Roberto Herrera aprendió en Jujuy en la Escuela de Danzas "Cristina del Valle" con María del Carmen Calneggia, más conocida como "Monys"; y con El Chúcaro y Norma Viola, fue parte del Ballet Nacional.
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Roberto Herrera aprendió en Jujuy en la Escuela de Danzas "Cristina del Valle" con María del Carmen Calneggia, más conocida como "Monys"; y con El Chúcaro y Norma Viola, fue parte del Ballet Nacional.
Su compañía Herrera Tango Academy, tiene sedes en Buenos Aires, Munich y Milán. Actualmente reside en Alemania.
En su visita a Jujuy compartió una velada de Pecado Nueva Milonga con bailarines locales y su maestra la "Monys", quienes le rindieron homenaje por su talento y trayectoria.
¿Qué te trae por Jujuy esta vez?
Vuelvo después de diez años. Vine a celebrar mis sesenta años, como lo hice cuando cumplí cincuenta. Mi señora no conocía Jujuy y se sumó que hace cuatro años que no veníamos ni siquiera al país.
¿Es especial compartir con una de tus maestras (Monys Calneggia)?
Totalmente, sobre todo hoy, que es su cumpleaños. Es una mujer increíble; con la misma energía y espíritu con los que la conocí. Siempre la Monys será una inspiración.
Con ella aprendiste folclore primero, ¿por qué te fuiste al tango?
La historia fue así. Yo empecé con el folclore, después como ella enseñaba danzas latinoamericanas, también las aprendí y después vino el tango, en cursos, festivales de fin de año. Luego me fui a Buenos Aires, estuve con El Chúcaro, Norma Viola, el Ballet Nacional. Fue El Chúcaro, allá por el '86, quien me dijo "mire Roberto usted tiene que pensar que no es un gaucho, usted es un bailarín de folclore argentino que tiene folclore ciudadano y del campo. Así que aprenda bien el tango. Y seguí su consejo.
Fue un visionario El Chúcaro, porque de ahí en más.
De ahí el tango vino solito. En el '86 filmé una película que se llama "Tango Bar", con coreografías del Chúcaro y Norma Viola y ya me inserté. Comencé a trabajar en "Grandes valores del tango", después seguí el camino, que me fue llevando a donde estoy hoy.
En ese camino existen compañías en Buenos Aires, Munich ¿Alguna vez soñaste con tener sede de tu academia en Jujuy?
La verdad que no. Pero, ayer se me cruzó algo, una locura
En tu andar bailaste, viajaste, enseñaste, ¿te queda algo para hacer?
La verdad que lo que me falta hacer es mostrar más, y eso lo vamos a tratar de poner en escena con mi compañía, el folclore del resto de mi Argentina, pero, sobre todo, el folclore de mi Jujuy, porque cuando uno sale, cuando uno está afuera, en el mundo del tango, cuando se menciona el folclore, te dicen, "ah sí, la 'chacarera'" y se termina ahí. Yo les cuento que no, que hay muchísimas danzas, folclore de proyección, hago una conjunción entre tango y chamamé. Quiero mostrar más que el diablo, el carnaval y la cueca, sino la danza de los Suris, el pin pin, por ejemplo, que están vigentes y son una belleza.
¿Cómo ves la evolución del tango en Jujuy?
A mí me sorprende gratamente. Incluso en el mundial de tango hubo representantes de Jujuy, eso es un gran paso, porque toman experiencia en una competencia de alto nivel, que enriquece, más allá del podio. El roce con gente de otros países es muy importante. Este año hubo un muy alto nivel.
Julián Sánchez, campeón de tango escenario y tango pista, es un exbailarín de mi compañía y conoce Jujuy desde 2005, tenía 14 años y subió conmigo al escenario del Teatro Mitre.
¿Qué condiciones debe tener hoy un bailarín para trascender?
Pasión, la pasión te lleva a todas partes. Y vas a sufrir. Disciplina, pasión y tenés que saber que vas a sufrir, que vas a tener poco tiempo de felicidad porque la vida es así. uno piensa que la felicidad lo es todo, pero se va de a poco, con el tiempo, disfrutás de esos pocos momentos felices. La pasión y la disciplina son fundamentales, como en todas las etapas de la vida. Pasión, disciplina, perseverancia y creer.
Tenés dos amores artísticos, el tango y el folclore ¿te quedarías con alguno?
No, no, es imposible decidir. Son dos hijos, son cosas diferentes, pero complementarias para mí. Escucho música folclórica y mi corazón no late, repica. Y escucho tango y necesito bailarlo. Soy bígamo.
A la par de todo gran hombre...
Desde el primer segundo de entrevista, Ani Andreani, la esposa de Roberto Herrera, se sentó al lado y acompañó con una sonrisa radiante. “Lo amo más que a mi propia vida”, expresó la alemana, suspiro mediante. Herrera habla en la entrevista de “una locura”. Se refiere a que le propuso a su esposa comprar una casa pensando en mudarse a Jujuy. La respuesta de ella, no se hizo esperar. “Es muy difícil de mi lado, pero si Roberto quiere hacerlo, vendré con él, pero para mí sería un gran, gran cambio cultural”. Andreani fue quien le insistió a Herrera que vinieran a la provincia.
“Quería conocer su Jujuy”, dijo. Cuando él habla de ella, sus ojos se iluminan. Cuenta que Ani ama Argentina y ella expresa “mi alma se equivocó, porque cuando tengo que arreglar algo lo hago de manera creativa”, dijo la alemana y agregó, “en eso soy bien argentina, ustedes cuando algo no funciona siempre encuentran la solución”. Ani Andreani bailaba tango y “cacharera” cuando Roberto Herrera apareció en su vida. Apenas lo vio sintió un haz de luz en su alrededor que luego la abrazó para bailar, quizás sin suponer que esas figuras, los unirían por siempre.