Para prevenir adicciones no sólo hay que controlar la oferta de los que se dedican a la comercialización, según analizó Nuria Saavedra, psicóloga del programa de rehabilitación Puente.
“Desde mi punto de vista, las drogas siempre fueron accesibles. Lo que cambió es la relación de las personas con el consumo y ahí está el problema”, señaló la especialista.
Saavedra consideró que el alcohol o la pasta base se convirtieron en “objetos que pueden utilizarse para incluirse en ciertos grupos” y destacó que “si hay oferta es porque también hay demanda”.
“Se depositan fantasías en las drogas, se cree que tienen un poder. El trabajo tiene que apuntar a devolverles a las personas ese poder que están depositando en las drogas”, definió la psicóloga.
La especialista remarcó además que la adicción está en todas las franjas sociales. “En las clases bajas hay necesidades materiales, pero en las altas puede haber otras carencias”, apuntó.
Más del 60 por ciento de los estudiantes secundarios consume hasta cinco vasos de alcohol en una noche de acuerdo a una encuesta de Sedronar difundida la semana pasada.
Además, más del 80 por ciento de los alumnos tiene amigos que toman regularmente alguna bebida. La mayoría de los encuestados considera que beber alcohol o fumar tabaco implica riesgos leves o moderados.
También se destaca que el 25,3 por ciento de los estudiantes recibió una oferta de marihuana ya sea para comprar o probar en las últimas semanas. Al 10,3 por ciento le ofrecieron cocaína, al 5,5 por ciento le propusieron fumar pasta base y al 5,2 por ciento le preguntaron si quería éxtasis.
Los investigadores también detectaron que los chicos cuyos padres tienen actitudes de mayor atención y cuidado tienen una tasa de consumo de drogas ilegales del 4,4 por ciento. La tasa sube al 52,7 por ciento para los hijos de padres que demuestran menor protección y contención en el entorno de la familia.
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Para prevenir adicciones no sólo hay que controlar la oferta de los que se dedican a la comercialización, según analizó Nuria Saavedra, psicóloga del programa de rehabilitación Puente.
“Desde mi punto de vista, las drogas siempre fueron accesibles. Lo que cambió es la relación de las personas con el consumo y ahí está el problema”, señaló la especialista.
Saavedra consideró que el alcohol o la pasta base se convirtieron en “objetos que pueden utilizarse para incluirse en ciertos grupos” y destacó que “si hay oferta es porque también hay demanda”.
“Se depositan fantasías en las drogas, se cree que tienen un poder. El trabajo tiene que apuntar a devolverles a las personas ese poder que están depositando en las drogas”, definió la psicóloga.
La especialista remarcó además que la adicción está en todas las franjas sociales. “En las clases bajas hay necesidades materiales, pero en las altas puede haber otras carencias”, apuntó.
Más del 60 por ciento de los estudiantes secundarios consume hasta cinco vasos de alcohol en una noche de acuerdo a una encuesta de Sedronar difundida la semana pasada.
Además, más del 80 por ciento de los alumnos tiene amigos que toman regularmente alguna bebida. La mayoría de los encuestados considera que beber alcohol o fumar tabaco implica riesgos leves o moderados.
También se destaca que el 25,3 por ciento de los estudiantes recibió una oferta de marihuana ya sea para comprar o probar en las últimas semanas. Al 10,3 por ciento le ofrecieron cocaína, al 5,5 por ciento le propusieron fumar pasta base y al 5,2 por ciento le preguntaron si quería éxtasis.
Los investigadores también detectaron que los chicos cuyos padres tienen actitudes de mayor atención y cuidado tienen una tasa de consumo de drogas ilegales del 4,4 por ciento. La tasa sube al 52,7 por ciento para los hijos de padres que demuestran menor protección y contención en el entorno de la familia.