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Cuando lo fantástico se vuelve fuente

Valeria Tito es la emprendedora jujeña que realiza esta labor creativa y planea seguir perfeccionándose.
Viernes, 29 de septiembre de 2023 00:43

Aquél lugar donde lo natural se hace tangible y los mundos mágicos confluyen con imaginación, es lo que se propone en las cascadas de miniatura que juegan al movimiento en armonía.

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Aquél lugar donde lo natural se hace tangible y los mundos mágicos confluyen con imaginación, es lo que se propone en las cascadas de miniatura que juegan al movimiento en armonía.

Este pequeño extracto de primavera se sostiene gracias a la creatividad de Valeria Tito, una joven que arma con sus manos pequeñas fuentes de agua y las decora con vasijas de barro, seres fantásticos y mucho ingenio. Dejarse llevar por la imaginación es el primer paso, en el que gracias a un esbozo, se perfila el diseño a seguir. Luego, observar las formas y la colocación de cada pieza con el motor correspondiente para generar su funcionamiento y, así, llegar al resultado final.

"El trabajo se inicia con un boceto de realización y armado, antes demoraba un mes. Después probaba pero muchas veces no me gustaba cómo quedaba y tenía que volver a intentar", expresó la emprendedora. A prueba y error es como se atrevió a recorrer el camino de lo artesanal. Y el impacto mayor se dio con una primera obra que tenía una ranita como inspiración de un universo acuático, erigido con piezas de barro conectadas a través del agua.

Cada fuente es única y ofrece elementos naturales que la complementan. Así, como el halo primaveral de flores y hojas frescas. Es en la naturaleza donde enfoca esa mirada, que germina como idea e inspiración de este emprendimiento familiar. "Mi mamá y yo hicimos el curso de las fuentes. Pienso en que sea como un jardín, que sea un mundo aparte", indicó.

Para ser colocada en un rincón especial, este trabajo se combina con el sonido del agua que armoniza el espíritu de quien lo observa y escucha. Así, hadas, ranas, flores y lechuzas cohabitan en esta creación genuina para sentir aún más el contacto con lo etéreo y frágil. "Me gustaría hacer las ollitas y darles la forma que quiero. Hice un curso para saber cómo hornearlas e interiorizarme más para hacer de barro, cerámica y cemento", aseguró la exalumna del Centro Polivalente de Arte que anteriormente incursionó en grabado.

Aquí el toque original está en el todo que se expone de una sola vez porque no hay ni dos, ni tres trabajos que sean iguales. La fantasía cobra una impronta e intención únicas.

Y cuando observa la fuente terminada, la vislumbra con un profundo sentimiento de orgullo.