Más que un partido, el Liverpool vs. Newcastle de este lunes en la ciudad de The Beatles fue una montaña rusa. El local arrasó desde el primer minuto con su fútbol vertical, sus triangulaciones y esa voracidad ofensiva que está en su ADN. Los visitantes, en cambio, se agazaparon para salir de contragolpe y se encomendaron a las manos y los pies de su arquero, el eslovaco Martin Dubravka. Hubo un penal atajado, un gol de billar, ¡18 aciertos! a los arcos, fútbol trepidante y el regreso de Alexis Mac Allister, que jugó los últimos 15 minutos. El 4-2 final en favor de los Reds hizo que los fanáticos festejaran por partida doble: por el triunfo y por el liderazgo en soledad en la Premier League. Además, el egipcio Mohamed Salah sobrepasó la marca de los 150 goles en la liga inglesa en su trayectoria. Apenas cinco futbolistas lograron algo semejante. El Faraón es uno de ellos.
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Más que un partido, el Liverpool vs. Newcastle de este lunes en la ciudad de The Beatles fue una montaña rusa. El local arrasó desde el primer minuto con su fútbol vertical, sus triangulaciones y esa voracidad ofensiva que está en su ADN. Los visitantes, en cambio, se agazaparon para salir de contragolpe y se encomendaron a las manos y los pies de su arquero, el eslovaco Martin Dubravka. Hubo un penal atajado, un gol de billar, ¡18 aciertos! a los arcos, fútbol trepidante y el regreso de Alexis Mac Allister, que jugó los últimos 15 minutos. El 4-2 final en favor de los Reds hizo que los fanáticos festejaran por partida doble: por el triunfo y por el liderazgo en soledad en la Premier League. Además, el egipcio Mohamed Salah sobrepasó la marca de los 150 goles en la liga inglesa en su trayectoria. Apenas cinco futbolistas lograron algo semejante. El Faraón es uno de ellos.
Desde hace 21 partidos Liverpool no pierde en Anfield Road por la Premier. El último verdugo fue el Leeds dirigido por Marcelo Bielsa, que lo derrotó en octubre de 2022. En ese fuerte que es su casa, los hombres dirigidos por Jürgen Klopp fueron una aplanadora desde el comienzo del único encuentro que la liga ofreció este primer día del año. Y resultó un partidazo porque hubo una jugada de ataque cada menos de tres minutos. En el primer cuarto de hora se anuló por VAR un gol del colombiano Luis Díaz y se malogró un penal para Liverpool. El encargado de ejecutarlo fue Salah, aclamado como a un héroe por Anfield. Pero Dubravka evitó la conversión y pareció estar en uno de esos días en que hacerle un gol es casi imposible
Pero no hay imposibles para este Liverpool, que tenía el liderazgo del torneo a mano. Debía ganar. El 0-0 con el que se cerró el primer tiempo fue mentiroso, porque el local llegó de todas las maneras posibles: remates desde fuera del área, pelotas paradas, jugadas asociadas. Si no era Dubravka el salvador de Newcastle, la pelota daba en un palo o en el travesaño. Y el visitante, pese a ser inferior en el desarrollo, buscó una acción de contragolpe que le diera un gol. Casi lo encontró en una jugada terminada por Dan Burn con una palomita. El VAR confirmó el fuera de juego, con el que concluyó la primera parte.
Los seis grados de temperatura y la lluvia pertinaz no amilanaron a los hinchas de los Reds, que siguieron alentando a la espera de ese gol que se hacía desear. Cuatro minutos después del descanso, el marcador se abrió con un gol de Salah. La jugada nació en el colombiano Díaz, que hizo una diagonal, enfiló hacia adentro y habilitó a Darwin Núñez, y el uruguayo encontró al egipcio en el centro del área para terminar la jugada.
Pero Newcastle consiguió el empate mediante su número 9, Alexander Isak. El ex delantero de Real Sociedad aprovechó un galope de Anthony Gordon por la izquierda, dejó atrás en velocidad a sus marcadores y definió abriendo el pie derecho para poner la pelota lejos de Alisson. Había partido en Liverpool.
A los 20 minutos, el equipo rojo volvió a golpear. Alisson-Konaté-Diogo Jota fue el tridente que gestó la jugada. El portugués ensayó un eslalom, divisó a Salah recostado sobre la banda derecha y el egipcio inventó una gran asistencia a Curtis Jones, un mediocampista llegador. Un gol de billar y 2-1.
Habría más, como el tanto del 3-1 anotado por el neerlandés Cody Gakpo y el cabezazo de su compatriota Sven Botman para el segundo descuento de los visitantes.
A esa altura ya estaba en cancha el regresado Alexis Mac Allister, que superó prontamente una lesión. Y el ex volante de Argentinos, Boca y Brighton efectuó un pase de calidad para dejar a Diogo Jota con tiempo y espacio, con los cuales el portugués corrió sin oposición, se enfrentó con el agrandado Dubravka y lo eludió. Hubo un mínimo contacto entre un codo del arquero y el atacante de Liverpool. El árbitro, Anthony Taylor, dio el penal. Lo confirmó el VAR y hacia el punto blanco fue Salah. El egipcio eligió esa vez un remate a un costado. Dubravka no tuvo premio. El partido, que incluyó de todo, terminó 4-2.