aparecer algunos procesamientos, declaraciones indagatorias y algunas cautelares en contra del Estado. No me gusta una justicia que funcione al pulso de las elecciones, me gusta una justicia independiente y contundente en todos los momentos.
El Gobierno asegura que la oposición se opone a todo y no propone nada...
El rol de la oposición es el de señalar todos los errores y criticar al Gobierno en todas las cosas que está haciendo mal, como lo hicimos esta semana con el Presupuesto, señalando que es un Presupuesto irreal que no tiene nada que ver con la economía cotidiana. La oposición también tiene que investigar y controlar, tiene que ayudar a la justicia incorporando pruebas y tiene un rol extraordinario a partir de esta elección de octubre. Me refiero a construir una alternativa creíble y que entusiasme, porque el ciclo del kirchnerismo se termina y hay que reemplazarlo por un proyecto nuevo.
“Ya no valen las estructuras partidarias, ni los aparatos; vale haber recorrido el país, el haberse hecho conocer”.
“En 2015 imagino tres sectores: dos peronismos y el que conformaremos el radicalismo, socialismo y otros aliados “.
¿Qué escenario imagina para 2015?
Yo imagino a tres sectores: dos peronismos y el nuestro, que conformaremos el radicalismo, el socialismo y otros aliados. Me parece que ese va a ser el escenario de la Argentina que se viene. Eso es lo que está ocurriendo hoy muy incipientemente en la provincia de Buenos Aires.
¿Cuándo habla de “dos peronismos” se refiere a Daniel Scioli y Sergio Massa?
No le pongo nombres, pero sí le pongo un peronismo oficialista que va a ser el residual del kirchnerismo y un peronismo disidente. Nosotros estamos en otra posición.
Usted da por sentado que habrá un acuerdo entre la UCR y el socialismo pero eso en 2011 no ocurrió, ¿qué garantías tiene el electorado de que ese pacto se sellará esta vez?
Hemos aprendido de los errores y muchos dirigentes que en 2011 jugaron más proyectos personales que colectivos, después de esos errores y de los resultados ahora están dispuestos a jugar proyectos colectivos. El caso de UNEN en la Ciudad de Buenos Aires es una prueba acabada de que se puede. ¿Va a ser candidato a presidente en 2015?
Si. Tengo ganas, entusiasmo y creo que puedo darle al país un protagonismo para el periodo que viene después de haber recorrido mucho el país.
O sea que se imagina disputando una interna contra Julio Cobos y Hermes Binner?
Si, si, por supuesto. Dentro de un espacio común con otros partidos y dentro de la herramienta de las internas abiertas, que te ordenan a partir de la propia decisión de la sociedad: ya no valen las estructuras partidarias, ni los aparatos; vale haber recorrido el país, el haberse hecho conocer, el generar expectativa y entusiasmo.
¿Imagina al kirchnerismo peleando la presidencia en 2015 o detrás de cualquier candidato peronista?
No lo sé, ya que no soy kirchnerólogo o futurólogo. Lo que veo en general en el peronismo es que habrá una gran disputa por el poder y la sucesión.
Sergio Massa, Daniel Scioli, Hermes Binner, Mauricio Macri, Julio Cobos y usted tienen un perfil mucho más moderado que el de Cristina, ¿qué los diferencia entre sí?
Hay muchas cosas que nos diferencian. Puede haber una coincidencia en esa suerte de temperamento en general. No son personas conflictivas, no son liderazgos de ruptura. Creo que ninguno de esos dirigentes tiene, por lo menos en principio, la idea de continuar un modelo de ruptura como ha sido el de los últimos años. Sin embargo, tenemos distintas visiones sobre el rol del Estado. Con Macri, por ejemplo, diferimos en cuanto al rol del Estado: nosotros queremos un Estado activo, que ponga justicia donde hay una injusticia, que donde hay un desequilibrio ponga un equilibrio y donde hay una asimetría geográfica ponga una equidad territorial. Con los socialistas tenemos muchas menos diferencias, casi diría que somos parte de una misma familia y con los candidatos del peronismo la diferencia que tenemos es esa visión corporativa que tiene el peronismo que a veces le impide la defensa de los valores republicanos.
Hace unos meses se armó una gran polémica porque usted había dado a entender de que prefería que la economía no mejore antes de octubre, ¿qué quiso decir?
Nada que ver con eso. En realidad fue una operación que montó Télam a raíz de un programa de televisión al que fui, en donde gracias a Dios está el video y todo el mundo lo puede ver y que después los medios oficialistas fueron haciendo circular. En un momento estábamos discutiendo sobre la democratización de la justicia, y dije: “Independientemente de cómo le vaya a la economía, ojalá lleguemos a octubre con la conciencia ciudadana de que estos temas institucionales tienen tanta o más importancia que la economía”. Entonces armaron todo un bardo y me editaron parte de la nota. Me sacaron absolutamente de contexto.