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“Las intervenciones en la forma de nacer configuran la salud de una persona”

La socióloga, puericultora y consultora en crianza y Lucrecia Parreño, médica especialista en pediatría, escribieron el libro “Todo lo que le pasa a tu bebé no tiene que ver con vos”. La publicación que propone abordar las transformaciones histórico antropológicas del parto y sus formas, la alimentación y cambios de paradigma está dirigida a madres, familias y profesionales de la salud.
Sabado, 19 de agosto de 2023 00:46

¿Qué significa el título del libro "Todo lo que le pasa a tu bebé no tiene que ver con vos"?

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¿Qué significa el título del libro "Todo lo que le pasa a tu bebé no tiene que ver con vos"?

El título hace referencia al parto y al nacimiento, en relación a la alimentación inicial, la lactancia, alimentación complementaria y a la crianza.

Hoy hay un cambio de paradigma en torno a la crianza. Antes la sociedad estaba centrada en el adulto y a los niños no se los miraba y de un tiempo a esta parte este cambio promueve una nueva mirada de esas infancias y de las niñeces. Este corrimiento del adulto hacia la mirada del niño que es un sujeto de derecho, sintiente y con necesidades es espectacular y necesario. Sin embargo, en todo cambio de paradigma hay una gran polaridad. Empezaron a aparecer voces como: "Si no amamantás o no haces colecho, sos mala madre". Entonces este libro transita una discusión con los neomandatos de la maternidad y en él hacemos muchas preguntas para que sea la familia la que pueda decidir de acuerdo a su sentir y dinámica, qué opción de crianza le resulta mejor. Lo que buscamos es, en vez de ir del adulto-centrismo al niño-centrismo, ir hacia el vínculo-centrismo.

Hacen un análisis de las transformaciones histórico-antropológicas de la forma en la que nacimos los humanos...

Nuestra forma de nacer como mamíferos es por la vagina de nuestras madres, pero con el tiempo se fue tecnificando y transformando la forma de parir. Desde la década del 50 del siglo pasado la cesárea se instaura como la forma típica de nacer, un ejemplo es Brasil que tiene un 60% de sus nacimientos por cesárea, un índice alarmante.

La cesárea es una intervención espectacular para utilizarla cuando el proceso natural y fisiológico no puede desplegarse, pero el punto es que con la incursión de la medicina se pasó de la esfera de lo privado con las entonces matronas a la esfera de la institucionalización, con un obstetra hombre.

En lo institucional la mujer pare acostada, lo que no es fisiológico para el parto, luego se empieza a implementar la oxitocina sintética (el famoso goteo) que, a diferencia de la oxitocina natural, va generando contracciones más dolorosas. Luego hay un sucesión de intervenciones como la rotura de membrana, la mujer infantilizada, el monitoreo permanente, etc, todas circunstancias que llevan a tener necesariamente una cesárea. Es decir que las intervenciones iatrogénicas son las que han llevado a que el número de cesáreas sea hoy la norma en la mayoría de las instituciones, sobre todo privadas, de los países desarrollados y periféricos. Y esto tiene un impacto directo en la salud pública porque la cesárea es mucho más riesgosa que un parto vaginal y las consecuencias microbianas en ese bebé son totalmente distintas.

¿Cuáles son esas consecuencias directas en el bebé?

Un bebé que nace por cesárea se coloniza por las bacterias de la piel del obstetra, del neonatólogo, bacterias que no son afines a él. En cambio, un bebé que nace por la vía baja, coloniza por bacterias amigas, las de su madre. Y eso tiene un impacto en su salud futura, en la expresión que van a tener esos genes.

Esto no es biologisista ni determinista, porque el ser humano tiene la posibilidad de cambiar y de transformar, pero sí es cierto que no podemos desconocer que las intervenciones en las formas que nacemos van configurando la salud física de una persona.

Y retomando el título del libro, una familia por más información que tenga no podrá revertir todo esto. Estos cambios son colectivos y sistémicos porque el sistema biomédico hegemónico es muy potente.

En otro capítulo se refieren a la nutrición física y emocional...

Sí, la forma en que nacemos va a determinar también el primer contacto. Nosotros somos seres con otros, sociales y culturales. Pero con las intervenciones que ya tenemos al nacer se aumentan las posibilidades de separarnos de nuestra madre como "cuando se llevan los bebés a neo". Esas intervenciones limitan algo que para nuestra existencia como sujetos humanos es fundamental, que es el contacto con otros, la mirada, el sostén. Como decimos en el libro: la información correcta para los genes de un recién nacido provienen del cuerpo de su madre.

La oxitocina que genera el parto baña el cerebro de la madre y del bebé, desbloqueándolos para entrar en conexión en una danza conjunta. El contacto piel a piel de la mujer que está pariendo y su bebé que nace tiene múltiples implicancias. Genera comportamientos de protección, cambios de comportamiento intrapsiquicos, y también en la primera alimentación porque ese contacto genera más oxitocina, la principal hormona que se secreta para la alimentación. Es determinante para la existencia ese primer contacto.

Con el paso de los años la edad de la maternidad se extendió...

Sí, notamos el cambio en la franja etaria porque también atendemos a mujeres de más de 40 años. A las mujeres se nos piden muchas cosas y se espera de nosotras otras tantas, creo que en este cambio de paradigma en torno al rol que tenemos las mujeres en las sociedades, la mujer ha dispensado más de su tiempo en la realización personal. Hemos entendido que la realización personal no está en tener un hijo y que somos algo más que un útero para gestar. Y las mujeres más grandes también se han apropiado como una especie de sanación de su propia existencia de cuando fueron madres. Hoy, muchas mujeres ven lo que cuesta criar a un hijo en términos de tiempo y de logística.

¿Qué otro fenómeno detectó desde su labor?

Estoy viendo una convicción cada vez más grande en mujeres y hombres de 30 a 35 años con una mirada muy plantada respecto a la no necesidad de tener hijos e hijas y eso tiene que ver con las dificultades que presentan las sociedades a las familias que criamos. Es muy difícil trabajar de forma remunerada fuera de la casa y sostener las tareas de crianza.

¿Cuál es el análisis que hacen sobre la lactancia materna?

Hacemos un recorrido sobre cómo la leche humana es el alimento biológicamente más apto para el bebé humano. Sin embargo, muchas intervenciones que se hacen en el ámbito de la perinatalidad atentan contra la lactancia como la separación madre e hijo y la introducción de leche de fórmula de manera innecesaria.

Entonces así como la cesárea se ha ido instituyendo como la forma de nacer, la leche de fórmula también ha tenido gran penetración en nuestras sociedades industrializadas. Y es magnífica para los casos que realmente la requieren, pero lo que nos preguntamos en este libro es ¿por qué intervenciones de salvataje y de excepción terminan transformándose en la regla provocando perjuicios mayores a los que vienen a solucionar?

¿Cuáles son esos perjuicios que causan en el bebé?

La primera colonización microbiana después del nacimiento es la primera alimentación que recibe un bebé. El calostro es un líquido concentrado y es el mapa de todas las enfermedades que ha tenido esa mujer con todos los anticuerpos, es como una vacuna para ese bebé. Además, opera como un laxante que le permite eliminar el meconio (primeras heces que elimina el recién nacido) y coloniza el aparato digestivo del bebé. Esto tiene un impacto positivo para su salud y en la expresión de los genes.

En cambio, si introducimos leche de fórmula dentro de las primeras 24 horas de vida del recién nacido en términos biológicos corremos el riesgo de transformar todo el enlace microbiano de gran potencia. Lo que no significa que si quien amamanta no tiene deseos de hacerlo, dicha actitud determine el tipo de madre que es. Somos un complejo entramado entre la biología y la cultura dialogando permanentemente.