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Encontró en el gimnasio su fuente de eterna juventud

Miguel Vilte es un docente jubilado que descubrió en el ejercicio constante la manera de superarse día a día.
Miércoles, 03 de enero de 2024 01:03

LORENA CRUZ

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LORENA CRUZ

Porque para tener la vitalidad a flor de piel, el esfuerzo y la constancia se tienen que sentir, es que Miguel Antonio Vilte se dedica a entrenar día a día para ejercitar su físico y mejorar su calidad de vida.

Este docente jubilado y técnico de enseñanza agrícola hizo del entrenamiento en el gimnasio una preparación infaltable que hoy valora mucho más.

Con sus setenta años, mantiene una energía intacta y -junto a la guía de los profesores del Cepam- descubrió que el organismo vuelve a recuperar la salud, dejando atrás todos los dolores. "Así como dicen; 'Más gimnasio, menos pastillas', es absoluta y total verdad, por lo tanto estoy agradecido a los profesores, gente muy capacitada que siento que me renuevan la vida", expresó Vilte sobre su experiencia cotidiana.

Desde su niñez, se mantuvo en actividad pero al pasar el tiempo, fue cambiando.

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Y es que sesenta años atrás, la realidad era distinta. "Me crié en San Pedro de Jujuy hasta los doce años, de ahí radicado en San Salvador y mis estudios secundarios los hice en Salta, en la escuela agrotécnica", indicó este exdocente que siguió el camino del campo y la agronomía.

Ya en su etapa como educador, supo tomar como aliados a la pala y al machete, como herramientas de enseñanza para las nuevas generaciones y allí también aplicó el esfuerzo físico para ejercer la actividad agrícola.

Y como en su momento le dio la importancia de tener el físico adecuado para poder manejarse en ese ámbito, no se alejó de los hábitos saludables que en la actualidad practica con entusiasmo. "Me encanta sacarme las toxinas y llevar una vida activa, con una alimentación sana y variada, con frutas y verduras porque ahí están las fuentes de vitaminas que nos hacen falta para poder fortalecernos y seguir adelante. Así se evacuan las enfermedades, por supuesto, con la bendición de Dios que nos cubre", aseguró Vilte.

Vivió en San Pedro, se formó en Salta y se radicó en San Salvador de Jujuy. Hizo su camino como profesor en la Escuela Agrotécnica de El Brete, en Yala, en Carahunco y en Los Perales, en una escuela de jornada completa con disciplina de técnicas agropecuarias, de donde se jubiló con honores.

Así es que el común denominador a lo largo de su historia es el diálogo y la cercanía que siempre mantuvo con sus alumnos, ya que a través del tiempo conoció a estudiantes desde los seis años cuando asistían a primer grado y hasta adolescentes de secundaria en sexto año. "Ser docente me llenó el alma y me la sigue llenando hasta el día de hoy. Me gusta hablar con los chicos para tratar de aconsejarles, porque lamentablemente tengo que decir que han cambiado mucho las cosas. Desde hace quince años atrás, los chicos han perdido la vocación por el trabajo, el amor por el estudio y eso me duele mucho", aseguró este jujeño que llegó a ser confidente de numerosos chicos en complicadas situaciones.

Y es que la droga desde todo aspecto es destructora ya que deteriora a las personas, anulando su capacidad de pensar y de superarse. "Cada uno en su casa tiene que saber orientar, guiar y fortalecer a los hijos, a los nietos; porque el flagelo de la droga es terrible. Me tocó ver cosas desagradables en la escuela y ojalá que la gente reaccione a tiempo y se capacite", reflexionó Vilte, asegurando que ya no hay, no existe la cultura del trabajo. "El esfuerzo del trabajo tiene que volver, la gente tiene que capacitarse. Lo he vivido de cerca con mis alumnos que hoy tienen 40 o 45 años y me los encuentro en la calle y me dicen: 'Hola profe, cómo tenía razón cuando nos decía que estudiemos. Muchas gracias por eso'", contó esbozando una sonrisa.

EJERCITANDO PIERNAS

Es que él encuentra el reconocimiento de lo que alguna vez sembró en el pensamiento que ya cosechó con tan solo escucharlo. Y es así cómo desde su profesión, rodeado de naturaleza, aprendió que cada persona tiene que sembrarse para dejar huella a través del buen ejemplo. "No pretendamos comer lechuga si hemos sembrado frutillas o al revés", destacó. Y es que se cosecha lo que se ha sembrado y se aplica a todo ámbito de la vida. Por ello, es fundamental tener el compromiso con uno mismo y vivir bien. "Desde que mis alumnos tenían seis años en el primer grado, les hacía notar el fenómeno de la germinación y veían nacer una planta. Te puedo asegurar que esos niños nunca destruyeron una planta porque sí. Lo viví con los chicos en su momento y ahora me pasa con mi nieta. Ahí es donde se van cultivando ellos como personas, ahí se inicia y es donde aparece el valor. El niño es una computadora con un disco rígido virgen que se va llenando de acuerdo a la información que recibe, de los padres, de la escuela. La responsabilidad es nuestra, de los mayores porque somos los que enseñamos a formarse a los niños, porque la educación viene de la casa", detalló.

La actividad hace a la práctica. Así definió Vilte, ya que antes al chico no se le exigía nada, más bien como profesores lo acompañaban a sembrar, cultivar, desmalezar y cosechar, estando a la par para enseñar. "Hay que acompañar y no ir y decir: 'Hacé esto o hacé aquello'. Son increíbles los logros que se tienen, si se realiza de esta manera. Ojalá sigamos sembrando amor, capacitación y acompañamiento", contó el exdocente que imparte saberes. "Con el pico y con pala era lindo pero después, ya que me jubilé empecé como a hacer vida sedentaria y me empezaron a salir dolores en las articulaciones, después retomé la actividad física guiada y controlada por médicos y profesores y me siento mejor", comentó el jujeño cuya motivación ahora es personal. Entiende que esta etapa es suya y que el tiempo de fortalecer su cuerpo es ahora. "En la medida que vos lo hagas trabajar, te va a responder y vas a solucionar problemas. Pero si te dedicás al sedentarismo, van a aparecer consecuencias y muy graves", comentó quien vive el posjubilatorio de modo excelente. "Hay que dar vuelta la página y asumir lo que se da. Yo no me quedo con el pasado, al contrario, para mí el mañana va a ser mejor", dijo con convicción.