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15 de Mayo,  Jujuy, Argentina
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El grupo Warmi pura abre su salón de ventas en Santa Ana

Las bordadoras de los Valles de altura se unen para trabajar en conjunto manteniendo viva una cultura ancestral.
Miércoles, 06 de septiembre de 2023 00:18

El grupo de artesanas bordadoras Warmi pura (que en quichua significa Entre mujeres), de la comunidad de Santa Ana, mañana al mediodía habilitará su Centro de artesanías (exposición y venta), dando un paso más en el fortalecimiento de su actividad de manera colectiva.

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El grupo de artesanas bordadoras Warmi pura (que en quichua significa Entre mujeres), de la comunidad de Santa Ana, mañana al mediodía habilitará su Centro de artesanías (exposición y venta), dando un paso más en el fortalecimiento de su actividad de manera colectiva.

En una pieza de pared de adobe y techo de caña, "guayado, como lo hacían antes los abuelos", en la casa de Madalena Arias, funcionará el "localcito", como dice la coordinadora del grupo, Nora Arias. Allí los turistas que llegan a los Valles de altura, para luego seguir por la ruta escénica 83 y atravesar el Parque Nacional Calilegua, podrán apreciar y adquirir sus hermosos trabajos artesanales.

Antes de identificarse como tal, era sólo un grupo de hermanas: Madalena, Sandra, Adelina, Marina y Nora, más sus sobrinas Brenda y Yesica, quienes se reunían para tejer y bordar, pero con el paso del tiempo fueron adquiriendo protagonismo y otras mujeres del pueblo expresaron su voluntad de sumarse, y así surgió Warmi pura.

Ahora, Victoria Quipildor, Angélica Canchi, Gabriela Apaza, Sara Choque, Haydé Luere, Mariela Cruz, Virginia Choque, Azucena Zapana, Eva Cruz, Amanda Tolaba, Roxana Cruz y Ester Apaza también forman parte del proyecto que con esfuerzo y trabajo seguramente dará sus frutos.

La mayoría de ellas son jóvenes, quienes a la par de las adultas aprenden la cultura del bordado, con un mismo objetivo: el de progresar y conservar las saberes ancestrales. "Requiere mucho trabajo el bordado y las artesanías que hacemos", señaló Nora Arias, "aquí casi todas saben lo que es bordar y tejer", afirmó.

Al sumarse más bordadoras "nos dio ánimo de formar el grupo y ponernos un taller de artesanías, donde vender lo que hacemos y enseñar. Antes vendíamos cada una por nuestra parte, en cambio ahora tendremos el local que queríamos, es chiquito, pero ahí podremos estar mejor", agregó.

Grandes expectativas

A pocos metros de la capilla, ascendiendo por una calle empedrada, al frente del puesto de salud, se encuentra el local de venta, donde se podrán apreciar los típicos rebozos bordados (en varios precios de acuerdo al bordado, pueden ir desde los 18 a 50 mil pesos), caminos de mesa, pie de cama, bufandas, manteles y otras creaciones bordadas. También habrá tejidos como boinas con bordados, chalecos, colchas de lana de oveja, y otros con hilo de fibra de llama y de lana de oveja en color natural, y ergones (utilizados para ensillar el caballo).

También tienen previsto impartir en el local talleres de bordado, marcado y crecido (“puntillas” que se le realiza al rebozo antes de colocarle el fleco). Las bordadoras están convencidas de que con la habilitación del salón, todas se favorecerán, porque mientras unas se dedican a sus obligaciones cotidianas en la casa, o en el campo cuidando su hacienda o sus sembrados, otras estarán en él exhibiendo y ofreciendo los trabajos artesanales.

“Estamos muy contentas con lograr este objetivo que a veces lo veíamos lejos, primero no nos animábamos, en cambio ahora que estamos bien unidas vamos para adelante, hay muchas ideas y la verdad que es un gran logro para nosotras abrir el local”, apuntó Nora Arias. Por último, afirmó que el mes pasado hubo “mucho turismo, siempre vienen por aquí y podemos vender. Creemos que con el local venderemos mucho más”.

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