"María representa a la mujer del pueblo", expresó el prelado de Humahuaca, obispo Felix Paredes Cruz, al oficiar la sencilla y sentida celebración eucarística en honor a la Virgen de la Asunción en la bella iglesia de Casabindo, ceremonia que fue seguida por cientos de peregrinos provenientes de diferentes puntos del país y de toda la región.
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"María representa a la mujer del pueblo", expresó el prelado de Humahuaca, obispo Felix Paredes Cruz, al oficiar la sencilla y sentida celebración eucarística en honor a la Virgen de la Asunción en la bella iglesia de Casabindo, ceremonia que fue seguida por cientos de peregrinos provenientes de diferentes puntos del país y de toda la región.
La mañana recibió a los visitantes encabezados por el intendente de Abra Pampa, Ariel Machaca, con un clima excesivamente benévolo ya que la temperatura de cerca de 12 grados y un sol radiante permitían disfrutar del lugar en espera de los actos protocolares, la santa misa y en las primeras horas de la tarde el tradicional Toreo de la Vincha.
Una plazoleta inaugurada en la tarde del lunes, con asadores y mesas, además de un robusto toro esculpido a lo Fernando Botero, fue el disfrute de los niños y también de los mayores que se acercaban a fotografiarse con la escultura.
El tañir de las antiquísimas campanas de la señoral Catedral invitaban a todos a ingresar al templo con profundo recogimiento; es que la fiesta de la Virgen de la Asunción es la máxima festividad del lugar y todos buscan vivirla de la mejor manera, pero siempre rindiendo culto y honor a esa bella imagen que corona la colonial iglesia, que en el día de ayer lucía radiante, ornamentada sobriamente y resaltando las pinturas cuzqueñas, que más allá del tiempo, siguen luciendo todo su esplendor.
Las bombas de estruendo y la sentida melodía de la banda de sikuris "Virgen de Copacabana de Cuchillaco" conformaban un clima de profunda emoción, especialmente si se observaba a las mujeres mayores arribar al templo luciendo en sus cabezas finas mantillas y en sus manos el rosario que apretaban junto a su pecho.
Los hombres acercaban velas hasta los candelabros ubicados frente a la imagen de la Virgen de la Asunción que tenía a sus pies la vincha, los mantos y los lazos que serían utilizados al momento del "toreo".
Concluido el oficio religioso más de 20 imágenes provenientes de diferentes lugares y parajes de la zona iniciaron la marcha detrás de los samilantes que realizaban la danza de los cuartos mientras, de a poco, todos se iban acomodando en las gradas de la plaza Pedro Quipildor que lentamente se fue colmando de algunos habitués y de muchos "curiosos" que por primera vez arribaron al lugar atraídos por los relatos de amigos o crónicas recogidas de folletos de turismo o páginas web.
Toreros devotos
Juanjo Zanini, un osado y valiente joven proveniente de Buenos Aires, fue el primero en obtener la vincha del toro "El burro Ortega" y correr pleno de alegría hasta la imagen de la Virgen a ofrendarle el preciado premio, donde seguramente también pidió su gracia y protección.
La tarde se extendía y los gritos de la concurrencia retumbaban entre los cerros, el sol apretaba pero nadie abandonaba su lugar. Una vez más, un año más, Casabindo, por un par de horas fue el epicentro de algarabía y religiosidad donde se mezcla el catolicismo con el fervor popular.
Eusebio Ciares, presidente de la Comisión Pro Templo, observaba emocionado el toreo del que tomaron parte numerosos devotos, algunos lugareños y otros foráneos. Manifestó que el templo necesita reparaciones pero al ser monumento histórico nacional, aguardan la intervención de Nación.