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A los mellizos Caniggia la Bombonera no les sentó nada bien

Lunes, 22 de octubre de 2012 20:57

No fue bueno el paso que el domingo hicieron los mellizos Caniggia por la cancha de Boca Juniors. Muy lejos de lo que fue la pisada goleadora de su padre, Claudio Paul, a fines de los 90.

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No fue bueno el paso que el domingo hicieron los mellizos Caniggia por la cancha de Boca Juniors. Muy lejos de lo que fue la pisada goleadora de su padre, Claudio Paul, a fines de los 90.

Idolo de las multitudes, “El pájaro” enloquecía a las tribunas con sus inolvidables piques, melena al viento, y el grito final mientras la pelota iba en busca del fondo de la red. Todo aquella mística, parte de la historia reciente del fútbol argentino, no podría equipararse con la performance de los nuevos representantes del apellido Caniggia, al menos a juzgar de lo sucedido hace unas pocas horas.

El domingo, a la Bombonera no le quedó el mismo recuerdo, tras la visita de los pretensiosos Charlotte y Alekander. Claro, los chicos no son futbolistas, pero aceptaron ir a la mítica cancha porque, se dijo, serían homenajeados el domingo pasado. Todo lo contrario, no solo no fueron homenajeados sino que se fueron intempestivamente en medio de un escándalo.

Según registró ayer Teleshow.com, los hermanos llegaron invitados por Fabio Cuggini, quien intentó en todo momento agasajarlos.

En primera medida, pidieron ingresar con 14 personas, entre personal de seguridad y amigos, siendo que el protocolo indicaba que debía ser un número menor.

“Esto no es un boliche”, se habría escuchado decir en la cancha con cierta molestia por algunos pedidos.

Sin embargo, Cuggini logró que pasaran y fueron directamente al palco oficial donde el presidente de la institución los esperó para saludarlos. Allí comenzaron las quejas: “No se ve nada de acá, me quiero ir”, protestó Alexander, a pesar de haber sido invitado a quedarse.

Siempre pensando en agasajarlos, Cuggini hizo que subieran al palco de arriba, entre el fastidio de Charlotte por la lluvia, teniendo en cuenta que fue en tacos altísimos y un vestidito, y al llegar, el lugar se había ocupado por otros socios, lo que terminó por fastidiar a los Caniggia.

A pesar de que se les ofreció abrir un nuevo palco exclusivamente para ellos, avisaron que se retiraban al grito de: “Esto es un desastre”.

Con la camiseta de Boca en la mano, regalo del que se ocupó de entregarles el peluquero, salieron con todo su séquito y hasta aseguraron que “en River los tratarían mejor seguramente” y que era “una cancha de mierda”.

“Me da mucha tristeza”, reconoció ayer Cuggini en respuesta a las manifestaciones de Alekander. Incluso está tan enojado por este escándalo que piensa pedirles a los Caniggia que devuelvan las camisetas de Boca que les regalaron. “No se las merecen”, aseguró el peluquero que organizó lo que pretendió ser un agasajo.

¿Irán a River?
 
Ni lerdas ni perezosas, las autoridades del club River Plate habrían invitado a los desencantados chicos, a asistir al Monumental, para el partido del domingo contra Boca. 
Después de todo, Claudio Paul también vistió la camiseta de la banda alguna vez (1985).
“Sería un honor para nosotros recibirlos en la mejor cancha de la Argentina”, fue el mensaje que un periodista de la televisión porteña recibió ayer de parte de una persona que trabaja en prensa de River. Frente a las cámaras, Alexander demostró toda su furia por el mal rato que pasaron y hasta insultó al peluquero. “Todo es un desastre, no sé al gil ese, no sé lo qué le pasó”, exclamó.
 
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